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Horacio Cartes, presidente paraguayo, en el departamento de Caazapá. Foto: Presidencia de Paraguay, s/d de autor (archivo, octubre de 2016)

Lugo y los liberales quieren reeditar la coalición electoral de 2008 en Paraguay

3 minutos de lectura
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En el terreno político y el judicial los partidos políticos paraguayos se preparan para las elecciones presidenciales de 2018, en las que todavía no está descartado que pueda instaurarse la reelección, que podría habilitar como candidatos al actual presidente, Horacio Cartes, y al ex mandatario Fernando Lugo. El nombre del ex presidente suena fuerte en el Partido Liberal Radical Auténtico para integrar la fórmula presidencial.

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En las últimas semanas los dirigentes y los partidos paraguayos cruzaron varias denuncias entre sí en la Justicia. El gobernante Partido Colorado (PC) presentó una acción judicial, impulsada por los sectores más alineados con el presidente Horacio Cartes, en la que acusó a Lugo, hoy senador, de “propaganda engañosa”. En la denuncia, los colorados aseguran que Lugo se presenta como candidato presidencial pese a que no puede serlo porque “se encuentra constitucionalmente inhabilitado” para postularse. Para pronunciarse en este caso, la Justicia deberá determinar si Lugo puede ser reelecto presidente -lo que se aplicaría también a Cartes-, una posibilidad que tiene posiciones a favor y en contra de abogados constitucionalistas.

El PC ha impulsado la aprobación en el Parlamento de un proyecto de ley que permita la reelección presidencial con el objetivo de que Cartes se pueda postular. La iniciativa fue rechazada por la oposición, incluso por el partido de Lugo, el Frente Guasú, y sectores disidentes del PC. Primero el PC obligó a sus diputados y senadores a respaldar la reforma, pero finalmente Cartes pidió que la iniciativa fuera retirada.

Sin embargo, un fallo de la Justicia en el caso de Lugo también tendría consecuencias para Cartes si habilita la reelección presidencial. Algunos juristas paraguayos consideran que la Constitución prohíbe toda forma de reelección del presidente, pero otros aseguran que inhabilita únicamente la reelección consecutiva. Será eso lo que deberá determinar la Justicia.

Entre nosotros

En las internas de los partidos tradicionales, el PC y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), las luchas son encarnizadas. En el PC los sectores oficialistas intentan doblegar a los disidentes para contar con unidad hasta las elecciones. También en este caso hay una decisión judicial: diputados y senadores de la disidencia interna del PC presentaron un recurso de inconstitucionalidad contra la decisión de la Convención Nacional del partido de obligarlos a votar a favor de la reelección. Si bien la decisión nunca se hizo efectiva, porque el proyecto no llegó a votarse, este será el primer fallo judicial que deje claro, en Paraguay, hasta dónde llega la disciplina partidaria.

Como respuesta, Cartes les dirigió unas palabras en un acto partidario el 11 de noviembre. “No vamos a echar a nadie, pero estén seguros de que aquellos que estén contra el partido no volverán a candidatarse por el PC”, dijo. “Se abrazan con cualquiera”, agregó, en referencia a la cercanía entre los colorados disidentes y Lugo.

El malhumor dentro del partido gobernante es creciente, en especial entre quienes apoyan a Cartes, porque llegan al año previo a las elecciones presidenciales sin contar con un candidato alternativo al presidente. Los disidentes sí manejan otro nombre: el de su líder, Mario Abdo Benítez, un senador que lidera en el PC el sector del hijo del dictador Alfredo Stroessner, que lleva como nombre Paz y Progreso, el lema de la dictadura. Abdo Benítez fue el articulador de la oposición en el Senado y logró alianzas tanto con el Frente Guasú como con el PLRA.

También entre los liberales la interna está dividida entre los liderados por el senador Blas Llano y los que tienen como referente al presidente del partido, Efraín Alegre. La línea divisoria es la relación con el gobierno: más colaboración en algunos sectores denominados llanistas y más oposición en los conocidos como alegristas. También allí hubo intervención judicial: la Justicia levantó una suspensión impuesta por la dirección del partido, que es alegrista, contra seis diputados llanistas que habían votado a favor de una iniciativa gubernamental.

Estos sectores no dialogan entre sí, lo que dificulta las negociaciones con miras a las elecciones, pero ambos esperan la resolución de la Justicia sobre Lugo, a quien todos han manejado como eventual candidato presidencial.

En 2012, Lugo fue apartado de la presidencia en un juicio político muy cuestionado, promovido por colorados y el propio PLRA, que era su aliado. En lugar de Lugo, en la presidencia, quedó un vicepresidente del PLRA, Federico Franco. A cuatro años de su destitución, Lugo es el político más popular de Paraguay, con una aprobación que ronda el 60%, según una encuesta publicada a mitad de año por el diario Última Hora. Es por eso que los dos sectores liberales manejan la posibilidad de que, si es habilitado por la Justicia, integre la fórmula presidencial. Ambos consideran, al igual que el Frente Guasú, que para las elecciones de 2018 es necesario concertar a todos los sectores opositores, tal como se hizo en 2008, para vencer al PC.

La oposición más firme a la presencia de Lugo en la fórmula liberal es Franco. Consultado sobre su posición, Franco dijo a Radio Ñandutí: “Yo estoy en contra del marxismo; no funciona ni en China ni en Rusia”, en una aparente referencia al Frente Guasú, que no se identifica con el marxismo.

Consultado sobre si no le inquieta el pasado común a la hora de pensar en una nueva candidatura respaldada por los liberales, Lugo dijo que él busca lo mejor para el país, porque, “más allá de todo, primero está la patria”.

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