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Manifestación para conmemorar el 41º aniversario del golpe de Estado en Argentina, el viernes, en la Avenida Mayo, en Buenos Aires. Foto: Eitan Abramovich, AFP

Nuevos choques entre el gobierno y organizaciones de derechos humanos en Argentina

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El gobierno de Mauricio Macri intentó minimizar la multitudinaria marcha del viernes en Plaza de Mayo, en un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, argumentando que se trató de un acto político en contra del actual Ejecutivo argentino. Organizaciones de derechos humanos rechazaron esa lectura y denunciaron los reiterados mensajes del gobierno que van en contra de la lucha que ellos llevan adelante.

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“Hace tiempo que los actos que se hacen en la Plaza de Mayo son organizados por fuerzas políticas. No es que sólo hacen un acto de recordación, sino que también lo aprovechan para dar una discusión de carácter partidario”, dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, refiriéndose a la marcha del viernes 24 de marzo, el Día de la Memoria, en la que se reunieron decenas de miles de personas. Peña aseguró que durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se “contaminó” con “fines particulares” la lucha por la memoria, la justicia y los derechos humanos, “algo que debería ser de carácter general”. Agregó que algunos mensajes de las organizaciones civiles “son totalmente contrarios a la idea de la defensa de la democracia y la libertad”.

Las declaraciones de este tipo no fueron hechas sólo por Peña. También se refirió al acto Claudio Avruj, el secretario de Derechos Humanos, que el viernes dijo que la cifra de 30.000 desaparecidos “fue una construcción” y que en realidad fueron 8.500. Entrevistado por el diario Clarín, Avruj dijo que el acto del viernes “se convirtió más en un acto opositor que de memoria”, y aseguró que en los últimos años se produjo una “apropiación indebida de los derechos humanos”. Los discursos de Peña y Avruj siguen la línea que ha tenido el gobierno desde que asumió. Además de reducir el presupuesto de los órganos estatales que trabajan en tareas vinculadas con la memoria histórica, el Poder Ejecutivo encabezado por Macri se ha mostrado renuente a recibir a las organizaciones de derechos humanos. También se ha puesto en duda la cifra de desaparecidos -el propio Macri ha dicho que la cifra no importa- y se ha revivido la teoría de los dos demonios. “Nosotros [...] no sólo nos ocupamos de lo que pasó hace 40 años sino también de los derechos humanos de ahora. Tenemos otra agenda, que tiene que ver con los derechos humanos de los vivos”, dijo el ministro de Cultura, Pablo Avelluto. “Los militares no se hicieron cargo de sus crímenes [...]. Y las organizaciones armadas tampoco”, agregó.

Estos pronunciamientos oficiales llegaron después de que decenas de miles de personas se reunieran el viernes para conmemorar el Día de la Memoria, en el que se recuerda un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976. Convocaron al acto las Abuelas de Plaza de Mayo, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora e Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), entre otras organizaciones que reúnen a familiares de víctimas de la dictadura. En paralelo, hubo movilizaciones convocadas por agrupaciones políticas, algunas de las cuales también fueron a la Plaza de Mayo. En el acto se leyó un documento en el que se reclamó verdad y justicia, así como castigo para los responsables del terrorismo de Estado. Además se acusó al gobierno de Macri de causar “enormes retrocesos en materia de derechos humanos”, de “avasallar” derechos, de impulsar una política “neoliberal” que genera “miseria” y de perseguir a sus opositores políticos.

Ninguno de estos actos contó con la presencia de jerarcas, que tampoco organizaron otro tipo de conmemoración de la fecha. Algunos de los responsables del gobierno optaron por pronunciarse en medios de comunicación o redes sociales, como el presidente Macri, que citó en Facebook una parte del prólogo del informe Nunca más, elaborado en por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, en 1984.

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