Ingresá

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante la ceremonia de inauguración del Monumento de los Mártires del 15 de Julio, el domingo, en Ankara. Foto: Murat Cetin Muhurdar, AFP

La oposición le reclama a Merkel que presione más a Turquía en materia de derechos humanos

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Amnistía Internacional pidió a “los dirigentes del mundo” que exijan a Turquía la liberación inmediata de seis defensores de los derechos humanos –entre ellos, su directora en ese país–, a quienes ayer les fue dictada la prisión preventiva a la espera de un juicio. La presencia de un alemán entre los acusados llevó a que la canciller de Alemania, Angela Merkel, recibiera reclamos de todo el espectro político de su país, excepto su propio partido, para que ejerza una presión más fuerte sobre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Los pedidos y las críticas llegaron después de que ayer un tribunal dispusiera la prisión preventiva para los seis activistas, acusados de estar involucrados en el movimiento del clérigo Fethullah Gülen, al que el gobierno califica de terrorista y señala como responsable del intento de golpe de Estado de julio de 2016.

Estos seis activistas, junto a otros cuatro, fueron arrestados el 5 de julio mientras asistían a un seminario. Según el presidente turco, fueron detenidos gracias a “información de inteligencia”, cuando “se habían reunido con la intención de continuar” con el plan del golpe de Estado. Medios turcos informaron que, por el contrario, fueron detenidos a raíz del llamado de un vecino del hotel Büyükada, donde se desarrollaba el seminario. El vecino consideró sospechosa la reunión, sobre todo porque tuvo lugar cerca de la fecha del aniversario del intento de golpe de Estado –que fue el 15 de julio–, en un hotel en el que, según el gobierno, hubo una reunión de agentes internacionales para supervisar la actividad insurgente.

La detención de los activistas generó reacciones adversas de organizaciones de derechos humanos y de otros gobiernos, que exigieron a Turquía que respetara su derecho al debido proceso. Uno de estos pronunciamientos fue el del comisario de Derechos Humanos de la Unión Europea, Nils Muiznieks, quien condenó “el uso de procedimientos penales contra defensores de los derechos humanos”.

En la audiencia judicial de ayer, cuatro activistas fueron liberados con medidas cautelares, mientras que los otros seis fueron enviados a prisión preventiva mientras esperan el juicio. La Fiscalía los acusó de “cometer crímenes en nombre de una organización terrorista”. Medios internacionales informaron que en la denuncia se acusa a los activistas de estar involucrados tanto con la organización de Gülen, como con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el grupo marxista DHKP-C. Los cargos presentados en contra de los acusados se basan, en su mayoría, en que conocían a alguien que fue detenido por sus vínculos con esas organizaciones sin que se hayan presentado pruebas contundentes tampoco acerca de esos vínculos.

Entre los acusados están Idil Eser, directora de Amnistía Internacional en Turquía –cuyo presidente, Taner Kiliç, está detenido desde hace un mes– y el activista y documentalista alemán Peter Steudtner. “Esto no es un juicio legítimo, sino una persecución política que traza un futuro aterrador para los derechos humanos en Turquía”, denunció el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty.

La presencia de Steudtner llevó a que la situación se siguiera más de cerca todavía en Alemania, donde el líder del Partido Socialdemócrata –aliado de Merkel en el gobierno pero rival electoral–, Martin Schulz, exigió a la canciller que tome medidas. “Lo que estamos viviendo en Turquía supera todos los límites”, dijo Schulz. El dirigente acusó a Erdogan de dar pasos para “eliminar la democracia y el Estado de derecho” y preguntó “hasta cuándo va a seguir callada la señora Merkel”. En la misma línea, el líder del partido Los Verdes, Cem Özdemir, de origen turco, dijo que “llegó el momento de acabar con la política de complacencia con Ankara”, y el dirigente de La Izquierda Bernd Riexinger tuiteó: “Los intentos de Merkel de mimar durante años a Erdogan han fracasado”.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura