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Manifestación en apoyo a Luiz Inácio Lula da Silva, frente a la sede del Sindicato Metalúrgico en São Bernardo do Campo, anoche, en San Pablo. Foto: Marcelo Chello, AFP

Foto: Marcelo Chello

Moro ordenó la detención de Lula

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Fue una sorpresa para abogados, periodistas, juristas y hasta la Policía Federal. Los abogados defensores del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva habían dado una conferencia en la que dijeron que no había peligro de prisión hasta después del 10 de abril. Eso es lo que estaba informando el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4), que lleva adelante el proceso en segunda instancia contra Lula, que todavía no terminó, ya que sus abogados tienen hasta la medianoche del 10 para presentar un último recurso, que los jueces pueden aceptar o rechazar. Se preveía que recién entonces el juez Sérgio Moro, que condenó a Lula en primera instancia, emitiera una orden de detención en su contra. Así lo había hecho en todos los casos hasta ahora, aseguran los medios brasileños.

Pero, otra vez, Moro cambió la pisada en el caso de Lula y aceleró los plazos. Ayer emitió la orden de detención, en la que le da a Lula hasta hoy a las 17.00 para entregarse a la Policía Federal en Curitiba. En esa ciudad tiene sede el juzgado de Moro, a 500 kilómetros de la residencia del ex presidente, en São Bernardo do Campo, San Pablo, donde se encontraba anoche. En la única entrevista que dio después de que se emitiera la orden de detención, ayer de noche, Lula dijo que estaba esperando el asesoramiento de sus abogados para determinar si se entregaría o si esperaría a que fueran a detenerlo. Algunos diputados del Partido de los Trabajadores (PT), como Maria do Rosário, dijeron en las redes sociales que Lula no debería entregarse porque es inocente.

El ex presidente estaba en el Instituto Lula junto a otros dirigentes del PT y aliados; cuando se emitió la orden de detención dejó ese lugar y se dirigió a la sede del Sindicato dos Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, lugar en el que comenzó su carrera política.

En la entrevista que brindó a la radio CBN, Lula dijo que la orden de detención es “absurda” y que Moro se apresuró para tener “consumado” su “sueño” y el de otras personas que quieren verlo pasar “un día preso”. El ex presidente consideró que esta aceleración de los plazos implica una violación de su derecho a defenderse en libertad y opinó que Moro se apuró por temor a que el Supremo Tribunal Federal (STF) tome una decisión que le permita seguir en libertad hasta que el proceso en su contra esté agotado en los tribunales de tercera instancia y no queden recursos posibles.

El STF todavía puede tomar una decisión en ese sentido a raíz de un recurso presentado ayer por dos abogados particulares, cuya aprobación beneficiaría no sólo a Lula, sino también a 77 políticos y empresarios que están en prisión por el esquema de corrupción de Petrobras.

Todas las voces

Dos de los abogados de Lula comparecieron ante los medios por separado. Cristiano Zanin y José Roberto Batochio coincidieron en calificar de ilegal la orden de detención emitida por Moro señalando que todavía hay recursos pendientes ante el TRF-4. Ambos se mostraron sorprendidos y no quisieron pronunciarse acerca de si Lula va a entregarse antes del plazo establecido por Moro.

Fueron múltiples las reacciones a la orden de detención, en la que Moro prohíbe el uso de esposas y asegura que Lula tendrá una celda especial en la que estará separado de los demás presos, “sin riesgo para su integridad moral o física”.

“[São Bernardo do Campo] es la trinchera de la resistencia democrática”, aseguró en Twitter Guilherme Boulos, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo y precandidato presidencial del Partido Socialismo y Libertad. Boulos estaba presente en el acto de anoche y llamó a mantener una vigilia durante la madrugada: “Nuestra intención es no dejar que detengan a Lula, y para eso tenemos que quedarnos”, aseguró. También recurrió a la red social la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann: “Esta violencia no tiene precedentes en nuestra historia democrática”, aseguró, y acusó a Moro de estar “armado de odio y de rencor” y de estar reeditando “los tiempos de la dictadura”. Muchos dirigentes del PT y partidos aliados aseguraron que la orden de detención implica un “atropello” y un “abuso” que muestra la “saña” de Moro con Lula.

Los opositores de Lula celebraron la decisión, aplaudieron a Moro y consideraron que esta es una victoria de Brasil y de la lucha contra la corrupción. El precandidato a la presidencia del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, consideró que la prisión de un ex presidente “es lamentable” pero, en este caso, “simboliza un importante cambio que viene ocurriendo en Brasil: el fin de la impunidad. La ley vale para todos”. Marina Silva, precandidata de Rede Sustentabilidade y ex ministra de Lula, dijo que “la prisión de un ex presidente es un acontecimiento triste”, pero “las decisiones de la Justicia deben ser respetadas por todos”.

Más emocionado estaba el alcalde de San Pablo, João Doria, cuyo nombre también suena para la candidatura del PSDB: “[La orden de detención] lava el alma de todos los brasileños de bien”, aseguró. “Lula, vas a cumplir tu pena de prisión ahora. Tu día llegó. A partir de mañana [por hoy] vas a ser un condenado en la prisión”, agregó en un video difundido en las redes sociales bajo la frase “¡Viva la Justicia!”.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados y precandidato de Demócratas, Rodrigo Maia, consideró que quienes tienen “responsabilidad pública [...] no pueden celebrar la orden de prisión de un ex presidente de la República”, pero opinó que en el proceso judicial “fue respetado el amplio derecho a la defensa” y que se debe respetar “el orden institucional”.

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