Ingresá

Estudiantes protestan contra la educación sexista y la lentitud en el progreso de la reforma educativa, el 16 de mayo, en Santiago de Chile. foto: martín bernetti, afp

Foto: Martín Bernetti

Estudiantes chilenas se movilizan por una educación no sexista

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Piñera tomó medidas para “promover la igualdad de género” pero no alcanzó.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Las estudiantes universitarias de Chile se hartaron de la discriminación, el acoso, los abusos y otras prácticas machistas que viven en los centros educativos y decidieron pasar a la acción. El 17 de abril, las alumnas de la Universidad Austral ocuparon el edificio como forma de protesta y, desde ese día, ya no hubo marcha atrás.

La medida fue replicada por escuelas, facultades y otros establecimientos universitarios del país. Actualmente, ya son 23 los centros educativos que viven lo que las protagonistas bautizaron como “tomas feministas”.

Además de pedir la creación de protocolos que regulen cualquier tipo de abuso y discriminación en los centros educativos, las estudiantes exigen la salida de los ministros de Salud, Emilio Santelices, y Educación, Gerardo Varela, a quienes acusan de tener conductas y opiniones machistas.

El viernes, un centenar de alumnas ocuparon la sede central de la Universidad Católica, el centro más conservador de Chile. Sin embargo, las estudiantes terminaron la ocupación el lunes después de lograr que el rector de la universidad, Ignacio Sánchez, aceptara tres de las exigencias de una larga lista que presentaron.

Las jóvenes lograron que las autoridades aprobaran la regularización de pagos a los trabajadores subcontratados –que, en su mayoría, son mujeres–, consiguieron que en el caso de estudiantes trans el centro los llame por el nombre con el que se identifican y también que habiliten baños neutros en todo el recinto.

Exigían, por otro lado, las disculpas de un profesor acusado de violencia doméstica. El docente se llamó a silencio pero el rector pidió perdón en su lugar, al mismo tiempo que prometió “depurar” las denuncias de 40 casos de abusos que se presentaron en esa universidad desde que comenzó el año.

El miércoles pasado, 37 días después de que comenzó la ola de movilizaciones, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, presentó la “Agenda Mujer”, con una lista de 12 medidas a favor de la igualdad de género. En uno de esos puntos, el gobierno establece la creación de la comisión de equidad de género del Ministerio de Educación, que se encargará de “revisar todas las políticas de la cartera en materia de equidad de género, desde el currículum hasta la formación docente, para evitar así cualquier sesgo de género y asegurar igualdad de trato y oportunidades a nuestras estudiantes”, según se lee en el texto fundacional.

En el marco de esa agenda, el mandatario también firmó el lunes un proyecto de ley para incluir en la Constitución la obligación de promover “la igualdad de derechos, deberes y dignidad entre mujeres y hombres, evitando toda forma de violencia, abuso, acoso o discriminación arbitraria”, explicó.

Las estudiantes consideraron que la batería de medidas propuestas por Piñera “no es suficiente” y, además de llamar a mantener las ocupaciones, convocaron a una marcha nacional para el 6 de junio. Las dirigentes de las agrupaciones estudiantiles aseguraron que, si bien algunos cambios legislativos anunciados por el presidente “son necesarios y simbólicos, no son suficientes ni responden a la demanda principal del movimiento estudiantil feminista: la educación no sexista”. Por eso, continuarán con las movilizaciones.

Las mujeres agregaron que la lucha que lideran es mucho más profunda y va más allá de lo que sucede en los salones de clase: abarca también las discriminaciones que sufren todos los días las mujeres chilenas en el ámbito laboral y familiar, así como en el acceso a una vivienda digna y a los servicios públicos.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura