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Manuel López Obrador, durante una conferencia de prensa en la sede del partido, el 14 de julio, en la Ciudad de México.

Foto: Pedro Pardo

El futuro gobierno de México abrirá el debate para luchar contra la violencia

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Amnistía, justicia transicional y legalización de drogas son algunas posibilidades que se manejan.

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La próxima secretaria de Gobernación del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, Olga Sánchez Cordero, planteó algunas posibilidades que maneja el futuro gobierno para terminar con la violencia en México. Sánchez aseguró que el mandatario electo le dio “carta abierta” para que impulse las medias “que sean necesarias para pacificar al país” y llamó a “abrir el debate”, en el Seminario sobre Violencia y Paz, ¿Olvido, verdad o justicia?, organizado por el Colegio de México.

Más allá de lo novedoso de las propuestas concretas, el encare de López Obrador sobre el tema de la violencia es diferente al de los gobiernos anteriores, más marcados por la represión policial y militar de la delincuencia. Sánchez explicó que se formarán comisiones y habrá diálogos con organismos estatales y organizaciones civiles, entre “otros actores”, para armar un proyecto de ley que tenga un fuerte respaldo y se mantenga como una estrategia firme en el tiempo, en un tema cuyo encare ha variado en cada administración, aunque manteniendo puntos en común.

Sánchez indicó que ninguna posibilidad está excluida de antemano y enumeró: “Amnistías, un plan nacional de reparación a las víctimas, comisiones de la verdad, una propuesta de despenalización de la droga y política pública para la recuperación de espacios sociales y económicos”. Hubo algunas especificaciones, como que la amnistía no incluirá “conductas que de acuerdo con la Constitución constituyan graves violaciones a los derechos humanos”, y que se creará una justicia especial por determinado período de tiempo.

La futura ministra también defendió el cambio de enfoque ante sus críticos: “Quienes cuestionan que la violencia no se arregla con violencia y que necesitamos un modelo de justicia transicional están poniendo en duda que nos encontramos en un conflicto y que necesitamos nuevos modelos”. Agregó: “Nadie puede negar que en los últimos diez años el Estado ha sido incapaz de paralizar la violencia. Es hora de que el gobierno deje de simular que no pasa nada y que hay una política de derechos humanos”.

Otras personas que ocuparán cargos en el futuro gobierno han mencionado otras medidas que podrían ser incluidas en el plan contra la violencia, como la reducción de penas para los delitos menos graves con el fin de terminar con el hacinamiento en las cárceles y la creación de un programa de reparación para las víctimas de violaciones de los derechos humanos.

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