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Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, ayer, durante una conferencia de prensa en Madrid.

Foto: Gabriel Bouys, AFP

España: luego del acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, comenzaron los movimientos para contar con los votos para la investidura

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El del PSOE y Unidas Podemos será el primer gobierno de coalición de la historia democrática del país.

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En un rápido movimiento político, el actual presidente español, el socialista Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, anunciaron este martes la firma de un preacuerdo para la conformación de un Ejecutivo de coalición, alternativa que ahora está supeditada al voto afirmativo del Congreso para confirmar la investidura del actual mandatario. Tras las elecciones generales del domingo, el panorama político español había quedado fragmentado, e incluso algunos avizoraban que sería difícil lograr el desbloqueo parlamentario que derivó en los comicios –los segundos, luego de los de abril–, pero el lunes los máximos referentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de Unidas Podemos se reunieron y anunciaron posteriormente la firma de un acuerdo de diez puntos que serán la base del futuro gobierno (ver recuadro).

Ambos líderes destacaron la voluntad mutua de formar un gobierno “rotundamente progresista”, con la meta de que se prolongue cuatro años. El programa y la estructura del gobierno se negociarán en el correr de estas semanas, pero no se concretarán hasta después de la investidura del candidato socialista, aunque ya se maneja que Iglesias será el vicepresidente del Ejecutivo.

Indudablemente, la buena votación lograda por los ultraderechistas de Vox, que con 52 escaños serán la tercera fuerza en el Congreso, removió las bases del progresismo, por lo que Sánchez se decidió a dar el paso que no había querido dar durante la anterior negociación con Podemos, tras los comicios de abril. “Está claro que se duerme peor con más de 50 diputados de extrema derecha que con ministras de Unidas Podemos en el gobierno”, había dicho Iglesias luego de que se conocieron los resultados del domingo. Así, ambos bloques progresistas llegaron a un acuerdo, pero ahora resta el apoyo de la mayoría del Congreso.

Un elemento se repite respecto de la situación posterior a las elecciones de abril: el PSOE sigue necesitando a los partidos independentistas o, al menos, que no voten en contra de su propuesta de investidura. Pero ahora se suma una novedad: luego del preacuerdo con Iglesias, Sánchez no irá a presentar su moción a la sesión de investidura con 123 escaños –los del PSOE–, sino con 155, es decir, la suma de las bancas ganadas en las urnas por los socialistas y Unidas Podemos. Además, según informó el portal Público, a estos 155 pueden añadirse los tres diputados de Más País, formación escindida de Podemos, liderada por Íñigo Errejón. Con esos 158 escaños, el PSOE, Unidas Podemos y Más País superarían a los sectores de derecha, que aglutinan a 152 parlamentarios. Por otra parte, la investidura de Sánchez podría recibir el apoyo del Partido Nacionalista Vasco (PNV), grupo con el que el presidente mantiene una buena relación.

Si se suman los votos del PNV, la investidura contaría con 165 escaños, que podrían ser 166 si el diputado del Partido Regionalista de Cantabria votara a favor de la investidura de Sánchez, como ya hizo en las dos votaciones posteriores a las elecciones de abril. También podrían sumarse otros apoyos de formaciones que en las elecciones ganaron escaños en el Congreso, como es el caso del Bloque Nacionalista Galego y el de Teruel Existe; de esta forma los votos ascenderían a 168. De todas maneras, al menos por ahora, no hay ninguna sumatoria posible que le otorgue a Sánchez una mayoría absoluta de 176 votos favorables que le permitiera salir victorioso en una primera votación.

Con este escenario, la posibilidad de que se logre la investidura se decidiría en una segunda instancia de votación, en la que Sánchez sólo necesitaría mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra. Ante este panorama comenzaría a tallar lo que decidan las formaciones políticas nacionalistas e independentistas –los catalanes de Esquerda Republicana de Catalunya y Junts per Catalunya, así como los vascos de Bildu–, pero también quedaría por ver el camino que tomará el partido Ciudadanos, que tras la enorme debacle electoral que sufrió y la posterior renuncia de su líder, Albert Rivera, puede ser la llave para la conformación del gobierno progresista o bien optar por plegarse al bloque de los sectores de derecha.

La reacción del Partido Popular, el segundo más votado, después del PSOE, fue de rechazo al acuerdo entre los socialistas y Podemos, como era esperable. Su líder, Pablo Casado, descartó la abstención de sus diputados para facilitar el gobierno de coalición. “Nosotros no vamos a ser partícipes” de esta investidura ante la “anunciada propuesta de volver a reeditar un gobierno que él [Sánchez] llama progresista, pero que es de izquierda radical”, afirmó el líder popular.

Los 10 puntos del preacuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos

  1. Consolidar el crecimiento y la creación de empleo.
  2. Trabajar por la regeneración y luchar contra la corrupción.
  3. Luchar contra el cambio climático.
  4. Fortalecer a las pequeñas y medianas empresas y a los/as autónomos/as (trabajadores con empresas unipersonales).
  5. Aprobación de nuevos derechos que profundicen el reconocimiento de la dignidad de las personas, como el derecho a una muerte digna, a la eutanasia, la salvaguarda de la diversidad y asegurar que España sea un país de memoria y dignidad.
  6. Asegurar la cultura como derecho y combatir la precariedad en el sector. Fomentar el deporte como garantía de salud, integración y calidad de vida.
  7. Políticas feministas: garantizar la seguridad, la independencia y la libertad de las mujeres mediante la lucha decidida contra la violencia machista, la igualdad retributiva, el establecimiento de permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles, el fin de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y la elaboración de una Ley de Igualdad Laboral.
  8. Revertir la despoblación: apoyo decidido a la llamada España vaciada.
  9. Garantizar la convivencia en Cataluña. Con ese fin se fomentará el diálogo en Cataluña, en busca de fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución. También se fortalecerá el Estado de las autonomías para asegurar la prestación adecuada de los derechos y servicios de su competencia. Garantizaremos la igualdad entre todos los españoles.
  10. Justicia fiscal y equilibrio presupuestario.

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