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Emmanuel Macron, presidente francés, en París.

Foto: Lewis Joly, pool, AFP

El gobierno de Francia impulsa un proyecto contra el “islamismo radical” y a favor del “laicismo”

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La iniciativa, que generó polémica, será tratada el viernes en el Consejo de Ministros.

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El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, dijo este martes que el proyecto presentado por el presidente, Emmanuel Macron, contra el “islamismo radical” se propone también “combatir todos los movimientos sectarios” y reafirmar el “laicismo” del Estado. Esta iniciativa será tratada en el consejo de ministros el viernes.

El mandatario dio a conocer la normativa días atrás, rodeado de sus ministros, en el barrio de mayoría musulmana Les Mureaux, en las afueras de París. Según informó France 24, Macron dijo que es necesario atacar al “separatismo islamista”, que “conduce a negar las leyes de la República y a banalizar la violencia”, y que hay que combatirlo “sin estigmatizar a todos los musulmanes”. Al respecto, el presidente recordó los sucesivos ataques yihadistas cometidos en Francia en los últimos años, y también otros que las autoridades evitaron.

Macron dijo que la sociedad y el gobierno permitieron que existan en su país barrios que son casi como guetos, y afirmó que en algunas zonas el “separatismo islamista”, ha influido en la enseñanza, las reglas del transporte público y las organizaciones civiles. Contrapuso ese islamismo que busca “contravenir las reglas de la República y crear un orden paralelo” con “un islam de las luces”, que sea socio de la República.

El presidente francés afirmó que su proyecto de ley busca “consolidar los principios republicanos” y “reforzar el laicismo”.

Una de las medidas consiste en darle a representantes locales del gobierno la potestad de anular normas dispuestas por los municipios que impongan restricciones por motivos religiosos. Por ejemplo, las que establezcan un horario sólo para mujeres y otro sólo para hombres en una piscina pública, señalaron el medio francés y la agencia de noticias Efe.

Macron anunció también que desde setiembre de 2021 será obligatoria la escolarización desde los tres años, y argumentó que la escuela es “el corazón de la laicidad”. La medida busca impedir que se opte por llevar a los niños a organizaciones religiosas que funcionan sin control del Estado. A su vez, la educación en el hogar se limitará a personas que la necesiten por razones de salud.

En cuanto a las organizaciones civiles, en particular aquellas que reciben financiamiento estatal, se aumentará el control acerca de quiénes la financian, y se facilitará su cierre en caso de que funcionen como centros de adoctrinamiento integristas. Las que reciban subsidios del Estado, deberán comprometerse a respetar los principios republicanos y podrán ser sancionadas con la obligación de devolver los fondos que recibieron si no cumplen con ese compromiso.

Otro mecanismo de control consiste en que el Estado trabajará con el Consejo Francés del Culto Musulmán para que los imanes, en el futuro, sean formados en Francia. Los nuevos líderes religiosos deberán obtener un certificado y firmar una carta en la que se comprometan a respetar los principios republicanos.

De este modo la norma pretende evitar la influencia de organizaciones extremistas extranjeras y prevenir que los líderes musulmanes tengan una formación integrista en otros países, argumentó el gobierno. Además, con una inversión cercana a los diez millones de dólares, el Estado promoverá la investigación y la educación sobre el mundo musulmán y el idioma árabe para “no dejar la comprensión del islam a debates ideológicos y exclusivamente políticos”, dijo Macron.

Agregó que también está previsto invertir en una mayor presencia estatal -de jueces, fiscales y policías-, y en un incremento de los servicios en los barrios más pobres. Esta medida se propone la “reconquista” de esas zonas, y busca prevenir que prospere allí el islamismo radical, debido a la situación de marginación en la que vive esa población. Se intentará “garantizar una presencia republicana al pie de cada torre y de cada edificio”, afirmó el presidente. “Hemos concentrado a las poblaciones en función de sus orígenes, no hemos favorecido suficientemente la integración, la movilidad social y económica”, reconoció el presidente, al concentrar las políticas estatales de vivienda social en los barrios más pobres, consideró el mandatario.

En cualquier caso, Macron dijo que los efectos de todas estas políticas, que se prevé que el consejo de ministros apruebe, “tardarán años y años”.

Otras voces

Por su parte, la conferencia de los imanes de Francia cuestionó que Macron no los haya consultado durante la elaboración de su plan.

Según informó Efe, uno de los integrantes de esa organización, el imán de Nîmes, Hassin Derouich, dijo que ellos representan a más de 60% de la comunidad musulmana y que no fueron escuchados por el gobierno, que sí trabajó con otras organizaciones menos representativas.

La conferencia, además, discrepó con la evaluación que hace el gobierno cuando relaciona el islamismo radical con líderes religiosos que llegan del exterior a las mezquitas francesas. Señaló que muchas personas son captadas por el integrismo desde otros países sin necesidad de que asistan a una mezquita, y que uno de los ámbitos más frecuentes de radicalización son las cárceles francesas, donde se encuentran presas alrededor de 500 personas condenadas por delitos vinculados con el extremismo religioso.

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