El Premio Nobel de la Paz fue otorgado este año al Programa Mundial de Alimentos (PMA), una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fundada en 1960, que tiene su sede en Roma y es la mayor organización humanitaria de entrega de alimentos del mundo. El Comité Noruego del Nobel premió al PMA por sus esfuerzos para luchar contra el hambre, prevenir su uso como arma de guerra y contribuir a mejorar las condiciones de vida en áreas en conflicto. “La solidaridad internacional y la cooperación multilateral son más necesarias que nunca”, afirmó Berit Reiss-Andersen, la presidenta del comité, durante una conferencia de prensa.
De acuerdo con la agencia Efe, el año pasado el PMA ayudó directamente a cerca de 100 millones de personas en 88 países, y fue el principal instrumento para la erradicación del hambre en el mundo. El Comité Noruego del Nobel –el de la Paz es el único de los premios Nobel que se elige y se entrega en Noruega, y no en Suecia– resaltó que el año pasado 135 millones de personas sufrieron hambre severa, el mayor número “en muchos años”. Manifestó también que el PMA mostró una “impresionante habilidad” para aumentar sus esfuerzos durante la pandemia de coronavirus, que ha empeorado la situación en países con conflictos armados como Yemen, Nigeria y Sudán del Sur.
“El mundo está en peligro de vivir una crisis de hambre de proporciones inconcebibles si el PMA y otras organizaciones de ayuda alimentaria no reciben el apoyo financiero que necesitan”, señaló el comité.
Reiss-Andersen, una abogada y política de 66 años, de extensa trayectoria en el Partido Laborista de Noruega, resaltó que la pandemia de coronavirus está planteando retos que “refuerzan” la necesidad del premio al PMA, para que se pueda dejar en claro la importancia de que todos los países con capacidad para hacerlo contribuyan a solucionar el problema del hambre.