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Miembros de las pandillas MS-13 y 18 permanecen bajo custodia durante un operativo de allanamiento en el penal de máxima seguridad de Izalco, Sonsonate, El Salvador, el 4 de septiembre.

Foto: Yuri Cortez / AFP

El presidente salvadoreño destaca el descenso en los homicidios en el país, mientras se lo acusa de un pacto con las maras

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El viernes la Fiscalía General de la República inició una investigación ante una “posible negociación con pandilleros”

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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, destacó la reducción “drástica” de los homicidios y dijo que su país va “en el camino de la seguridad”, mientras su gobierno está bajo la lupa de la fiscalía por una presunta negociación con una pandilla para disminuir los elevados niveles de violencia que existen en el país centroamericano.

“En un año hemos conseguido una reducción drástica en inseguridad, una reducción sin precedentes”, aseguró Bukele durante un discurso transmitido desde la casa de gobierno en una cadena nacional realizada en el marco de la conmemoración del 199º aniversario de la independencia simultánea de varios países centroamericanos de España (además de El Salvador, el 15 de setiembre de 1821 declararon su ruptura con el reino Guatemala, Costa Rica, Honduras y Nicaragua).

Datos oficiales consignados por la agencia AFP indican que en el momento en que asumió la presidencia, en junio del año pasado, Bukele recibió un país con 52 homicidios por cada 100.000 habitantes, una cifra que cerró ese año en 36 homicidios por cada 100.000 habitantes. La proyección de las autoridades es finalizar 2020 con menos de 21 homicidios por cada 100.000 habitantes.

El Salvador, según dijo en la fecha patria el mandatario de 39 años de edad, pasó de ser uno de los países más violentos del mundo a estar “en el camino de la seguridad”, a pesar de lo que digan los “detractores”. Bukele comentó que aún faltan seis de las siete fases del Plan Control Territorial, que se ejecuta desde el 20 de junio de 2019 en los municipios más asediados por las pandillas.

Las denominadas maras salvadoreñas tienen unos 70.000 miembros, de los cuales más de 17.000 están encarcelados.

Pero mientras Bukele destaca las cifras oficiales respecto de los homicidios, la fiscalía salvadoreña abrió el viernes una acción judicial luego de que una investigación del periódico digital El Faro revelara a inicios de mes que el gobierno mantiene negociaciones desde hace más de un año con una de las bandas delictivas más violentas del país, la mara Salvatrucha (MS-13).

Según el pacto denunciado, el gobierno de Bukele ofreció beneficios carcelarios para sus miembros presos a cambio de la reducción de los homicidios. De acuerdo a su investigación, el medio salvadoreño indica que informes elaborados por el propio sistema carcelario registran reuniones entre funcionarios y cabecillas de pandillas recluidos en el penal de máxima seguridad ubicado en Zacatecoluca, un municipio situado a 63 kilómetros de San Salvador, la capital del país.

La investigación de El Faro, consignada por la cadena CNN, señala que la negociación entre el gobierno y las pandillas incluye apoyo político de las pandillas al oficialismo a cambio de la promesa de derogar leyes y debilitar el régimen de máxima seguridad en las cárceles si el próximo febrero el partido Nuevas Ideas, de Bukele, logra el control de la Asamblea Legislativa en las elecciones para elegir a los 84 diputados y 262 gobiernos locales.

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