“Estoy seguro, hermanas y hermanos, de que no me van a abandonar. Ganamos las elecciones, al día siguiente estoy entrando por Yacuiba a Bolivia, retornando”. Con esas palabras el ex presidente boliviano Evo Morales, asilado en Argentina, puso su eventual regreso en el centro de la campaña electoral previa a las elecciones del 18 de octubre.
Desde el extranjero Morales ha participado en varias de las movilizaciones organizadas por el Movimiento al Socialismo (MAS), que según las encuestas es favorito para ganar los comicios. El sondeo más amplio realizado hasta ahora, difundido la semana pasada, indica que el candidato presidencial del MAS, Luis Arce, incluso podría ganar en primera vuelta. El consenso de que la victoria será del MAS es tal que después de la difusión de esa encuesta en la que figuraba cuarta, la presidenta de facto, Jeanine Áñez, bajó su candidatura y llamó a la unión de la oposición para evitar el regreso de “la dictadura”.
Este sábado Arce participó en una caminata en La Paz y una caravana de autos en El Paso. Consultado por estas declaraciones del ex mandatario, dijo que “Morales tiene todo el derecho de volver”. Refiriéndose a las causas judiciales que hay en su contra, impulsadas por el gobierno de Áñez, agregó: “Tiene todo el derecho de venir a defenderse de todas las acusaciones que le están haciendo”.
Ante los requerimientos de la Fiscalía para que Morales concurra a declarar, sus abogados han dicho que no están dadas las garantías constitucionales e incluso temen por su vida.
Después de estas declaraciones, otros candidatos a la presidencia señalaron que Morales debería volver al país, pero para enfrentar a la Justicia.