El miércoles se difundió en Bolivia la encuesta más amplia previa a las elecciones, que se realizarán el 18 de octubre. En ella, figura como amplio favorito Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) que lidera el ex presidente Evo Morales.

Arce figura con una intención de voto de 29,2%, superando al ex presidente Carlos Mesa (19%), el líder opositor Luis Fernando Camacho (10%) y la presidenta de facto, Jeanine Áñez (7,7%).

Pero el dato que más preocupó a la oposición es que si se tienen en cuenta únicamente los votos válidos (los que se dirigen a un candidato), Arce ganaría en primera vuelta con 40,3% del respaldo, frente al 26,2% de Mesa.

Fue la difusión de esa encuesta, según el diario boliviano La Razón, lo que llevó a que Áñez decidiera bajar su candidatura y llamar, nuevamente, a que la oposición se una para evitar una victoria del MAS.

“Hoy dejo de lado mi candidatura a la presidencia de Bolivia para cuidar la democracia”, dijo la presidenta en un video difundido a los medios. Esta decisión no implica un “sacrificio” sino “un honor”, ya que busca “ayudar a la victoria de los que no queremos las dictadura”. “Si no nos unimos, vuelve Morales”, “la democracia pierde” y “la dictadura gana”, aseguró.

“Quiero llamar a la unidad de los que creen en la democracia”, dijo Áñez en la grabación, y reiteró su llamado a que haya sólo “un candidato democrático para enfrentar al MAS”.