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Cementerio de Nossa Senhora Aparecida, el 13 de enero, en Manaus, estado de Amazonas, Brasil

Foto: Michael Dantas, AFP

El gobierno de Brasil reconoce que colapsó el sistema de salud pública en el estado de Amazonas

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Cientos de personas están en lista de espera para acceder a una cama de CTI en los hospitales de Manaos.

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Leído por Lola Livchich
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Los contagios de covid-19 se dispararon en los últimos días en el estado de Amazonas, en el norte de Brasil. En el Hospital Universitario Getúlio Vargas, en Manaos, la capital del estado, los médicos llegaron este viernes al punto de tener que elegir a quien salvar, porque los tanques de oxígeno no alcanzaban para todas las camas y fue necesario “elegir a quién colocárselos, al paciente que tenía el mejor pronóstico de salir de la crisis de la covid, el más joven”, dijo uno de los médicos del hospital al periódico Carta Capital. Los trabajadores de la salud denuncian desde hace días que ya hubo muertes por asfixia y que falta oxígeno.

También el gobierno admitió que en Manaos el sistema no da abasto. “Considero que sí hay un colapso en la atención de salud en Manaos, la fila para camas [de CTI] crece bastante. Estamos hoy con 480 personas en la fila”, dijo el ministro de Salud, Eduardo Pazuello el jueves de noche. Afirmó que esta situación, que calificó como “extremadamente grave”, se debe en parte a que es difícil enviar insumos porque “Manaos es como una isla en medio de la selva amazónica. Brasilia es la última gran ciudad y está a tres horas de vuelo”. Ante esta situación, el gobierno de Venezuela, que tiene frontera terrestre con ese estado, aunque difícil de transitar, ofreció tanques de oxígeno.

Este viernes se intensificaron además las gestiones para trasladar a otros estados a unas 200 personas, y enviar tanques de oxígeno a Amazonas en vuelos militares. A Manaos llegan unos 12.000 metros cúbicos de oxígeno por día, y la ciudad produce otros 30.000, pero se necesitan 76.000 para atender a todos los pacientes que requieren asistencia respiratoria. Finalmente, al final del día se logró este viernes un abastecimiento para las siguientes 48 horas.

Debido a esta crisis, fue decretado un toque de queda por diez días en la ciudad, para intentar frenar los contagios. La medida implica una restricción del tránsito de personas que trabajan en servicios esenciales, y se aplica por 11 horas, de 19.00 a 6.00. La ciudad, de 2,2 millones de habitantes, llegó el jueves a un total acumulado de 223.000 casos y casi 6.000 muertes, varios cientos ocurridas esta semana. A su vez, Brasil sigue siendo el tercer país del mundo en número de contagios de coronavirus y el segundo en muertes.

La crisis sanitaria fue motivo de enfrentamientos políticos, después de que el presidente de Brasil admitiera la gravedad de la situación, pero sin asumir que su gobierno tenga alguna responsabilidad. “Nosotros estamos siempre haciendo lo que hay que hacer. [Hay un] problema en Manaos, terrible el problema allá. Pero nosotros hemos hecho nuestra parte, [con] recursos y medios”, dijo Jair Bolsonaro.

Área del cementerio de Nossa Senhora Aparecida, reservada para víctimas de covid-19, el 13 de enero, en Manaos, estado de Amazonas, Brasil. Foto: Michael Dantas, AFP

El gobernador de San Pablo, João Doria, rival de Bolsonaro, dijo que enviaría 40 respiradores a Manaos, y afirmó que lo que está ocurriendo es “resultado de la política caótica de salud pública del gobierno federal” y su “negacionismo”. Para Doria, el Congreso y la sociedad civil deben reaccionar ante la manera en que Bolsonaro gestiona la pandemia.

Doria no fue el único. Otro posible rival de Bolsonaro en las elecciones de 2022, Luciano Huck, también responsabilizó al presidente y dijo que la crisis es consecuencia “de la irresponsabilidad, de la falta de coordinación, de la falta de respeto, de la negación a la ciencia, y de todos los absurdos y locuras que estamos viendo, oyendo y leyendo de las autoridades brasileñas”. El dirigente convocó a cacerolear en la noche de este viernes contra el gobierno.

El Partido Socialismo y Libertad, de izquierda, anunció que presentará una denuncia ante la Organización Mundial de la Salud para obligar a Bolsonaro a dar una explicación pública sobre lo que ocurre en Manaos y sobre su insistencia en que se utilice hidroxicloroquina para tratar la covid-19. El jueves el presidente insistió en que se debería estar aplicando ese medicamento, que no está indicado para esta enfermedad, para solucionar la situación en Amazonas.

A su vez, el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Comunista de Brasil pidieron al Supremo Tribunal Federal que intime al gobierno a abastecer de oxígeno y otros insumos a los hospitales de Manaos. Uno de los ministros de esa corte, Ricardo Lewandowski, accedió al pedido y dispuso que el gobierno tome de inmediato todas las medidas a su alcance para atender esta crisis y presente en un plazo de 48 horas un plan detallado de las estrategias, cronogramas y recursos que tiene previsto aplicar a partir de entonces.

“Es muy triste tener que movilizar a la Justicia para que el gobierno federal tome los recaudos que tiene obligación de tomar”, dijo la presidenta del PT, la diputada Gleisi Hoffmann. Además, la dirigente llamó a suspender el receso parlamentario para que el Congreso trate esta crisis sanitaria y a “socorrer a Amazonas, garantizar la vacunación y aprobar la renta de emergencia”.

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