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Nayib Bukele, presidente salvadoreño, el 22 de febrero, en San Salvador.

Foto: Marvin Recinos / AFP

Según las encuestas, el presidente salvadoreño Bukele saldrá fortalecido de las elecciones del domingo

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La violencia electoral marcó la campaña para las legislativas y municipales de El Salvador.

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Leído por Andrés Alba
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De acuerdo con los sondeos de intención de voto, las elecciones del domingo pueden reforzar la figura de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, pese al cuestionado papel que jugó durante la campaña electoral. El partido Nuevas Ideas, que apoya a Bukele y que es comandado por un primo suyo, aparece primero en las encuestas para las legislativas del domingo.

En las últimas elecciones, Bukele se presentaba como un candidato ajeno a la política, aunque contaba con el apoyo de una coalición, Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Como candidato de este sector, logró derrotar a las dos grandes fuerzas políticas de El Salvador: el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), surgido en 1992 de la guerrilla de izquierda que llevaba ese mismo nombre, y la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).

Hoy el Congreso tiene 35 diputados de Arena, 23 del FMLN, diez de Gana, nueve del Partido de Concertación Nacional, tres del Partido Demócrata Cristiano, uno de Cambio Democrático y uno independiente.

Al estar en minoría, Bukele ha tenido fuertes cruces con el Legislativo desde que asumió la presidencia, en junio de 2019.

Esta situación puede cambiar drásticamente si Nuevas Ideas logra la mayor cantidad de votos en unas elecciones en las que se renueva la totalidad de los escaños en el Congreso.

Otra interrogante se abre en cuanto a los 262 municipios que también renovarán sus autoridades en las elecciones del domingo. Por la alcaldía de la capital, San Salvador, los principales competidores son Ernesto Neto Muyshondt, el actual alcalde, que pertenece a Arena y busca la reelección, y Mario Durán, de Nuevas Ideas.

Las autoridades electorales le ordenaron a Muyshondt que se abstenga de emitir, desde el cargo de alcalde, mensajes que tengan como objetivo incidir en la votación. Antes, el 5 de febrero, fue emitida una orden similar dirigida al presidente. Las autoridades le señalaron a Bukele que los mensajes vedados son los que buscan que los votantes “apoyen electoralmente a candidatos y partidos afines al gobierno oficial y evitar que los candidatos de los partidos de oposición logren más simpatías o pierdan su caudal de votos”, según citó la agencia Efe. También se le recordó al mandatario, de 39 años de edad, que no puede hacer campaña con inauguraciones de obras de infraestructura, por ejemplo, después de que Bukele lanzara una campaña sobre una obra de ese tipo y difundiera la entrega de computadoras a escolares.

Un punto de quiebre en esta campaña fue el ataque a tiros que sufrió un camión con militantes del FMLN, que dejó a dos personas muertas.

El presidente, que suele comunicar sus decisiones y opiniones por Twitter, no sólo no condenó el ataque, sino que dio a entender que la acción fue un autoatentado: “Parece que los partidos moribundos han puesto en marcha su último plan. Qué desesperación por no perder sus privilegios y su corrupción. Pensé que no podían caer más bajo, pero cayeron”. Sus dichos fueron repudiados desde distintos partidos, ámbitos institucionales y organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos, salvadoreñas e internacionales.

La Fiscalía responsabilizó por el ataque a tres empleados del Ministerio de Salud. Uno de estos funcionarios, Diego Alvarado, que era agente de la División de Protección a Personalidades Importantes de la Policía y jefe de seguridad del Ministerio de Salud, también fue herido de bala ese día, aunque no se pudo determinar quién lo hirió. Después de un mes internado, Alvarado murió ayer.

Durante la investigación, el gobierno insistió en apoyar la versión de la Policía, según la cual hubo un enfrentamiento entre dos bandos, pese a que la Fiscalía pudo establecer mediante registros de audio y de imágenes, además de testimonios, que se trató de un ataque de parte de los funcionarios contra el camión en el que viajaban los militantes del FMLN.

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