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Jair Bolsonaro saluda a simpatizantes que celebran su cumpleaños 66, ayer, frente al Palacio de la Alvorada, en Brasilia.

Foto: Joédson Alves, EFE

Bolsonaro nuevamente arremetió contra los gobernadores por sus políticas contra la pandemia y en tono amenazante dijo que las Fuerzas Armadas están de su lado

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En el día de su cumpleaños, el mandatario dijo que “sólo Dios” puede sacarlo de la presidencia.

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Leído por Virginia Recagno.
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El mandatario brasileño Jair Bolsonaro celebró este domingo su cumpleaños número 66 junto a centenares de simpatizantes que se acercaron a saludarlo a la puerta del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial ubicada en Brasilia.

Junto a una torta que tenía los colores de la bandera de Brasil y también un escudo de Palmeiras, equipo del que es hincha, Bolsonaro realizó un discurso en el que nuevamente atacó a los gobernadores por implementar medidas restrictivas para evitar la propagación del coronavirus y además, en tono amenazante, dijo que las Fuerzas Armadas están de su lado y que “sólo Dios” puede sacarlo de la presidencia.

“Pueden estar seguros, mi fuerza viene de Dios y de ustedes. Mientras sea presidente, sólo Dios puede sacarme del puesto. Seguiré estando junto a ustedes”, dijo el excapitán, vitoreado por sus seguidores, quienes se aglomeraron sin ningún tipo de precaución para saludar a su líder, que está viviendo un momento político sumamente complejo, mientras el país sigue siendo el epicentro de la pandemia de coronavirus, que ya costó la vida de casi 294.000 brasileños.

Además, en tono de amenaza, Bolsonaro expresó que las Fuerzas Armadas estarían de su lado si alguien pretendiera sacarlo del Ejecutivo.

“Pueden estar seguros, nuestro ejército es verde oliva y son ustedes también. Cuenten con las Fuerzas Armadas para mantener la democracia y la libertad”, dijo. Luego, refiriéndose directamente a los gobernadores que están imponiendo limitaciones a la movilidad en sus estados, dijo que “están tirando de la cuerda”, según consignaron medios brasileños.

Pero pese a la presión que están ejerciendo los líderes estaduales, el mandatario expresó: “No vamos a ceder ese poder que me dio el pueblo en el momento de las elecciones. Hicimos el proyecto social más grande del mundo, que es la ayuda de emergencia. Ahora, lo que más me dice la gente es ‘quiero trabajar’. Nadie quiere vivir del Estado y renunciar a su libertad. Ganaremos esta batalla. Estamos del lado derecho. No queremos que el país se sumerja en el socialismo”, agregó.

Los dichos de Bolsonaro generaron repercusiones y una de las primeras en reaccionar fue la presidenta del Partido de los Trabajadores, la diputada federal por el estado de Paraná Gleisi Hoffmann, que escribió en su cuenta de Twitter: “Bolsonaro retomó su escalada autoritaria, presionado por el caos que él mismo causó al país, sin mostrar ningún camino de salida para la crisis. Volvió a amenazar con los militares. Entonces ellos se tienen que pronunciar sobre el tema, para demostrar que no están en connivencia con esta amenaza a la democracia. Y a nosotros nos corresponde subir el tono para presionar al Congreso para llevarlo a un juicio político”.

El discurso de Bolsonaro se dio en una semana muy particular, ya que el miércoles está previsto que el mandatario se reúna con los líderes del Congreso, con los gobernadores y también con algunos alcaldes. La idea del encuentro es la formación de un comité estratégico para planear una respuesta coordinada a la pandemia, aunque por cómo vienen las cosas parece difícil que este cónclave termine de buena manera.

Según informó Folha de São Paulo con base en fuentes del Congreso, algunos parlamentarios consideran esta reunión como la “última oportunidad” de Bolsonaro. Si el encuentro del miércoles no llega a buen puerto, muchos legisladores pretenden instalar en el Congreso una comisión parlamentaria de investigación sobre la covid-19 y algunos buscan directamente comenzar a promover el juicio político al mandatario.

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