La gravedad que los brasileños le atribuyen a la crisis sanitaria va en aumento, según una encuesta de Datafolha que se ha repetido en los últimos meses. El estudio concluye que 79% de los brasileños cree que la pandemia de covid-19 está fuera de control, 18% dice que está controlada de manera parcial, 2% que está totalmente controlada y 1% prefiere no responder. Más de la mitad, 55%, dice tener mucho miedo a contagiarse. En enero, la proporción de encuestados que daba esa respuesta en el mismo estudio era de 44%.

También aumentó el porcentaje de quienes creen que la crisis está fuera de control, y esa opinión es más extendida entre los pobres (82%) que entre los ricos (69%). A esto se agrega que 65% cree que la situación económica en Brasil va a empeorar, el porcentaje más alto que se registró desde 2015, informó Folha de São Paulo.

Debido a la crisis sanitaria, los gobiernos de varios estados y ciudades de Brasil cerraron actividades económicas y espacios públicos. Este viernes le tocó el turno a las playas de Río de Janeiro, una ciudad que acumula más de 19.500 muertes por covid-19 desde febrero de 2020.

Para evitar que la gente se agolpe en las playas, el alcalde, Eduardo Paes, emitió un decreto que prohíbe bañarse en el mar, permanecer en la arena o practicar deportes allí desde este sábado hasta la tarde del lunes.

“En Río, el alcalde cerró todo. Hasta la playa”, se quejó el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que recurrió al Supremo Tribunal Federal para que restrinja el poder que tienen los alcaldes y gobernadores para tomar medidas de este tipo. Su gobierno pidió que los decretos que limiten las actividades o la circulación requieran ser aprobados primero por los órganos legislativos locales, lo que retrasaría su aplicación.

Según cálculos elaborados por Folha de São Paulo, una de cada cuatro personas que fallecieron esta semana por covid-19 en el mundo murió en Brasil, aunque el país tiene sólo 2,7% de la población mundial. El último reporte oficial de coronavirus en ese país, del jueves, fue de 2.639 muertes en 24 horas, con las cuales se llegó a un total que supera las 287.000.