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Rocío Monasterio durante un acto de campaña para las elecciones a la Comunidad de Madrid, de 18 de abril. Foto: Luca Piergiovanni, EFE

Una ofensiva ultraderechista contra candidatos y migrantes alteró la campaña electoral en Madrid

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Los últimos debates antes de la elección de un nuevo gobierno madrileño fueron cancelados después de que Rocío Monasterio, la candidata de Vox, pusiera en duda las amenazas de muerte que recibieron otros dirigentes.

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Leído por Abril Mederos
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Con frecuencia los discursos de la extrema derecha tienen puntos de contacto. En España, dirigentes políticos y periodistas señalaron diversas coincidencias entre el que desplegó Vox en las últimas semanas y los discursos de Donald Trump, Jair Bolsonaro o incluso del nazismo. La ultraderecha española llevó adelante una campaña agresiva para las elecciones del martes, en las que se define la presidencia de la Comunidad de Madrid, la región donde se encuentra la capital, y apuntó en particular contra dos objetivos: los inmigrantes y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

“Hay una estrategia de deshumanización que es un calco de lo que hacían los nazis”, dijo Iglesias. “La ultraderecha ya no nos señala como rivales ideológicos, como ‘rojos’; me llaman rata, chepudo [jorobado], van directamente al ataque personal sin ningún tipo de límite. Esto hace un daño enorme a la democracia y, aunque nosotros vayamos a poner una denuncia, esto hay que pararlo en las urnas porque nos estamos jugando la democracia española”.

En redes sociales el discurso contra Iglesias, que dejó la vicepresidencia española para postularse a la presidencia de la comunidad de Madrid, se volvió más violento. Una organización de consumidores, Facua, denunció la semana pasada una tienda online que vendía camisetas con imágenes de Iglesias con una diana dibujada en la cabeza, ensangrentado, con textos como “se busca vivo o muerto” o “temporada de tiro al marqués”, informó el diario Público. El lema de la tienda es “Camisetas y sudaderas para patriotas y militares”. Algunas de las que vendía eran específicas para partidarios de Santiago Abascal, el líder de Vox.

En estas elecciones Iglesias ni siquiera es un peligro electoral para Vox o el rival al que vencer en las urnas. Si bien el líder de Unidas Podemos compite por la presidencia de la Comunidad de Madrid con Rocío Monasterio, la candidata de ese partido ultraderechista, las encuestas indican que ninguno de los dos va a ganar el martes.

Entre los partidos de izquierda, Unidas Podemos es el tercero en votos en estas elecciones. En primer lugar aparece en los sondeos el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y en segundo, Más Madrid, la organización política que en 2018 impulsó a Manuela Carmena como alcaldesa de la capital y a la que se integró el exdirigente de Podemos Íñigo Errejón en 2019.

Sin embargo, es posible que después de las elecciones del martes el partido de Iglesias o el de Monasterio se integren a una coalición de gobierno. En uno de los escenarios que puede dejar la votación, el conservador Partido Popular (PP) volvería a gobernar Madrid, con Isabel Díaz Ayuso como presidenta regional, pero necesitaría los votos de los diputados de Vox para llegar al gobierno, ya que la otra organización política de la derecha española, Ciudadanos, parece encaminada a quedarse sin representación parlamentaria en esa comunidad autónoma. Por eso la izquierda llama a votar el martes y advierte del riesgo de que la ultraderecha gane poder.

Otra posibilidad, que según los sondeos es menos probable, es que la derecha no logre una alianza que sume la mayoría de 69 escaños que se requiere para gobernar, y sí la alcance el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con Ángel Gabilondo como candidato y con el apoyo de los diputados que obtengan Unidas Podemos y Más Madrid.

“Nosotros deportaremos”

A mediados de abril, amplios carteles publicados en el centro de Madrid mostraron la imagen de una mujer anciana y la de un hombre joven de piel más oscura, con tapabocas y una capucha negra, identificado como “un mena”, nombre que se les da a los adolescentes o niños inmigrantes que llegaron a España sin sus padres. Las fotos estaban acompañadas por un texto: “Un mena, 4.700 euros al mes. Tu abuela, 426 euros de pensión/mes”, y a continuación el eslogan del partido: “Vox. Protege Madrid. Vota seguro”.

Distintos dirigentes políticos reaccionaron contra ese cartel, que consideraron una manera de incitar al odio contra los migrantes, y señalaron que además lo que dice el texto no es real. La alianza Más Madrid denunció a Vox ante la Fiscalía de la capital y publicó en su cuenta oficial de Twitter: “No concederemos ni un milímetro a la ultraderecha racista y cruel que señala a los niños y niñas. Otros los incorporan a sus gobiernos”. A su vez, Iglesias comparó este afiche con los que el nazismo dirigía contra los judíos, y escribió en Twitter: “No podemos permitir que estos criminales gobiernen en Madrid. Vamos a denunciar su propaganda nazi a la Junta Electoral”.

La Fiscalía inició una investigación de oficio por un delito de odio y el gobierno español condenó esa propaganda. “Es un ataque hacia los niños y las niñas más vulnerables de nuestro país, que son los que migran solos, sin su familia, que muchas veces en el tránsito migratorio han sufrido terrible violencia y que cuando llegan aquí muchas veces son acogidos en condiciones que no siempre cumplen todas las garantías”, dijo la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.

Unas 200 organizaciones y entidades como Save the Children y Unicef emitieron un comunicado conjunto en el que consideran “intolerable la instrumentalización de los niños que llegan solos a España en la estrategia electoral de cualquier formación política”. La Asociación Marroquí para la Integración de Inmigrantes, además de manifestar su repudio, señaló que esos niños no reciben ninguna prestación monetaria. Por otra parte, de acuerdo con Público, también es engañoso el dato de los 426 euros. La jubilación media en Madrid era el año pasado de 1.194,84 euros por mes y la única pensión semejante a la que menciona Vox sería la que reciben aquellos trabajadores que aportaron menos de 15 años a la seguridad social.

“Nosotros le deportaremos”. Tuit de Vox sobre el candidato de Unidas Podemos al parlamento madrileño Serigne Mbayé.

Ese cartel no es una excepción, sino una muestra de la postura de Vox frente a los extranjeros. Cuando la prensa anunció que el vocero del Sindicato de Manteros de Madrid y militante por los derechos de los migrantes Serigne Mbayé, de origen senegalés, sería candidato por la lista de Unidas Podemos para las elecciones del martes, la cuenta oficial del partido en Twitter reprodujo la noticia, con la foto del dirigente y escribió debajo: “Nosotros le deportaremos”.

Muchos en España quedaron asombrados. “Mbayé tiene nacionalidad española. Así que Vox dice que deportará a Mbayé por el hecho de ser negro. Quitar la nacionalidad y deportar por ser negro. Igual que por ser judío. Sigan ustedes mirando para otro lado”, tuiteó el periodista Antonio Maestre.

“Decir que vas a deportar a un ciudadano español es muy fuerte”. Serigne Mbayé, ciudadano español de origen senegalés.

Mbayé llegó a España en 2006, y regularizó su situación antes de trabajar de mantero, como se llama a los vendedores que colocan su mercadería sobre una manta en espacios públicos. Desde entonces trabajó en diversos oficios y obtuvo la nacionalidad española.

“Decir que vas a deportar a un ciudadano español es muy fuerte”, dijo Mbayé. Consideró que se trata de una reacción que sólo se explica porque es negro y consideró que esta muestra de racismo “tiene que hacernos pensar en lo que está ocurriendo con la extrema derecha”.

Sospechas comunes

Pablo Echenique, dirigente de Podemos, dijo que “si la gente decente no paramos a los fascistas violentos y a sus cómplices del PP en las urnas”, el futuro de España se puede parecer al Brasil de Bolsonaro. Algunas comparaciones de Vox con Donald Trump y Bolsonaro aluden a sus posturas políticas, y otras al manejo de información engañosa o falsa.

La estrategia que Trump utilizó en su campaña a la reelección, en la que insistió en que si él no ganaba sería por un fraude cometido mediante el voto por correo, fue imitada después por Bolsonaro, que ya advirtió que en el sistema electoral de Brasil puede ocurrir algo semejante en las elecciones de 2022.

Ahora es la extrema derecha española la que habla de “pucherazo” o fraude, y pone en duda la legitimidad de las elecciones y en particular el voto por correo. Surgieron varios usuarios que publicaron un mismo mensaje en Twitter: cada uno de ellos dice que es un funcionario del servicio de Correos que siempre votó al PSOE y agrega: “Después del montaje que están haciendo tomándonos a todos los españoles por tontos, he decidido que en las próximas elecciones votaré a Vox”.

Cartel en la Estación de Sol en Madrid. Captura

Otros mensajes de usuarios denuncian que el servicio de Correos les emitió un ticket como si hubieran votado, aunque no lo habían hecho. Las autoridades de Correos explicaron que como el voto se envía sin costo, el ticket queda pendiente en la caja y sale cuando le cobran al siguiente usuario. Explicó además que ese ticket no tiene ninguna validez para comprobar el voto. Sin embargo, Vox anunció que denunciaría estos casos a las autoridades electorales.

Al igual que pasó en Estados Unidos, el voto por correo creció en el contexto de pandemia. En Madrid tuvo un aumento de 42,8% con respecto a las elecciones de 2019, aunque sólo alcanza a 5,61% del total de votantes.

Sin debates

El jueves 21 llegó a la sede del Ministerio del Interior un paquete con balas de distinto calibre y cartas con amenazas de muerte para el titular de esa cartera, Fernando Grande-Marlaska, la directora de la Guardia Civil, María Gámez, y para Iglesias y su familia. El texto dirigido al ministro decía: “Tienes diez días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos [disparos]”. La amenaza para el líder de Unidas Podemos decía: “Pablo Iglesias Turrión, has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer, tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agotó”.

Consultada sobre esas amenazas, la candidata de Vox las puso en duda. “Yo de Pablo Iglesias me creo poco. Creo que todos los españoles, cada vez que vemos algo que dice Pablo Iglesias, lo ponemos en duda”, dijo Monasterio a Radio Nacional de España.

“Apesta a montaje de Podemos”. Líder de Vox, Santiago Abascal, sobre una amenaza de muerte a Pablo Iglesias, su esposa y sus padres.

Cuando un periodista le aclaró que “esto lo ha dicho el gobierno” y no Iglesias, ella dijo que tampoco le cree al gobierno. “Yo siempre dudo del gobierno y los españoles también”, afirmó. Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, llegó a decir en un acto político que el asunto de las cartas “apesta a montaje de Podemos”

Dos días después, durante un debate entre los candidatos en Cadena Ser (en el que estaban todos menos Díaz Ayuso, porque la actual presidenta de la comunidad de Madrid había anunciado qué sólo asistiría al primero), la moderadora, Àngels Barceló, les preguntó a los postulantes su opinión sobre esas amenazas. Muy calmo, Iglesias pidió que Monasterio se retractara de sus dichos en los que puso en duda las amenazas de muerte y que las condenara. De lo contrario, no podría debatir con ella, dijo.

“Pues mire, yo digo lo mismo que he dicho antes”, respondió Monasterio. “Nosotros condenamos todo tipo de violencia. Me hubiera gustado que el señor Pablo Iglesias hubiera condenado la violencia que sufrimos en Vallecas”, dijo, en alusión a un acto de Vox que terminó con enfrentamientos con manifestantes antifascistas que protestaban contra su organización política. “Yo lo que he dicho es que los españoles ya no nos creemos nada de este gobierno. Si usted es tan valiente, levántese y lárguese. Lárguese de este plató. Pues lárguese, que es lo que queremos muchos españoles”, siguió la candidata.

“Si no se retracta y permitís que siga en este debate, creo que estáis cometiendo un error, blanqueando que esta gente pueda estar aquí defendiendo cosas que van en contra de la democracia”, dijo Iglesias a Barceló, mientras la voz de Monasterio se superponía a la suya: “Levántese y lárguese”. Cuando Iglesias se paró y se fue, la dirigente continuó: “Me alegro, fuera del plató es que tienes que estar, y de la política española también”.

“Por favor, señora Monasterio, esto no es un espectáculo, esto es un debate electoral entre demócratas y los demócratas ¿sabe qué hacemos? Escuchamos”, le dijo Barceló. “¿Es una moderadora o es una activista?”, le preguntó la candidata. “No, no, no. No soy una activista, soy una demócrata”, respondió la moderadora, que se acercó a Iglesias para pedirle que volviera al debate. Tocó la mano del dirigente mientras hablaba con él, y Monasterio continuó con una sonrisa: “¿Cogiéndole de la manita y no es una activista política? ¡Anda!”.

El debate finalizó cuando Gabilondo y la candidata de Más Madrid, Mónica García, también se retiraron y la moderadora lo dio por terminado. En Twitter, Vox publicó: “Lo hemos echado del debate de la Ser y pronto lo echaremos de la política española”. También el PP de Madrid emitió un tuit que parecía celebrar la situación: “Iglesias, cierra al salir”. Pero después lo eliminó.

A las amenazas contra políticos se sumaron otras. Correos interceptó un sobre con una navaja, al parecer con manchas de sangre, enviada a la ministra de Industria, María Reyes Maroto, y un paquete con balas dirigido al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. En ese paquete también había nuevas amenazas para Iglesias. La última en recibir una de esas cartas fue la presidenta madrileña y candidata del PP, Díaz Ayuso.

“No se trata de Madrid, se trata de nuestra democracia. Vox representa una amenaza para la democracia, para la convivencia entre españoles”. Pedro Sánchez, presidente del gobierno español

“No es un caso aislado”

El presidente español, Pedro Sánchez, dijo que Vox había cruzado una línea al poner en duda las amenazas, y advirtió contra la normalización de los discursos de extrema derecha en los medios y en la política. “No es una anécdota, no es un caso aislado. Es algo que tenemos que parar de inmediato. No se trata de Madrid, se trata de nuestra democracia”, dijo. “Vox representa una amenaza para la democracia, para la convivencia entre españoles”, agregó.

Unidas Podemos, el PSOE y Más Madrid anunciaron que no volverían a debatir con Vox. “Se acabaron los debates con la ultraderecha. No podemos debatir con quien está en contra de la democracia”, dijo Iglesias. A su vez, los canales La Sexta y RTVE decidieron cancelar los debates que tenían previstos para el lunes y el jueves.

“Espero que este gesto llegue a los ciudadanos. La democracia está en contra de la violencia”, dijo Gabilondo, y le preguntó públicamente a la candidata del PP si a pesar de todo sigue dispuesta a establecer una alianza de gobierno con Vox.

“Yo no soy Vox”, dijo Díaz Ayuso el jueves. La presidenta de la comunidad de Madrid ya había aclarado, sin embargo, que no es “equidistante entre Vox y Podemos”; está más cerca del primero que del segundo, y su discurso también. El jueves dijo que tiene ganas de que finalice la campaña para que Iglesias “se vaya” y afirmó que el dirigente “nació del mal para hacer el mal”.

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