La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, presentó este jueves el programa de Apoyo Alimentario, que se enmarca dentro del Plan ABC. Según explicó la jerarca, el objetivo del plan es atender la malnutrición infantil en la capital, por lo que estará enfocado a niños de cero a tres años, embarazadas y mujeres lactantes que presenten bajo peso.
El plan comenzará oficialmente el lunes 14 y la primera etapa será la identificación de esta población por medio de las consultas médicas en las policlínicas de la Intendencia de Montevideo (IM). Los profesionales de la salud serán los encargados de hacer foco en la evaluación nutricional de las personas y en caso de notar signos de malnutrición o directamente bajo peso los podrán inscribir en el programa.
Según aclaró Cosse, no está determinada previamente la cantidad de personas a las que alcanzará el plan, pero basados en un relevamiento previo de las policlínicas hasta el momento están identificadas unas 70 personas. Como no se puede estimar en esta etapa inicial la cantidad de personas que abarcará el plan, tampoco hay un estimado de la inversión que hará la intendencia, informó Cosse.
Una vez identificada la población, el plan se desarrollará en varias áreas. Una de ellas busca que las familias accedan a mejores alimentos, con alto valor nutricional, y para eso se elaboró un convenio con Cambadu, que nuclea a la mayoría de los comercios minoristas. La idea es que a partir del 1º de julio las personas ingresadas al programa, ya sea un niño, una embarazada o una lactante, puedan ir al comercio de su barrio con su cédula y abrir una cuenta corriente por 2.800 pesos al mes, durante 18 meses, que le permita comprar alimentos.
Otras líneas de acción incluyen la educación nutricional. En este sentido, Virginia Cardozo, directora de Salud de la IM, comentó que “además de la oportunidad de comprar los alimentos tenemos que poder trabajar en la autogestión de la compra, la elección de alimentos de alto valor nutricional y hábitos, por eso el enfoque familiar es muy importante. Vamos a trabajar con las familias en la priorización en la compra de alimentos que tengan nutrientes críticos para la infancia, como el hierro y el calcio”.
Tanto para la parte de educación nutricional como para la evaluación del programa la IM trabaja en conjunto con la Universidad de la República, en particular con el Núcleo de Alimentación y Bienestar. Sobre esto Cardozo puntualizó que a lo largo de todo el programa se hará una “valoración cuantitativa de cantidad de niños, embarazadas y lactantes que se registren, las intervenciones que se desarrollen, pero también una valoración cualitativa en la que vamos a estar midiendo la seguridad alimentaria de las familias, tanto al inicio como al final del programa, para generar datos sobre a qué nutrientes acceden, con herramientas en la evaluación que miden los cambios de hábitos y la percepción de las familias sobre el programa”.
Además, habrá un componente de desarrollo social, que implica visitas a las familias con equipos de trabajadores sociales que busquen apoyar en otras áreas y asegurarse de que los derechos de todo el núcleo estén protegidos.