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Centro de Nantes, Francia, el 17 de junio de 2021.

Foto: Loic Venance, AFP

La ultraderecha es favorita para las regionales del domingo en Francia

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A días de la votación el gobierno de Macron flexibilizó las medidas de distanciamiento social.

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Desde el jueves, en Francia dejó de ser obligatorio utilizar tapabocas en espacios públicos, excepto en algunos muy concurridos, como los estadios, y a partir del domingo se levantará el toque de queda nocturno que comenzó a regir en octubre. “Mis queridos conciudadanos, lo digo, lo siento, estamos viviendo un momento importante, un momento feliz de regreso a una forma de vida normal”, dijo el miércoles el primer ministro de Francia, Jean Castex, al anunciar la flexibilización de esas medidas contra la covid-19.

El diario Libération señaló que estos anuncios coinciden con las elecciones de autoridades de las 13 regiones administrativas de Francia, que fueron postergadas debido a la pandemia y que se celebrarán el domingo. Pero el gobierno aduce que tomó estas decisiones siguiendo las recomendaciones de los expertos en salud frente a una reducción del número de contagios, señaló el periódico. Con más de 67 millones de habitantes, Francia registra un promedio de 3.200 nuevos casos diarios.

En cuanto a la votación del domingo, varios partidos están preocupados por los resultados que pueden dejar estas elecciones, que preceden a las presidenciales de 2022. Para La República en Marcha, el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, la competencia es difícil, porque es una organización política nueva que no tiene el arraigo del Partido Socialista (PS), que gobierna cinco regiones, o de la derecha tradicional, heredera de Jacques Chirac, que hoy está representada por el partido Los Republicanos y que gobierna seis de estos 13 territorios.

Por otra parte, la ultraderecha avanza en las encuestas y se coloca como primera fuerza en intención de voto en la mitad de las 13 regiones. Si bien es habitual que en la primera vuelta de las municipales y regionales cobren fuerza candidatos como los del ex Frente Nacional, ahora llamado Agrupación Nacional, en Francia existe una segunda vuelta electoral, una semana después, que permite a los demás partidos unirse para frenarle el paso. Así fue como, a pesar de haber reunido 30% de los votos en 2015, la Agrupación Nacional quedó fuera de los gobiernos regionales. Pero esta vez, la dispersión de partidos y votantes pone en duda que se forme ese frente común.

Según una encuesta de Ipsos publicada por France Télévision y Radio France, el ultraderechista Thierry Mariani, candidato de Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, podría alcanzar en segunda vuelta 51% de los votos en la región Provenza Alpes Costa Azul, que comprende ciudades como Niza y Marsella, y en la que viven cinco millones de personas. Ese partido también aparece como favorito en la región Borgoña-Franco Condado, donde se encuentra la ciudad de Dijon, en Centro-Valle del Loira, que comprende Orléans, y en Grand-Est, donde está Estrasburgo.

El domingo miles de manifestantes, en su mayoría de izquierda, marcharon en París y otras grandes ciudades en rechazo a la ultraderecha. Participaron dirigentes sindicales, representantes de organizaciones sociales y líderes políticos, entre ellos Jean-Luc Mélenchon.

Durante esa protesta, un hombre que se identificó como un nacionalista de izquierda roció con harina a Mélenchon, en un incidente que recordó a otro sufrido unos días antes por Macron. El 8 de junio, durante una gira por el sur de Francia, el presidente fue golpeado en la cara por Damien Tarel, un hombre de 28 años, que gritó un lema de la extrema derecha monárquica (“¡Montjoie Saint-Denis!”) y “¡Abajo la Macronía!”. La agresión fue repudiada incluso por la ultraderecha, y Tarel recibió una condena a 18 meses de privación de libertad, cuatro de los cuales son de prisión efectiva.

Pese a esos episodios aislados, según las encuestas, las elecciones regionales del domingo no movilizan demasiado a los franceses y se prevé que la abstención supere el 50%. Sin embargo, son una instancia a la que están atentos los partidos pensando en las presidenciales del año que viene. Justamente, al interés en esas elecciones de 2022 se atribuyó esa gira reciente de Macron por el sur del país, en la que se propuso “tomarle el pulso” a la situación de Francia y “entrar en contacto con la gente”.

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