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El Senador Renan Calheiros (c), relator de la Comisión de Investigación Parlamentaria que investiga el manejo del gobierno de la pandemia de coronavirus, en Brasilia (archivo, abril de 2021).

Foto: Jefferson Rudy, prensa del Senado, AFP

Legisladores enviaron una carta al plantel de la selección diciéndole que la Copa América no es “segura para el pueblo brasileño”

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El senador Renan Calheiros, quien es el relator de la comisión que está investigando la gestión de la pandemia de coronavirus realizada por el gobierno de Jair Bolsonaro, envió una carta a los jugadores de la selección brasileña en la que, entre otras cosas, les dice a los deportistas que la realización de la Copa América en Brasil sería “un mal ejemplo” y no sería “segura para el pueblo brasileño ante la inminencia de la llegada de una tercera ola de la pandemia al país”.

En la comunicación enviada por Calheiros, que además tiene la firma de otros integrantes de la comisión, se explica a los jugadores que el nivel de inmunización en el país es bajo, apenas sobrepasa 10% de la población, se les recuerda que hay sectores políticos determinados a que el torneo se realice en el país bajo cualquier concepto y se agrega que seguir los protocolos internacionales en este momento tan grave es una cuestión puramente técnica.

La carta, consignada por los medios brasileños, coincide con el pensamiento de la mayoría de los integrantes del equipo, que se opusieron a la postura de los dirigentes y no quieren disputar el certamen. De hecho, el tema generó una gran crisis interna dentro de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), cuyo presidente, Rogério Caboclo, fue suspendido del cargo el domingo por 30 días luego de que trascendiera una acusación que pesaba en su contra por acoso sexual realizada por una funcionaria de la entidad.

Además de la postura de los jugadores, que será hecha pública luego del partido que Brasil jugará contra Paraguay por las Eliminatorias el martes en Asunción, el director técnico del equipo, Tite, también dejó entrever su posición contraria a la disputa del torneo, lo cual llevó a que desde el gobierno de Bolsonaro se presione a la CBF para que sea removido del cargo.

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