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Murga Asaltantes con Patente, el 19 de enero, en el Antel Arena.

Foto: Natalia Rovira

Políticos aficionados al carnaval opinan sobre la crítica de las murgas y su vinculación con la izquierda

6 minutos de lectura
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El blanco Álvaro Viviano y el colorado Felipe Schipani dijeron que sus partidos se han alejado de la fiesta tradicional al mostrar desinterés; coincidieron, al igual que dirigentes del Frente Amplio, en que las murgas criticaron a los gobiernos de izquierda.

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Con el comienzo del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas, que iba a tener este lunes su primera jornada en el Teatro de Verano y fue suspendida, se reedita la discusión sobre el tono de las críticas políticas de las murgas, así como su vinculación o no con la izquierda. En ese marco, legisladores de los partidos tradicionales que integran la coalición de gobierno y suelen concurrir al carnaval fueron consultados por la diaria y afirmaron que las murgas suelen tener una tendencia de izquierda, aunque reconocieron que en eso influyó el “desinterés” de sus colectividades por la tradicional fiesta popular. Además, señalaron que eso no quita que durante los 15 años de gobierno del Frente Amplio (FA) las agrupaciones hayan sido críticas con el poder de turno.

El diputado del Partido Nacional (PN) Álvaro Viviano se identifica como un aficionado del carnaval, y aseguró que “la izquierda se ha fortalecido mucho” en la actividad, y que esa línea de pensamiento está “en la esencia” de la tradicional fiesta, principalmente en la actualidad. “Hay que saber admitirlo, respetarlo y bancarlo”, dijo.

Según explicó, “no fue siempre así”. Viviano señaló que “hay un desarrollo y un vínculo en lo cultural muy potente que se ha ido trabajando” por parte de la izquierda, que “fue ganando legítimamente” su lugar, y también hubo una suerte de “desinterés de otro tipo de opiniones”. 

“La izquierda aprovechó un posicionamiento”, en el sentido de que “fue generando una inserción muy potente”, dijo Viviano, aunque agregó que “también es verdad que hay un abandono de los partidos tradicionales y de otros tipos de opiniones, hasta sin darse cuenta de lo que implica”. Consultado sobre este concepto, respondió que hubo “un descuido de los partidos tradicionales de una expresión cultural que refleja lo que cotidianamente piensa la sociedad”, y también se refirió a “cierta aversión por vincularse” al carnaval.

“Hasta los 70 Los Saltimbanquis [murga histórica de La Unión] representaban prácticamente una visión batllista de lo que implicaba la sociedad y estaba fuertemente gestionada por representantes del Partido Colorado (PC)”, puso como ejemplo. “Yo creo que el carnaval en su momento fue más repartido, fue más equitativo, fue más multicultural, y esa esencia se fue perdiendo”, agregó.

Similar fue lo expresado por Felipe Schipani, diputado del PC y secretario general del Comité Ejecutivo Departamental de Montevideo de esa fuerza política. Según dijo a la diaria, en el carnaval “hay una inclinación, una tendencia, que tiene que ver con una matriz ideológica de los partidos de izquierda de encontrarse en todo lo que son expresiones culturales”. Afirmó que “los partidos tradicionales tuvieron también fuerte presencia” en otras épocas, y que “el carnaval fue muy colorado en su momento, muy batllista”.

“La diferencia ha radicado en que desde la concepción liberal batllista no había un mandato a intervenir, a tratar de hacer de ese fenómeno cultural un medio para transmitir ideología, para que sea polea de transmisión, a diferencia del marxismo, que sí está convencido de que tiene que ser la cultura un ámbito para bajar línea política, generar conciencia social y política. Hay cuestiones ideológicas”, indicó Schipani. También reconoció que “los partidos tradicionales se fueron retirando” de eventos culturales de este tipo.

Críticas

Los dos diputados y aficionados carnavaleros coincidieron en que las murgas, en general, han sido críticas con los gobiernos del FA durante los últimos 15 certámenes con la izquierda al poder; en 2021, debido a la pandemia, no se realizó el concurso. Viviano dijo que los conjuntos “lo han hecho”, aunque matizó que “hoy, sin lugar a dudas, se han parado en otro lugar, con un rigor mucho más crítico y mucho más sostenido de lo que lo hicieron eventualmente con políticas del FA en el pasado”.

El diputado blanco aseguró que, desde 2005 a 2020, “prioritariamente figuraban aspectos vinculados a personajes, a situaciones o a cuestiones que rodeaban un poco a los partidos tradicionales y la crítica no se centraba tanto en la gestión política del gobierno de izquierda”. “Pero de ahí a creer que en general las murgas no hicieron hincapié en la crítica a los gobiernos anteriores, me parece que no es correcto”, sentenció.

A su turno, Schipani dijo que hubo “murgas que han sido muy críticas” con los gobiernos del FA, pero otras “han sido tibias”, ya que “han tendido más a plantear otras temáticas quizás no tan politizadas”. “La murga es crítica, o sea, no se me ocurre una murga que alabe al gobierno, no sería murga, no sería carnaval, entonces creo que fue una prueba de fuego para el carnaval tener que desarrollar toda esa tarea en el marco de un gobierno frenteamplista”, agregó. “Hubo carnavales más duros que otros, pero hay que comparar, vamos a ver cómo viene este año y ahí vamos a tener un punto de comparación, porque si no, nos tendríamos que ir muy atrás”, dijo.

Por su parte, otro aficionado a esta fiesta popular, el diputado frenteamplista Carlos Varela, presidente de la departamental de Montevideo de su fuerza política hasta que asuma Graciela Villar, dijo a la diaria que “es cierto que en los últimos años las murgas se han transformado en muchos casos en voceras de ideas de izquierda”, pero afirmó que eso también se relaciona “con la evolución de la sociedad uruguaya y del pensamiento electoral”. “No por casualidad el FA tuvo 15 años seguidos el gobierno con mayorías parlamentarias. O sea, las murgas son reflejo del pensamiento dominante de la sociedad”, apuntó.

“Es cierto que critican más a la derecha, tal vez porque la derecha hace mérito para que la critiquen más”, dijo, aunque aseguró haber escuchado “críticas durísimas” a los gobiernos del FA: “En algunos casos hasta me molestaban porque me parecía que eran injustas, pero como soy carnavalero y conozco los códigos, las bancaba sin problemas”.

Varela también repasó que “las murgas tuvieron una evolución”, en el sentido de que antiguamente, “cuando las formas de comunicación eran distintas”, hacían “una especie de crónica de todo lo que había pasado en el año”, lo que “ahora es menos razonable porque la gente está muy informada día a día de lo que pasa”. Actualmente, “lo que hacen es una interpretación a partir de la crítica”, lo que “el propio reglamento exige”. “En algunos casos se puede decir que se busca el aplauso fácil”, dijo, y agregó que en otros “el mensaje es un poco más rebuscado, más sutil”. “Pero todos buscan lo mismo: hay que llegar al público, lograr el apoyo de la gente y, si es posible, ganar el concurso”, expresó.

Mientras tanto el presidente electo del FA, Fernando Pereira, aseguró en diálogo con la diaria que “no dejaría nunca de ver carnaval porque una murga critique al FA”. Afirmó que quienes dicen que los conjuntos no cuestionaron a las autoridades ni al partido de gobierno entre 2005 y 2020 “son los que no fueron nunca al carnaval”. “Capaz que conviene que entren a Youtube y pongan las murgas de los años cuando el FA gobernó y van a encontrar críticas duras”, añadió.

En diálogo con el programa radial Más temprano que tarde, de El Espectador, la historiadora, profesora y escritora uruguaya Milita Alfaro también analizó la afirmación de que las murgas no han sido críticas con los gobiernos del FA. “Las cosas que se le han dicho al FA desde arriba del tablado son realmente muy grosas. Quienes dicen que no se criticó al FA en los últimos años es porque, me parece, no van al tablado, o prefieren hacer de cuenta que no se lo criticó porque eso cierra con una determinada visión que se intenta reflejar”.

Alfaro aseguró que “si en estos 15 años las murgas no hubieran criticado al FA, habrían desaparecido”, porque “es imposible pensar una murga que no sea capaz de poner el dedito en el ventilador, porque es la esencia de la murga”.

Pereira ante el recorte de publicidad de Antel: “¿Cuál es la crítica que tanto les molesta?”

Pereira criticó a Antel por decidir patrocinar el carnaval solamente a través de la empresa de televisación del concurso, Tenfield, y de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (Daecpu) para tener presencia en tablados y desfiles, y no a los conjuntos. “¿Cuál es la crítica que tanto les molesta que lleva a que Antel no les dé financiamiento a las murgas, que son el espectáculo con más entradas vendidas del Uruguay?”, preguntó.

Desde Antel se aduce que se tomó esta definición en base a un informe del departamento de marketing, y Pereira respondió: “Yo veo los tablados llenos, veo que las murgas convocan más que nadie. Yo no sé, la dirección de marketing esa ve algo que ningún uruguayo puede ver”.

“No habría Daecpu ni habría Tenfield si no hubiera murgas”, dijo en referencia al patrocinio decidido por la empresa estatal. “Si todos pensaran igual y no financiaran las murgas, podrás tener el mejor Teatro de Verano, el mejor Velódromo y la mejor imagen televisiva del país, que no va a haber carnaval”, subrayó.

“Es como decir ‘yo voy a contribuir a que la sala del Sodre esté bien, pero financiamiento para el ballet no hay, que María Noel Riccetto haga lo que pueda’. Y si no están Riccetto y el equipo de baile, ¿para qué te va a servir el Sodre?”, ironizó.

“¿Qué van a hacer con la cultura? ¿Un lugar donde las expresiones más diversas no se puedan dar o se puedan dar siempre y cuando logren financiamiento mínimo de otros lugares? ¿Qué es la cultura para un país? ¿Es una contienda electoral o es la posibilidad de que las organizaciones, las personas, los grupos, se expresen?”, preguntó el presidente electo del FA.

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