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El presidente Luis Lacalle Pou, el canciller Bustillo y Lorena Ponce de León a su arribo desde Dubai, el 23 de febrero de 2022. , Presidencia de la República

Foto: Susana Troude Lescout

El gobierno uruguayo y los Emiratos Árabes: apuesta de política exterior y dolores de cabeza

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Misiones oficiales de la administración de Lacalle Pou visitaron en dos instancias ese país, que hoy ocupa un lugar destacado en las polémicas por los casos de Astesiano y Marset.

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Leído por Mathías Buela
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Lorena Ponce de León, esposa del presidente Luis Lacalle Pou, abrió en diciembre de 2021 las puertas del pabellón de la sustentabilidad de la Expo Dubái. A ambos lados se apostaban músicos emiratíes con tambores, y Ponce de León, nombrada por varios medios internacionales como “primera dama” aunque esa figura no exista en Uruguay, bailó en la apertura junto a dos mascotas. En la Expo Dubái, una exposición internacional de productos e innovaciones, participan casi 200 países.

El video circuló largamente en redes sociales y generó polémica. “Esa gran puerta se le da el honor a algunos países y a algunas personalidades en un determinado día de poder abrirla”, explicó el subsecretario de Turismo, Remo Monzeglio, el 26 de diciembre en diálogo con Telemundo. “Lorena Ponce de León fue la figura central, porque ella fue a quien le designaron el honor de estar en el centro de esa apertura”, detalló. Consultada por Radio Sarandí sobre las críticas que recibió, Ponce de León destacó la representación que tuvo Uruguay en esa instancia y dijo que “hay gente a la que no le gusta” y que “se agarra” de su “color de pelo”. “Nací así y el que no le guste se puede teñir. Hay colores buenísimos, les puedo recomendar. En la peluquería se pueden hacer claritos”, expresó.

Pero no sólo el baile de Ponce de León generó cuestionamientos, sino también el hecho de que hubiera viajado en clase ejecutiva y su pasaje hubiera sido costeado parcialmente por el Estado, como confirmó Presidencia de la República en la respuesta a un pedido de acceso a la información pública realizado por la diaria. La otra mitad del pasaje la pagó el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), un país conformado por siete emiratos, uno de ellos Dubái.

Casi en el mismo momento en que Ponce de León jugaba un papel destacado en la feria emiratí, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, visitaba Catar (un emirato bien conocido por estos días que no integra EAU) junto al canciller Francisco Bustillo. La agenda de actividades no fue especificada en su momento por la cancillería, pero el objetivo, según manifestaron los jerarcas, fue atraer inversiones privadas y lograr acuerdos comerciales. Lacalle Pou se reunió con el emir de Qatar, Tamim bim Hamad Al Thani, y meses más tarde, según informó El País, le regaló una yegua criolla de nombre Murta LI.

No fue la última vez que el presidente uruguayo estuvo por la zona. En febrero de 2022 viajó nuevamente, en esa ocasión a Dubái y Abu Dabi –ambos integrantes de los EAU–, acompañado por Bustillo y por los ministros de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche; de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos; de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini; y de Turismo, Tabaré Viera. Se reunió con representantes de fondos de inversión y también con el jeque y príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed Al Nahayan, quien lo recibió en el palacio Al Shati.

Una apuesta por mercados e inversiones

La voluntad de reforzar los vínculos con Oriente Medio en materia de inserción internacional y comercio no figura ni en el programa de gobierno del Partido Nacional, ni en el programa común de la coalición gobernante, “Compromiso por el país”. De todos modos, Bustillo dijo en diálogo con la prensa al retornar del viaje a Dubái en febrero de este año que “auscultar las posibilidades que brinda la zona del Golfo, y en particular en este caso a propósito de la Expo Dubái” era “algo a lo que nos habíamos comprometido”, “en el marco de la inserción internacional”.

También al retorno de la visita a Dubái, el ministro Paganini, declaró a El País que el balance de la gira fue “muy positivo”. “Ellos tienen un posicionamiento, Dubái, como polo logístico para todo el Medio Oriente y el norte de África a partir de sus puertos, aeropuertos y zona franca, permite penetrar en estos mercados. Es el interés de ellos que Uruguay use la plataforma de Dubái para saltar a la región”, afirmó. Asimismo, los líderes emiratíes hablaron “muy francamente de la posibilidad de inversiones en América del Sur, en donde por ahora han invertido poco”, especialmente en materia de “seguridad alimentaria”, explicó Paganini.

El antecesor de Lacalle Pou en la Presidencia, Tabaré Vázquez, también optó por viajar a los Emiratos Árabes en el tercer año de gobierno de su primera administración, acompañado de una amplia comitiva, para reforzar las relaciones comerciales. En cambio, el expresidente José Mujica, que tuvo una presencia más activa en el exterior que Vázquez y Lacalle Pou, centró sus viajes mayormente en América Latina y Europa, a lo que sumó visitas a China y Estados Unidos.

Los casos de Marset y Astesiano

Recientemente, los Emiratos Árabes pasaron a formar parte de la discusión pública en Uruguay, y no precisamente por las políticas comerciales o los vínculos bilaterales a nivel de Estados. En los dos casos que más dolores de cabeza le generaron al gobierno este año, el del ex jefe de custodia presidencial Alejandro Astesiano y el del narcotraficante prófugo Sebastián Marset, ese país se constituye de manera directa o indirecta en escenario de los hechos.

Marset fue apresado y posteriormente liberado por la Justicia de los Emiratos Árabes gracias al pasaporte que le otorgó el gobierno uruguayo. Su abogado, Alejandro Balbi, envió correos electrónicos a diplomáticos en Emiratos Árabes para gestionar de forma “urgente” el pasaporte del narcotraficante. Recientemente se supo que Marset usó una carta del gobierno uruguayo que aseguraba que se le tramitaría un pasaporte uruguayo una vez que fuera liberado, una misiva que fue central para su defensa y posterior liberación. Asimismo, la diaria informó esta semana que la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, había sido advertida por su par del ministerio del Interior, Guillermo Maciel, sobre la peligrosidad de Marset antes de que se expidiera su pasaporte. Por esta situación, el sector Ciudadanos del Partido Colorado discutirá el próximo lunes si mantiene su respaldo a Ache.

En cuanto al caso de Astesiano, que ha tenido múltiples derivaciones, los chats del ex custodio divulgados revelan que mantenía un vínculo fluido con funcionarios de la embajada emiratí en Buenos Aires. No sólo para coordinar visitas oficiales, sino también para facilitar trámites, según consta en los chats difundidos.

A finales de febrero, luego de la visita de la misión oficial uruguaya a Emiratos Árabes, un funcionario emiratí le pregunta a Astesiano si una “carga de pescado congelado” que se despachó en Dubái había llegado al aeropuerto, en Montevideo. La situación desató múltiples especulaciones y el gobierno salió a aclarar que almacenó el pescado en el frigorífico Santa Clara y que gran parte del alimento lo donó a ollas populares.

Semanas más tarde, el funcionario árabe realiza otro pedido a Astesiano: le pide declarar un equipaje como valijas diplomáticas, y tras un intercambio de mensajes, Astesiano le termina diciendo: “A la orden, ojalá tengamos suerte”. “Dios quiera”, le responde el funcionario el 22 de marzo.

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