Vuvuzelas, cornetas y una larga cuerda de tambores conformaban la banda sonora que acaparaba el ambiente en la avenida Carlos María Ramírez, en donde este domingo de noche el exintendente de Canelones Yamandú Orsi lanzó su precandidatura a la presidencia, con miras a la elección interna del Frente Amplio (FA). El escenario estaba sobre la plaza Lafone, en La Teja, un espacio por demás simbólico para el FA, pero, sobre todo, por la asociación con la figura del fallecido expresidente Tabaré Vázquez; de hecho, a fines de febrero de 2020, a dos días de dejar su mandato, Vázquez fue homenajeado por su fuerza política en ese mismo lugar.
“Gobernar para la gente” es el lema de Orsi, que se podía leer en las pantallas de arriba del escenario. Abajo, las cornetas y el entusiasmo de los presentes se aceleraron cuando llegaron el expresidente José Mujica y la exvicepresidenta Lucía Topolansky, quienes vieron el evento delante del todo, al lado de otro exintendente de Canelones, Marcos Carámbula. Entre los dirigentes del FA que marcaron presencia también estuvo el senador Mario Bergara, otro precandidato frenteamplista, que llegó ya empezado el acto y recibió el saludo de Orsi desde el escenario.
“Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, seguimos acá. No nos rendimos, Tabaré”, fueron las primeras palabras de Orsi arriba del escenario, parafraseando aquel poema que Vázquez solía repetir. Orsi subrayó que era consciente de la relevancia del lugar en el que estaba dando el discurso y lo que significa ese espacio para la militancia frenteamplista. “La vida me dio la suerte de poder estar acá en aquel febrero de 1990, cuando el compañero Tabaré Vázquez se instalaba en el gobierno de Montevideo con aquellas utopías, y nos hablaba del boleto y de cómo se podía hacer un ciudad mejor. Así soñamos con el boleto para los estudiantes, hoy es una realidad”, reflexionó.
Orsi recordó y agradeció a varios referentes del FA fallecidos, como el general Liber Seregni, el exintendente Mariano Arana y el exvicepresidente y ministro de Economía Danilo Astori. Sobre este último, dijo que puso “bien en alto la responsabilidad a la hora de gestionar el gobierno”, y también agradeció a Carámbula por haber “enseñado tanto”. En la seguidilla de agradecimientos mencionó a Topolansky, de quien destacó “ese consejo y recomendación justa en los momentos en donde uno lo precisa tanto”. Y, en última instancia, se dirigió a Mujica, a quien definió como un “militante de todas las horas”, “ese que nos pidió que tomáramos las banderas, que no nos quedáramos, que siguiéramos militando y que lo superáramos, incluso. ¡Qué lo vamos a superar! Pepe, querido, gracias por militar todavía, y por dejar tan en alto lo que significa para el uruguayo la humildad, la austeridad y esa vocación republicana”, dijo, y se ganó una ola de aplausos.
“Hay mucha más desigualdad”
Ya entrando en el discurso más político, Orsi hizo referencia a lo dicho por el presidente Luis Lacalle Pou el sábado ante la Asamblea General, y consideró que el mandatario habló “de otra realidad”, porque “el país real es otro”. “Yo recomiendo, en cada comité, que si queremos conocer el país real, les preguntemos a las maestras, a los médicos que están en las policlínicas. El país real es ese, en el que el que se levanta todos los días a trabajar para parar la olla, para educar a sus hijos, cada vez más cuando llega fin de mes ve que le alcanza menos”, sostuvo.
Orsi agregó que “el país real es ese donde la gente tiene miedo a salir a la calle, porque andá a saber con lo que se va a encontrar, o [el] que, en las noches, el sonido que acompaña el descanso es el de la balacera”. “El país real es ese, en el que nos habla todo el mundo de que en el barrio anda el narco, o en el que la familia se te acerca y te dice que un hijo se le fue porque se entregó a la adicción y no tienen quién le dé una mano porque una terapia es muy cara”, continuó el precandidato.
Siguiendo con la evaluación de la situación del país, Orsi dijo que no se precisa “hacer mucho esfuerzo” para darse cuenta de “que hay mucha más desigualdad”, porque “hoy ya son casi 3.000 [personas] las que duermen en la calle”, y “el país real es el de los 500.000 ciudadanos que [sus sueldos] andan apenas por arriba de los 20.000 pesos”.
Orsi dedicó varios minutos a hablar de su experiencia en el gobierno de Canelones. Dijo que en 2004, antes de que empezara a gobernar el FA, “era un departamento que a nadie le ofrecía confianza, donde era poco menos que vergonzante hablar de las instituciones”. Subrayó que el déficit no era sólo económico, sino también “de servicio”, dijo que “todo el mundo sigue hablando” de lo que eran los pozos por aquel entonces y recordó que cuando “llovían tres gotas, la gente andaba en bote por Ciudad de la Costa”. “Recuperamos de a poco la confianza de la ciudadanía, fuimos capaces de crear una esperanza en ese departamento”, destacó.
Luego de repasar las diversas crisis que atravesó el país, subrayó que en tres períodos seguidos de gobiernos nacionales, el FA fue capaz de implementar el Plan Ceibal, así como el cambio de la matriz energética y “de disminuir la pobreza y la indigencia”. “Fuimos capaces de construir un Uruguay más justo, y eso surgió a partir de las luchas de las fuerzas sociales, de nuestro FA y de toda la población, que nos dio justa confianza, confianza que teníamos que recuperar, esperanza que teníamos que volver a construir”, insistió.
“No es ganar por ganar”
Ya en una referencia directa a las elecciones que se avecinan, Orsi dijo que el país al que aspira es “aquel que blinde de una vez por todas la infancia y la adolescencia”, e hizo hincapié en la necesidad de un nuevo “pacto educativo”: “Hay que generar más gente que se enamore de la educación, maestras, profesores. El país que soñamos también necesita un nuevo pacto educativo, un acuerdo que nos permita mirar hacia adelante, teniendo como protagonistas a los verdaderos actores de la educación, que son los maestros y los docentes”. Agregó que el país que sueña también es “aquel que encare una segunda fase en nuestro Sistema Nacional Integrado de Salud, porque la salud necesita ya una nueva intervención del sistema que nos permita visualizar hacia adelante”.
En cuanto a la seguridad pública, Orsi dijo que se debe considerar “un derecho humano fundamental, por lo tanto, no es un tema sólo de seguridad, sino además de acceso y democratización de la Justicia”. “No es sólo un tema del Ministerio del Interior -que vaya si tenemos que apoyarlo, vaya si tenemos que fortalecer y profesionalizar la labor de la Policía- [pero] también tenemos que brindarle recursos al Poder Judicial. También tenemos que defender la autonomía técnica de la Fiscalía y, ojo, no meternos desde la política a tratar de empujar las cosas para el lado que nos conviene. Porque en este país, como no puede ser de otra manera, el que las hace las paga, venga de donde venga”, subrayó.
Orsi agregó que “no es sólo haciendo más cárceles” que se resuelve el problema, ya que se debe saber bien “qué es lo que se quiere hacer con los centros de reclusión”, y agregó: “Hay que trabajar fuertemente para una articulación de toda la sociedad, para que podamos resolver en territorio los problemas que empujan a que nos pase lo que nos pasa. No puede ser que hoy estemos hablando de los riesgos de la infancia o de que los gurises tengan que estar instruidos por su maestra para que, cuando hay un tiroteo, se tengan que meter abajo en los bancos”.
Finalizando el discurso, subrayó que “nada puede” distraer al FA del “objetivo fundamental”, que es ganar en octubre, porque quiere gobernar para “cambiar los destinos de este país”. “No es ganar por ganar, sino porque tenemos claro que hay cosas que no pueden seguir, que no podemos seguir dependiendo del discurso ese que nos habla de un país que no existe, donde nada anda mal, sino que todo marcha fenómeno y, sin embargo, mirás para el costado y hay cosas que se caen a pedazos”, sostuvo.
Por último, dijo que el FA tiene que ganar, pero “no para vengarse ni cobrarse nada”, sino para “estar del lado del pueblo”. “Porque no queremos tampoco gobernar para sólo una mitad del país, tenemos que gobernar para todas y todos”, aseguró el exintendente canario, que se despidió con el sonido ensordecedor de los aplausos y las vuvuzelas.