El diputado de Cabildo Abierto (CA) Sebastián Cal cree que el empresario asesinado en Punta del Este Gonzalo Aguiar financió campañas políticas. En una entrevista con Informativo Sarandí, el legislador señaló que en un año de campaña donde se realizan “cenas millonarias” se tienen que “abrir los ganchos”.
“Uruguay no es una isla, no escapamos al narcotráfico. Uruguay ya no es un país de tránsito. Con la cantidad de cocaína que se incautó en el país, ¿qué otro sacudón necesitamos?”, se preguntó, y agregó que “cuando se hacen cenas millonarias de todos los bandos, tenemos que estar realmente atentos cuando aparecen esos lobistas diez días antes y te ofrecen comprarte 300 tickets. ¿De dónde viene?”.
“Sé que las campañas son caras, pero más caro es que se nos meta el narcotráfico”, añadió luego. Asimismo, Cal insistió en que “hay cosas que esclarecer y vínculos políticos”. En ese marco, sostuvo que “hay que investigarlo” porque “hay una estafa millonaria de por medio”, en alusión a los adeudos por la empresa Boreal.
Los vínculos de Martinelli con Aguiar
Estas declaraciones se dieron un día después de que el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, compareciera ante la Comisión de Seguridad y Convivencia del Senado, que trató el tema luego de las denuncias de Cal en un audio que difundió Crónicas del Este. En la comisión, Cal dijo que se sintió amenazado por el ahora empresario asesinado y que así se lo hizo saber al entonces ministro Luis Alberto Heber.
De acuerdo a la versión taquigráfica de la sesión de este martes, a la que tuvo acceso la diaria, Heber señaló que Cal “nunca habló de amenazas”, aunque sí de insultos. Según el exministro y hoy senador, si hubiese habido una amenaza “sería algo muy grave y yo mismo hubiera hecho la denuncia”.
En uno de los audios difundidos por Crónicas del Este, Cal apuntó hacia el herrerismo, y Heber respondió. “El herrerismo soy yo –perdonen que lo diga–, soy su presidente y no lo conozco. ¿Cómo va a decir eso si no conozco al señor Aguiar? No viajé con él dos veces a Colombia ni dos veces a Paraguay. Quien tenía conocimiento del señor Aguiar era el diputado Cal. Quiere implicar al herrerismo. ¿En qué lo implica? Es indignante la situación, pero no la califico para no bajar el nivel de análisis y por el respeto que debo tener a esta comisión, pero no al señor diputado”, apuntó en sesión.
Por su parte, el senador de CA Guido Manini Ríos indicó que “lo más importante no es si se cumplió o no la formalidad” de la denuncia por amenazas, sino que “esa realidad estuviera en conocimiento de la máxima jerarquía policial”. “Eso es una formalidad; el hecho real es que él lo habló con la máxima jerarquía policial. Después, indudablemente, las declaraciones podrán ser felices o infelices, acertadas o equivocadas, podrá tener más o menos experiencia el declarante, tal como dice la prensa. Creo que el cerno de lo que estamos hablando acá no es eso, sino si se tuvo o no ese conocimiento”, indicó.
Por su parte, el senador frenteamplista Óscar Andrade indicó que “es un escándalo que haya alguien que tiene miedo de perder su vida, que no puede salir con su hijo y les traslade eso a las autoridades y no haya reacción”.
Martinelli: la invitación al casamiento de Aguiar fue “simplemente protocolar”
Martinelli, mientras tanto, dijo que no se le hizo llegar “ninguna constancia” de que Cal fuera amenazado. “Entiendo, como abogado, y como penalista en desuso –nunca ejercí esa rama–, que las amenazas se realizan a instancia de parte”, indicó.
En cuanto a la relación que Martinelli mantuvo con Aguiar, el ministro del Interior dijo que fue de índole profesional por su rol como asesor de Presidencia. “Cuando ingresé a ese organismo, uno de los temas en los cuales se me pidió que trabajara fue en el financiamiento para los pequeños, medianos y grandes productores del rubro cannabis”, explicó ante los legisladores.
El jerarca relató que a raíz de los problemas con los bancos en torno al negocio del cannabis hubo varios idas y vueltas con empresarios de ese rubro. “En el diseño de la Ley de Regulación y Control del Cannabis no se tomó en cuenta que los corresponsales de nuestros bancos están en Estados Unidos, y los bancos federales de ese país no permiten transferencias de dinero de empresas vinculadas con el rubro cannabis porque allí esta actividad no es legal”, recordó.
Dijo que, a pesar de eso, hay bancos estaduales que lo permiten porque el cannabis ha sido legalizado en esos estados, pero no los bancos federales que son los corresponsales. “Teníamos un gran problema porque había muchas empresas del rubro cannabis con intenciones de crecer a nivel local y otras que querían instalarse en Uruguay pero encontraban enormes dificultades para hacerlo”, apuntó, y añadió que otras empresas habían hecho inversiones “importantes” y estaban siendo “perjudicadas por esta cuestión, muchas de las cuales se fundieron y quedaron por el camino. El caso de Boreal no es el único porque hay otra cantidad de empresas a las que les sucedió lo mismo”.
Según comentó, un abogado de Boreal se contactó con él para que visitara la empresa en Salto. De acuerdo a Martinelli, fue sólo una vez y luego mantuvo otras reuniones, no sólo con los equipos de abogados y asesores de ese empresario, “sino también con otros, de no menos de 30 o 40 empresas del rubro”.
Por otro lado, sostuvo que el otro asunto por el que se lo vincula con Aguiar es que el gobierno tenía, entre uno de sus cometidos, evaluar la posibilidad de instalar una zona franca en Bella Unión “con el propósito de revertir de alguna forma el problema que enfrentan los cañeros que plantan caña de azúcar insertándolos en este incipiente mundo y que pasaran a plantar cannabis”.
Aguiar, según expresó, era uno de los interesados en instalar una zona franca en el norte de Artigas. “De hecho, participé en algunas reuniones de carácter técnico con sus abogados personales y en alguna oportunidad con los abogados de él y los equipos de zona franca, para evaluar algunos aspectos de un proyecto que él tenía, y también de otros vinculados con el tema de la zona franca de Bella Unión”, expresó.
Asimismo, indicó que luego de eso le cursó una invitación para su casamiento, que, según entiende, fue una invitación de carácter “simplemente protocolar”. “Les debe pasar a ustedes -dijo a los legisladores- que muchas veces son invitados a casamientos por compromiso, independientemente de la relación de afinidad. En ese marco acudí al casamiento y creo que 20 días o un mes después me enteré de que había sido un casamiento trucho”.
Por último, indicó que esa situación, sumada a que hacía pocas semanas que ya no era asesor de Presidencia, sino que ya estaba en el Ministerio del Interior, “hizo que el objeto por el cual me había vinculado con él se cayera”. “Sin temor a equivocarme, si esa no fue la última, fue la penúltima vez que lo vi y tuve contacto con él; luego del casamiento, que, repito, fue trucho, nunca más volví a vincularme con él”, concluyó.