Purificada, destilada, saborizada, mineralizada o directo de manantiales vírgenes. Desde icebergs y los pies de ciertas montañas. Desde islas donde florece la vegetación y abunda la fauna. Directo de ciudades pobres sin saneamiento y cuencas superficiales y subterráneas. En botellas de oro sólido o plata, decoradas con diamantes o piedras preciosas. En botellas de vidrio, plástico retornable o tereftalato de polietileno (PET). Así, en todas sus formas y recipientes, a través de carreteras, barcos, ferrocarriles y aviones; las variedades de agua embotellada llegan a las mesas de los restaurantes más lujosos, decoran con coloridas etiquetas las góndolas de supermercados, acompañan los almuerzos familiares, las caminatas por la rambla, las comidas en el bar y casi todo escenario cotidiano.
Un estudio de Euromonitor International –un proveedor de investigación de mercado– sobre las ventas de agua embotellada a nivel del comercio minorista mundial, plantea que en 2017 el negocio representó un volumen de 312.162,2 millones de litros y su valor se estimó en 125.130,1 millones de dólares. La investigación incluye agua mineral, de mesa y saborizada.
El crecimiento del sector responde a diversas causas. Por un lado, a la incertidumbre sobre la calidad del agua corriente. Los cortes de servicios y la contaminación de los ríos y su turbiedad son elementos determinantes. Por otro lado, esta creciente popularidad responde a cambios en los hábitos alimenticios, preferencias y exigencias de los consumidores.
Medalla de bronce
En América Latina, Uruguay ocupa el tercer puesto en consumo de agua en botella per cápita. Durante 2017, los uruguayos tomaron 97,4 litros de agua envasada. En 2012 el consumo había sido de 68,3 litros por persona. Las ventas de agua embotellada a nivel minorista en el país alcanzaron 231,9 millones de litros en 2012, según el estudio de Euromonitor. Desde ese año a 2017, el sector experimentó un crecimiento de 45%, alcanzando una venta de 336,6 millones de litros correspondientes a 299,8 millones de dólares.
Si bien hay varias empresas en disputa a nivel local, el mercado tiene una estructura de firmas dominantes. Euromonitor ubica a la multinacional francesa Grupo Danone, que comercializa la marca Salus, como principal empresa en el país. En el ranking sigue la distribuidora de Nativa, Cía Cervecerías Unidas SA. En tercer lugar se ubica la empresa PepsiCo Inc.
De acuerdo al Decreto Tarifario de OSE que rige desde enero de este año en Montevideo y el interior del país con excepción de las zonas balnearias, el consumo mensual de entre 0 y 5.000 litros de agua tiene un cargo variable de 104,75 pesos. El precio promedio de una botella de un litro de agua embotellada es de $38, de acuerdo a la oferta en el mercado; eso quiere decir que el agua en botella llega a costar alrededor de 1.810 veces más que la de cañería.
Controles de calidad
Actualmente, 52 empresas están registradas en el Ministerio de Salud Pública (MSP) y cuentan con la autorización para comercializar agua envasada, de acuerdo a un pedido de acceso a la información que realizó la diaria. No están consideradas las empresas en trámite de habilitación. Del total, 14 empresas corresponden a Montevideo.
El MSP emite los certificados de autorización de comercialización del agua embotellada de acuerdo a la normativa vigente en el Reglamento Bromatológico Nacional (RBN), pero el control en el mercado es realizado por las intendencias donde se comercializan los productos.
En Montevideo, el cumplimiento de las disposiciones bromatológicas vigentes compete al Servicio de Regulación Alimentaria (SRA), dependencia de la División de Salud del Departamento de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo (IM).
la diaria hizo un pedido de acceso a la información a la IM en el que se detallan todos los análisis realizados sobre las distintas clases de aguas envasadas entre 2010 y marzo de 2018. En el documento, ordenado por tipos de agua y marcas, se establece qué muestras estaban fuera de las condiciones reglamentarias –por ejemplo, por presencia de bacterias– y cuáles fueron observadas –por faltas más leves, como errores en la rotulación o en la declaración de ingredientes–, además de los motivos de dicha clasificación.
Desde el punto de vista microbiológico se analizaron los siguientes parámetros: recuento de aerobios, Escherichia coli, Pseudomona aeruginosa, estreptococos fecales, anaerobio sulfitos reductores y enterobacterias. En los análisis físicoquímicos se revisaron las siguientes determinaciones: estudio de rotulación, características sensoriales, nivel de pH, residuo seco, cloruros, sodio, nitratos, arsénico, cadmio, plomo y calcio.
Las muestras se seleccionan de forma aleatoria y son extraídas de “comercios de plaza en todo el departamento y embotelladoras dentro de los límites de Montevideo”, de acuerdo a “muestreos diseñados por el SRA al menos cuatro veces al año, buscando abarcar todas las marcas y presentaciones”, dijo a la diaria Inés Villa, responsable de SRA. Las empresas deben abonar la tasa bromatológica correspondiente por los análisis.
Villa sostuvo que “si las muestras están fuera de las condiciones reglamentarias por condiciones higiénicas o alguna causa química” se solicita el retiro del producto del mercado y se envía una inspección a la planta en Montevideo o se comunica a la intendencia respectiva.
Condiciones reglamentarias
En el RBN se establece que el agua mineral, desde el punto de vista microbiológico, debe cumplir con las siguientes características en el producto envasado: “Ausencia en 250 ml de Escherichia coli u otros coliformes, estreptococos fecales y Pseudomona aeruginosa”, “ausencia de anaerobios sulfito reductores en 50 ml” y “en aguas gasificadas, recuento en placa de aerobios mesófilos totales a 37° en agar nutriente, máximo 30 ufc/ml”.
Las aguas envasadas también deben cumplir con requisitos físico-químicos.
Multas a empresas
Entre 2012 y 2017 se aplicaron ocho multas a cinco empresas por reiteradas muestras de aguas en botella fuera de las disposiciones contempladas en la normativa vigente. Se multó a las distribuidoras Gofin SA y Henderson y CIA SA, y a las fábricas de bebidas analcohólicas Gasala SA, Giomar SA y Belosyl SA. Todas las multas fueron evaluadas en 26 unidades reajustables (aproximadamente 28.000 pesos).
La primera sanción fue a Gofin SA por “presencia de elevado recuento de coliformes totales” en muestras del agua sin gas Kazbek, según la resolución de la IM aprobada en 2012 a la que accedió este medio. La distribuidora volvió a ser multada al año siguiente por presencia de Pseudomona aeruginosa en muestras de la misma marca.
En 2013 se multó a la fábrica de bebidas analcohólicas Gasala S.A. en dos ocasiones. La resolución plantea que las sanciones se aplicaron por “elevado recuento de aerobios mesófilos” en “extracción de muestra de soda El Paraíso”. Ese año, también se multó a la firma Giomar SA, responsable de Cascada. En los análisis de muestras de agua mineral sin gas se determinó la presencia elevada de coliformes totales. En 2014 recibió otra multa por la misma razón.
La firma Belosyl SA, fabricadora de la soda marca Cismar, recibió una multa en 2014 por alta presencia de aerobios misófilos en análisis de muestras de la soda. La última multa se aplicó el año pasado a Henderson y Cía SA por “elevado recuento de coliformes” en la extracción de muestras del agua mineral sin gas Tienda Inglesa.
Sobre los análisis
En la tabla adjunta se detallan los resultados de los análisis microbiológicos y químicos del agua embotellada que realizó el Laboratorio de Bromatología de la Intendencia de Montevideo entre 2010 y 2017.
En los primeros tres meses de 2018 se realizaron 41 análisis a muestras de 12 marcas. 32% de los análisis arrojaron resultados irregulares. Cinco de 12 muestras analizadas de la marca Salus fueron clasificadas como fuera de las condiciones del RBN por presencia de “estreptococos fecales y Pseudomona aeruginosa”. Por el mismo motivo, cinco muestras de la marca Matutina, 50% del total de estudios realizados sobre la marca, incumplieron las condiciones regulares. Una muestra de Aqua Panna por faltas a lo establecido en el decreto 117/003 y una muestra de Virgen de las Ánimas por no cumplir las disposiciones del Decreto 27.235 completan la lista de muestras irregulares. Entre enero y marzo, se realizaron dos observaciones a muestras de agua Nativa.
En respuesta a las consultas de la diaria, por medio de una carta, desde la compañía Salus indicaron que los análisis realizados por la IM fueron “inmediatamente contrastados” con los análisis de laboratorio hechos por la empresa. En estos se determinó que los valores de las muestras estaban “completamente en línea” con las determinaciones bromatológicas. “Verificado que el producto se encontraba apto para el consumo, la Intendencia resolvió el cierre del caso” y no hubo ninguna sanción a la empresa, se sostiene en el documento. la diaria no recibió respuesta de otras empresas consultadas electrónicamente.
Efectos en la salud
En la tabla que acompaña esta nota se detallan las muestras irregulares en los análisis realizados por la comuna por presencia de bacterias. Se exceptúan las muestras con problemas de otras características. Por ejemplo, errores de rotulación y falta de registro ante SRA.
Claudia Piccini, doctora en Ciencias Biológicas, indicó a la diaria que los organismos encontrados “tienen algunas cepas que son patógenas, sobre todo Escherichia coli y Pseudomona aeruginosa. Sin embargo, para saber [si son perjudiciales para la salud] hay que hacer análisis más profundos”. En los datos obtenidos no se detalla el valor cuantitativo de organismos presentes, por lo tanto, es difícil establecer si existe grado de patogenicidad.
“Pseudomona aeruginosa pertenece a las bacterias gramnegativas no fermentadoras, ubicuas en la naturaleza por lo que diariamente se está en contacto con dicha bacteria. [Es un] patógeno oportunista que inusualmente provoca enfermedad en individuos sanos. Escherichia coli es una bacteria presente en el intestino. La mayoría de las cepas son inocuas, pero algunos tipos pueden causar diversas enfermedades como infección urinaria, diarrea y sepsis”, estableció Marcela Legnani, directora del Laboratorio de Microbiología de la IM.
Piccini explicó que la potabilización con cloro de agua de OSE mata o inactiva las bacterias. Por ende, no debería tener presencia de coliformes. “Dependiendo del origen del agua embotellada las causas de la contaminación pueden ser diversas. Por ejemplo, si es agua de manantial, la contaminación podría estar en el origen, en el manantial o pozo, o pudo haber ingresado a través de su manipulación al embotellarla. Por otro lado, algunas aguas embotelladas son agua de OSE mineralizada. Si el procesamiento que le hacen al agua para embotellarla redujera la concentración de cloro, esto daría ocasión a las bacterias para crecer, dando resultados positivos. De todas maneras, sin tener acceso detallado a la información es difícil conocer la causa de la presencia de bacterias potencialmente patógenas en esas muestras”, sostuvo.
Aguas extranjeras
Las aguas minerales importadas deben cumplir con las mismas exigencias que las aguas minerales nacionales y no pueden introducirse al país sin un certificado de las autoridades sanitarias del país de origen en el que se acredite su salubridad y el cumplimiento de los parámetros establecidos en el reglamento. Hoy cuentan con autorización del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu) las empresas San Pellegrino, Aqcua Panna, Evian, Voss, Perrier y Seven Oceans.
En el Latu, de acuerdo a un pedido de acceso de información al organismo, se realizaron 13.183 ensayos a las muestras de agua y bebidas sin alcohol entre enero de 2010 y abril de 2018. Se emitieron 5.926 certificados para el total de muestras de agua realizadas y 320 no se otorgaron. No hubo informes por presencia de contaminantes.
Datos: Ana Tuduri