En noviembre de 2018, UTE anunció que elevaría a 81 metros la cota del embalse de la represa de Rincón del Bonete, ubicada en el río Negro, 22 kilómetros aguas arriba de Paso de los Toros. La iniciativa determinaría la inundación de 10.000 hectáreas, lo que afectaría a 750 padrones ubicados en los departamentos de Tacuarembó y Durazno. Según explicaron en su momento las autoridades de UTE, la intención era tener mayor capacidad de almacenamiento de energía; aseguraron que la iniciativa permitiría ahorrar 205 millones de dólares en 20 años.
Ni bien se supo la noticia, surgieron resistencias y protestas tanto de los productores afectados como de los vecinos de la localidad de San Gregorio de Polanco, que aseguran que la suba de la cota implicaría la desaparición de las playas de esa localidad turística. La entonces ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, aclaró que no se tomaría ninguna medida hasta no tener un estudio de impacto de las obras, y hasta el momento no se concretaron expropiaciones. En febrero de este año, el presidente Tabaré Vázquez dijo en un Consejo de Ministros realizado en Pueblo Centenario que la cota 81 “no se toca”.
En este contexto, Rocío Cortizas, estudiante avanzada de Ingeniería Industrial y oriunda de Trinidad, de 23 años, realizó un proyecto para una asignatura denominada Centrales Hidroeléctricas de la Universidad Jaume I de Valencia, centrado en evaluar alternativas a la suba de la cota del embalse. “Como estaba en el tapete el tema de la suba de la cota de Rincón del Bonete, se me ocurrió estudiar si había una posibilidad alternativa con soluciones que nosotros ya habíamos visto en la clase”, cuenta a la diaria.
El proyecto propone instalar una central reversible: cuatro bombas centrífugas que eleven agua para llenar el embalse en las horas en que hay excedente de energía, para poder almacenarla. “Cuando te sobra energía, aprovechás para bombear agua al embalse, y cuando te falta la turbinás y la usás como hoy se usa en la central. Eso se utiliza bastante en España y en otros países de Europa, y es una solución cuando tenés muchas energías renovables. Uno de los problemas a resolver cuando tenés muchas energías renovables es administrarlas, y sobre todo guardar energía cuando te sobra, para poder usarla cuando te falta”, explica Cortizas, que agrega que si bien en Uruguay hoy no hay centrales reversibles, la tecnología que propone “no es nada nuevo”. “En realidad son máquinas que tenemos, es sólo instalar una bomba y una máquina reversible con la estructura civil que ya tenemos”, aclara.
Según sus cálculos, la instalación de esta tecnología le permitiría a UTE ahorrar 165 millones de dólares netos en 20 años, descontando el costo de la inversión en las bombas. Se trata de un ahorro similar al que se conseguiría con la elevación de la cota. Cortizas estima que UTE conseguiría ahorrar 240 millones de dólares con la elevación de la cota, pero a esa cifra hay que restarle el costo de expropiación de los padrones y la pérdida de utilidad de esos terrenos, por lo que la autora del proyecto entiende que el ahorro neto serían 180 millones de dólares en 20 años.
Además de evitar los efectos sociales y ambientales de elevar la cota, la solución alternativa propuesta por Cortizas daría más margen de maniobra en caso de inundaciones. “Otro de los beneficios que tendría esta solución es que cuanto más baja tengas la cota en el embalse, te permite contener inundaciones en casos de lluvia. Si vos tenés la cota alta, llueve y no podés aguantar, tenés que largar agua, y eso inunda todo aguas abajo. Las presas funcionan a veces como contención de inundaciones cuando hay lluvia, y tener la cota más baja te permite jugar un poco más con la altura. Si la tenés alta, ya está, no podés contener nada”, explica Cortizas.
En las conclusiones del proyecto, se señala que la solución planteada por UTE de elevar la cota no es “la más adecuada” y que con la alternativa propuesta “se podrían alcanzar los mismos objetivos, con una inversión menor y menos impactos”.
El factor UPM
Aunque las autoridades de UTE han declarado que el objetivo de la suba de la cota es ahorrar energía, su propósito coincide con la voluntad de la empresa finlandesa UPM de aumentar el caudal del río Negro aguas abajo de Rincón del Bonete. En su estudio de impacto ambiental, UPM propone garantizar un caudal mínimo de 65 metros cúbicos por segundo, de modo de paliar los efectos ambientales negativos de su segunda pastera.
Cortizas aclara que su solución no serviría en caso de que el verdadero propósito del gobierno sea garantizarle un caudal mínimo a UPM. “Si el objetivo es energético pura y exclusivamente, yo propongo esta solución a estudiar y me parece que vale la pena analizarla. Ahora, si los objetivos son otros, que digan cuáles son”, plantea la autora del proyecto.