Un paño de piso con hipoclorito y alcohol es lo primero que se pisa al ingresar a la policlínica Maracaná Sur, que se ubica en el oeste de Montevideo, en el cruce de Camino Cibils y Ruta 1. Adentro, todo luce impecable. Una conserje abre la puerta y consulta el motivo de concurrencia. La mayoría de quienes estaban allí ayer de mañana, esperando su turno al sol, iban a retirar medicación de la farmacia; una fracción menor había ido a asistirse. Junto a la conserje hay una auxiliar de enfermería que hace una valoración previa a que la persona ingrese, para identificar si tiene síntomas respiratorios. “Se le pregunta si está con tos, fiebre, mocos, resfrío, dolor de garganta”, resumió luego María Iturralde, licenciada en Enfermería y especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria, en diálogo con la diaria.
A este espacio le denominan Triage 1. Es una instancia de valoración que comenzaron a implementar en esta policlínica durante la pandemia de covid-19 y que busca evitar el contagio de infecciones respiratorias, entre ellas el nuevo coronavirus. Si la persona tiene síntomas respiratorios, no ingresa allí, sino por otro sector de la policlínica destinado específicamente para quienes tienen estos síntomas: es el Triage 2, atendido por una médica familiar y comunitaria junto con otra auxiliar de enfermería; si concluyen que es un caso sospechoso de covid-19, la enfermera le hace el hisopado nasofaríngeo.
Este segundo equipo también sale a ver pacientes respiratorios en domicilio y a hacer hisopados; la semana pasada le sumaron los test en residenciales de la zona de influencia de este centro de salud, que es una de las 14 policlínicas de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) en Paso de la Arena. Hasta ahora, el equipo ha hecho hisopados a 60 pacientes; cuatro de ellos dieron positivo. Luego, continúan la asistencia hasta lograr la rehabilitación porque, como explican las enfermeras, 80% de los casos de coronavirus se resuelve a nivel comunitario.
Pero no todo es covid-19 y, de hecho, ayer de mañana tenían más actividad otros consultorios que el área de pacientes respiratorios. Medicina familiar se encarga de las consultas espontáneas que llegan cada día. Se continúa con los controles de las embarazadas y de pediatría (se hace el seguimiento de los recién nacidos, y las enfermeras llaman por teléfono a las familias de los menores de tres años para agendarlos).
En paralelo, los equipos de salud (en los que en ocasiones se incluye la trabajadora social) hacen visitas e intervenciones en los domicilios de pacientes que no pueden trasladarse, y procuran mantener el contacto con otros. Iturralde explica que la epidemia “obligó a repensar los servicios” y que esa reorganización es compartida con toda la Red de Atención Primaria del ASSE. “Las enfermeras comunitarias hemos asumido la responsabilidad de asegurar la continuidad asistencial de grupos con los que aun en contexto de emergencia sanitaria no queríamos perder contacto. Me refiero a familias en que había niños pequeños, embarazadas, usuarios con trastornos graves de salud mental, usuarios con enfermedades crónicas”, relata, destacando que las enfermeras comunitarias han sido “aliadas del sistema” porque ejercen su rol “en el lugar donde las personas viven, trabajan, crecen, se vinculan, y eso nos ha permitido llegar rápidamente a las comunidades con estrategias de prevención y de cuidado, aumentando las posibilidades de autocuidado en las personas, las familias y las comunidades, lo que ha tenido un impacto en la reducción de los contagios”.
Los diagnósticos oportunos son clave, dice Iturralde, para contener la propagación de la enfermedad, y también lo es tener una buena comunicación con los usuarios. “El éxito de la contención de la epidemia se esconde básicamente en la capacidad que tengamos los equipos que trabajamos en la atención primaria de salud para cuidar, atender y resolver estas situaciones”. Agrega que eso se puede hacer desde un abordaje familiar y comunitario porque “conocer a la familia, el lugar donde vive, te permite contextualizar lo que le vas a transmitir al otro para ayudarlo a que se cuide mejor” y también porque se trabaja de manera interinstitucional.
Rol de la enfermería
Hoy se cumplen 200 años del nacimiento de Florence Nightingale, pionera de la disciplina e impulsora de su profesionalización; el número redondo fue aprovechado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo Internacional de Enfermeras, que en 2019 lanzaron la campaña global Nursing Now y propusieron que 2020 fuera el año de la enfermería, con el fin de fortalecer y visibilizar esta disciplina.
A esa escasa visibilidad se refirieron también las enfermeras de Maracaná Sur. En medio del teléfono que suena y los colegas que entran a consultarla, Iturralde dice que si bien la pandemia es un desafío, es también “una oportunidad para que se revalorice el rol que cumplimos los enfermeros en la conducción de los sistemas de salud”. Además de tener una vinculación activa con los pacientes y de salir a vacunar, el sector de enfermería gestiona los elementos de protección personal. “Ese trabajo, que muchas veces es invisible a los ojos de muchos, lleva horas de planificación, de supervisión diaria de los insumos, de conteo, de armado de los kits que se necesitan para las salidas”, dice, y resalta que esto ha permitido el acceso oportuno del personal de salud a equipos de protección que escasean a nivel mundial. Las auxiliares y licenciadas capacitan, además, al resto del personal en el uso de estos equipos.
La OMS reconoce el rol clave que juega la enfermería en la salud de las comunidades y por eso impulsa el ejercicio autónomo de esta profesión, el rol de planificación y gestión de los servicios de salud y de la consulta de enfermería, algo que también se hace en Maracaná Sur, con el seguimiento de las embarazadas durante el último trimestre.
Tal vez más sea conocido el control de talla, peso y perímetro cefálico que hacen las auxiliares antes de la consulta pediátrica. Diana, una bebé de 14 días, se portó como una campeona cuando su mamá le sacó toda la ropa y la acostó sobre la camilla centimetrada que le dio a Circe, la enfermera, la información para completar el carné de la niña. También allí lucía el trabajo de la enfermería.
“Enfermería: una voz para liderar llevando el mundo hacia la salud”
Este es el lema que propone la OMS para conmemorar este año y con el que el Ministerio de Salud Pública abrirá hoy una actividad, a las 16.00, para reconocer su tarea. Augusto Ferreira, presidente de la Comisión Nacional Asesora de Enfermería (Conae), explicó que el personal de enfermería “cumple una importante tarea en llevar el mundo de una situación de pandemia hacia la situación de salud”.
La Conae desarrolla un plan de capacitación para personal de enfermería. Ferreira comentó que el curso de manejo de pacientes en asistencia ventilatoria mecánica tuvo 500 inscriptos; las dos primeras instancias fueron virtuales y la tercera es la puesta en práctica en CTI, lo que amplía la preparación de cuidados críticos.
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