Según el último informe epidemiológico sobre las enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti emitido este martes por el Ministerio de Salud Pública (MSP), hasta el momento en Uruguay se registraron 53 casos de dengue importado y seis casos autóctonos. A su vez, los casos sospechosos, es decir, los que por el momento cuentan con un test de antígeno positivo, son dos importados, cuatro autóctonos y uno “sin dato”.
Este miércoles, en un taller organizado por la cartera, Gabriela Willat, directora de Zoonosis y Vectores, y Henry Albornoz, director de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), repasaron las medidas más importantes para aplacar la propagación de la enfermedad, explicaron por qué la fumigación es efectiva en muy pocos casos y caracterizaron el cuadro clínico de la enfermedad.
En principio, Willat insistió con que el Aedes aegypti es un mosquito “doméstico”, pone los huevos en recipientes “que nosotros dejamos a disposición”. De hecho, hizo especial hincapié en que estamos más expuestos a contraer dengue en los hogares y no en lugares verdes en los que el mosquito que circula es el culiseta.
Lo que hay que hacer es “muy simple” y se basa en que luego de cada período lluvioso se eliminen todos los potenciales criaderos: sumideros, fuentes, tanques, cubiertas y macetas. También se puede tomar otras medidas de fácil acceso y “muy efectivas”, entre ellas, echar un puñado de sal en los recipientes en los que se junta agua. De esta manera se evita que los huevos se desarrollen.
En cuanto a la fumigación, una de las medidas que la población más reclama cuando se generan brotes con las características actuales, Willat explicó que es “muy poco eficiente”, contamina el medioambiente y, si se abusa de su uso, “genera resistencia, como ya ocurrió en otros países de la región” donde hay gran cantidad de casos de dengue, como Brasil.
En Uruguay la fumigación general “la vamos a reservar y aplicar en determinados momentos”. “Lo que se puede ver desde ahora, en zonas que se autoricen, son fumigaciones puntuales con mochilas alrededor de las viviendas. “La clave está en la eliminación de los criaderos y no en la fumigación”, reiteró.
En cuanto a las medidas en contra de la propagación de los mosquitos, la especialista recordó que Uruguay es parte de un proyecto de la Agencia de Energía Atómica que consiste en la técnica del insecto estéril: producir mosquitos Aedes aegypti, separar machos de hembras, esterilizar a los primeros y liberarlos a lugares que serán evaluados para la primera prueba piloto. Para ello se está trabajando en el Instituto de Higiene de la Udelar. “Donde se implementó ya tuvo muy buenos efectos”, agregó.
La enfermedad
En tanto, Albornoz dijo que hasta el momento no se presentó ningún caso de dengue grave y que la gravedad de la enfermedad se encuentra “debajo de 5%”.
Una enfermedad con fiebre, dolor de cabeza muy intenso, dolor articular, muscular y en los huesos, que además genere “ganas de no hacer nada” y pocas ganas de comer, en ausencia de síntomas respiratorios, son motivos para consultar por sospecha de dengue u otra arbovirosis. En caso de que haya dolor abdominal o malestar estomacal, “no se descarta un caso de dengue”. Ante la sospecha, lo que se hace es recolectar una muestra de sangre que se deriva al laboratorio del MSP para realizar los test confirmatorios. “Algunos prestadores de salud cuentan con test”.
Es importante consultar “para confirmar los casos” y tener noción del significado epidemiológico de la situación. Además, hay tratamientos que son adecuados para aliviar los síntomas y otros que no, por lo que se recomienda evitar la ingesta de algunos medicamentos, entre ellos, la aspirina y sus derivados, porque “facilitan hemorragias que, si se está cursando el dengue, pueden significar una enfermedad grave”. Por último, es importante que los equipos médicos hagan un seguimiento para detectar signos de la enfermedad que pueden indicar que después de entre cuatro y seis días de detectada, evolucione hacia un cuadro grave.
A su vez, Albornoz explicó que cuando se aísla a una persona con sospecha de dengue es para que no sea picada por mosquitos, que son los que, cumplido un ciclo que conlleva entre cinco y siete días, vuelven a infectar, porque son la vía de transmisión de la enfermedad.