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Guillermo Gonsálvez, ayer, en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro.

Foto: Federico Gutiérrez

PTI del Cerro inauguró área de incubación de empresas

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Con apoyo de la academia y organizaciones sociales se apuesta a “seguir mejorando la calidad de vida del oeste”

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Desde hace un tiempo el Parque Tecnológico Industrial (PTI) del Cerro busca ampliar su naturaleza por medio del desarrollo de su costado científico-tecnológico, así como de la profundización de su entramado educativo-productivo. Si bien hay unas 70 empresas instaladas en el parque, su director, Guillermo Gonsálvez, reconoció que existe una “dificultad” para atraer nuevos emprendimientos relacionada con los altos costos iniciales. “Esto terminaba siendo una debilidad a la hora de atraer y promover emprendimientos, entonces decidimos trabajar en una fase intermedia, antes de la instalación, que implica desarrollar ideas y así poder amortiguar el alto costo inicial que implica instalarse”, explicó sobre el área de incubación de empresas del edificio principal del establecimiento, inaugurada ayer.

La idea nació en el marco de una convocatoria que hizo la Agencia Nacional de Desarrollo (Ande) y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), en la que se hizo un llamado a ideas en el que se presentaron 45 proyectos. En conjunto con la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República y el Instituto de Promoción Económico Social del Uruguay, el PTI viene trabajando con 24 que pasaron al proceso de capacitación, que implicó el armado del modelo de negocio, y de estas propuestas, unas 14 están siendo tutoreadas con asistencia técnica para elaborar el plan de negocios, etapa que termina el próximo mes. El economista estima que la mitad, aproximadamente, pasará a la siguiente fase que inaugura el área de incubación de empresas, y los que no pasen “se realojarán en otros lugares”. También advirtió que “más allá de las capacidades, tiene que haber un compromiso del emprendimiento y emprendedor”.

El proyecto, que implica un desarrollo de unos 24 meses, de los cuales van 18 de ejecución, tiene dos objetivos: aumentar la productividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, en especial emprendimientos que no tienen capacidades técnicas, con la asistencia de la Facultad de Ingeniería; y también generar un área física de incubación de empresas, en la que se trabaja sobre distintas metodologías innovadoras.

También se apuesta a fortalecer, con esta nueva área, el nexo con otras propuestas del parque, como el laboratorio de diseño de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, y “vincular la oferta educativa con el desarrollo emprendedor”, el centro cultural y el Laboratorio de Fabricación Digital. Gonsálvez también destacó el “instrumento macro, de desarrollo e inclusión social” detrás de este sistema de posibilidades, que es el propio parque y que “apunta a la transformación territorial con la intención de romper brechas de desigualdad en todas las dimensiones –productivas, industriales, tecnológicas, laborales, educativas, sociales, ambientales y culturales– que tiene el oeste de Montevideo, aprovechando el potencial natural para mejorar la calidad de vida acá”. Por eso, explicó que “se busca promover el desarrollo productivo, cultural y humano, focalizándonos en emprendimientos más frágiles y vulnerables y en instrumentos que permiten la formación y desarrollo de capacidades, habilidades y conocimiento y relocalizar industrias, sectores de actividad productiva y de esta manera incidir en la generación de empleo, directa e indirectamente”.

El área recibirá a empresas heterogéneas “en línea con lo que es el parque industrial”, observó Gonsálvez, donde se van a poder incubar “emprendimientos más tradicionales” y otros relacionados con las Tecnologías de la Información y Comunicación, el diseño, la electrónica y la robótica. De hecho, los proyectos que tienen potencial para pasar a la fase de incubación están asociados a las industrias creativas, al diseño de mobiliarios, juegos, tecnologías, desarrollo de plataformas de software, y otros más tradicionales relacionados con carpintería, metalúrgica y herrería, “algunos más avanzados en la propuesta y otros en una etapa más primaria”. Trabajarán cuestiones de formalización, asesoría legal, fuente de financiamiento y gestión.

También se espera trabajar en conjunto con la Agencia Nacional de Desarrollo en un segundo llamado a ideas y “tratar de vincularnos con los otros llamados que hay”. “Nos queda una metodología y un aprendizaje que nos gustaría replicar, ya sea a través de un llamado o de una ventanilla abierta”, afirmó Gonsálvez.

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