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Ignacio Otegui, ayer, en ADM.

Foto: Federico Gutiérrez

Empresarios opinaron que incrementos salariales están afectando el empleo

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El presidente de la Cámara de Comercio aseguró que los trabajadores migrantes tienen más “cultura de trabajo”

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Mientras que el PIT-CNT llevaba adelante su primer paro general de 24 horas del año, los presidentes de las cámaras empresariales de Uruguay participaron ayer en el tradicional almuerzo de trabajo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing del Uruguay (ADM) bajo la consigna “¿Qué falta por hacer para que el país siga creciendo?”.

Todos los disertantes pidieron la equiparación del precio de los combustibles a los valores de los países competidores, la mejora de la educación y la seguridad, y la flexibilización laboral.

Julio César Lestido, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, dijo que no se avanzó en la estabilidad ni en la “cultura del trabajo” durante los Consejos de Salarios. Esto, sostuvo, “se refleja en la puntualidad, el presentismo y las certificaciones”. “Está faltando la ética laboral”, agregó. Aseguró, en cambio, que esa ética sí se ve en los trabajadores migrantes, que por eso consiguen empleo. Lestido fustigó la dicotomía que se quiere imponer entre los trabajadores y los empresarios. “Los empresarios somos también trabajadores. Dialogamos, negociamos, proponemos soluciones, somos solidarios. Trabajamos todos los días para que este país sea cada vez mejor”, afirmó. En cuanto a la actual ronda de negociación, destacó, por ejemplo, que sectores como los supermercados marcaron un planteo “real” y no un “capricho” en el diálogo que mantienen con la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (FUECYS).

Por su parte, Gabriel Murara, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, interpretó que el país está estancado desde 2014 y que esto explica la pérdida de empleos: indicó que en el primer semestre de 2018 se perdieron 10.000 puestos de trabajo en el sector. El empresario afirmó que el tipo de cambio y los costos salariales han perjudicado a las industrias. “A pesar de la caída del empleo, la masa salarial sigue creciendo, al tiempo que sube el salario y baja el empleo. Esto afecta la rentabilidad empresarial e industrial”, que se encuentran en “los niveles mínimos de la historia, lo que demuestra que la inversión se está retirando”. Murara pidió que se revisaran los costos de la energía, tanto eléctrica como del fueloil, debido a que, según sostuvo, son más caras que en los países competidores.

Sobre la instalación de UPM, acotó que es bienvenida porque generará puestos de trabajo directos e indirectos, pero aseguró que las condiciones de acceso a la energía de la empresa finlandesa pueden llegar a afectar, a corto plazo, los precio de UTE. “Sería bueno que toda la industria tuviera un sistema de zona franca y los beneficios de UPM”, afirmó.

Sobre las acciones que el gobierno debería tomar, dijo que sería necesario incrementar la inversión pública, pero descartó que haya posibilidades de que esto ocurra, ya que no pasó “en épocas de bonanzas”. En tanto, sostuvo que la firma de acuerdos comerciales entre el Mercosur y otros países sería beneficioso. Además, sugirió liberar la importación de combustibles y que se permita comprar acciones de las empresas públicas.

Ignacio Otegui, presidente de la Cámara de la Construcción, aseguró que la industria ha tenido un comportamiento contractivo, al punto de que la caída en la actividad es “importante”. Para ilustrar el cambio, comparó los 43.000 empleos en el sector con los 73.000 que se registraban hace algunos años. Para Otegui, con la construcción de más viviendas no se va a lograr reducir el déficit del sector, aunque admitió que la Ley de Promoción de Viviendas de Interés Social generó un crecimiento que alcanzó su nivel máximo en 2012. Además, dijo que “sin educación ni seguridad, el país va a tener un problema de crecimiento pero, sobre todo, de convivencia”.

Al igual que los demás oradores, pidió la equiparación de los precios de la energía y los combustibles a los de la región, y reclamó mayores concreciones en infraestructura para atraer inversiones locales y extranjeras.

Por último, Pablo Zerbino, presidente de la Asociación Rural del Uruguay, aclaró que las gremiales se retiraron de los Consejos de Salarios debido a un problema “de fondo y no de forma”. “Era imposible aceptar las pautas de la negociación”, sostuvo. El ruralista también relacionó los problemas en el sector con el descenso del empleo y con los aumentos salariales. En cuanto a las exportaciones, sostuvo que la tendencia es ir al “monomercado” chino: si bien no es bueno, el gigante asiático puede absorber 100% o 200% de la producción nacional, aseguró. También reclamó que se firmen acuerdos comerciales con otros países y señaló que los competidores directos de Uruguay han logrado mejores acuerdos arancelarios.

Sin decreto

El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, estuvo presente en el encuentro y descartó aplicar un decreto para laudar el conflicto en el sector lácteo, ya que podría resultar “perjudicial para los productores y los empresarios de la industria”. “No vamos a eliminar los Consejos de Salarios ni vamos a imponer por decreto normas, ni para unos ni para otros. El gobierno va a seguir apostando por la negociación colectiva. La mayor flexibilidad es la que ofrece el diálogo”, dijo en rueda de prensa. No obstante, no descartó que el Poder Ejecutivo laude en el sector rural, “porque a las gremiales empresariales rurales parece que no les gusta negociar: no lo hicieron en 2016 y no quieren hacerlo ahora”. Zerbino, por su parte, afirmó que la cartera dirigida por Murro tiene “la obligación de encontrar los caminos para la solución”. “Si Conaprole es incapaz de llegar a buen puerto, ¿qué podemos esperar para el resto?”, se preguntó.

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