¿En qué rubro te desempeñás?
Soy chofer de autos. Ahora trabajo en el carrito del fútbol, como camillero, estoy en una empresa tercerizada que trabaja para Suat desde hace un año y medio. Pero siempre trabajé manejando, en el transporte. Ahora en el rubro de la salud.
¿Cómo afectó tu vida la pandemia?
Cambió que, en el momento en que se quebró todo, yo trabajaba en los autos del Suat, en las visitas a domicilio, y la gente llamaba por la tos y nosotros íbamos. Y al principio se trabajó demasiado, se trabajó mucho; ahora está mermando, están filtrando más, si tenés los síntomas ya mandan a un equipo de la ambulancia. Yo llevaba al médico y podía ser que fuera un caso de covid-19; nos vestíamos todos como astronautas, pero estábamos ahí, expuestos. Y en el carrito también cambió mucho la dinámica.
¿Qué fue lo más complicado y lo más fácil de la pandemia?
Lo más complicado fue cuidarse, usar todo tipo de protección con los médicos, tener precauciones, usar barbijos, guantes. En el auto íbamos como astronautas y es complicado, es difícil manejar así. Estar así todo el día. Ahora se fue organizando, andamos con tapabocas, guantes y máscara. Nosotros, como choferes, no tuvimos un curso específico, pero fuimos integrando estas nuevas prácticas, que antes no se daban, como desinfectar el volante, la camilla, lo que cualquier persona toca hay que desinfectar, son cosas que hemos integrado.
Cuidar eso, y no saludarnos, no compartir mate, fue difícil, y es difícil adaptarse, de beso y abrazo a puño y codito. Al principio el miedo lo fui manejando, cuidándome todo lo que podía; yo vivo con mi abuela, que es mayor. Ella dejó de salir y yo no podía parar de trabajar, sabiendo los riesgos que había y que sigue habiendo. Llegar a mi casa, dejar la ropa afuera, tirarle alcohol, entrar con otro tipo de ropa... Es todo un proceso adaptarse a eso. Creo que ya pasamos lo peor, por ahora.
El carrito lo vamos a buscar adonde lo guardan, llegamos a la cancha, desinfectamos todo, que lleva su rato, y esperamos a ver si tenemos que entrar a la cancha. Ahí sí tenemos que entrar, sacamos al futbolista y desinfectamos todo, nos cambiamos los guantes, y ahí de vuelta. Esa es la labor ahora, hay que estar atento. Sobre todo ahora, que hay varios brotes de jugadores: a veces se pueden suspender los partidos y no trabajamos, pero para mí va más allá de eso, los jugadores se tienen que cuidar más, está complicado el fútbol, la Libertadores, las eliminatorias, los torneos, y ellos juegan al fútbol y después se van para la casa. Hay que tener cuidado, hay que pensar en la familia, porque ellos piensan que no les va a pasar nada. Nosotros hacemos todos los partidos, de la A, de la B, la selección, la Libertadores, todo, por eso estamos expuestos a todo.
¿Qué te parece que va a pasar?
Ahora siento que está poco controlado, hay fiestas por todos lados, pero hasta que no le toque a un familiar tuyo, la gente no tiene mucha precaución. Cuando te pasa eso, cambia la cosa, yo lo vi de cerca. Yo creo que todo tendría que ser más estricto. La cosa es prestar atención a la situación, al covid.
¿Qué aprendiste de la pandemia?
Aprendí que esto no es un juego, que hay que cuidarse, y más nosotros, que trabajamos en la salud, que estamos en la primera línea de batalla. Para mí, el virus se va a quedar un tiempito más; hay que tenerle mucho respeto y cuidarse, podés estar bien ahora y te llega y estas tirado en la cama, hay que cuidarse mucho. Tenemos que aceptar lo que es ahora, adaptarse.
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