“Hortiecología sí, agrotóxicos no”, se podía leer en un chaleco pintado especialmente para la ocasión que vestía un joven. “Por más juventud en la tierra, agroecología ahora”, decía en un paño apoyado en la vereda. A su lado, una mujer le daba semillas a otra y le explicaba cómo tenía que hacer para plantarlas. En plena plaza Independencia, brócolis, coliflores, pepinos, repollos, duraznos y frutillas se mezclaban con carqueja, manzanilla y laurel en canastas o sobre mesas, en una especie de muestra de la producción orgánica proveniente de quienes practican la agroecología.
Este lunes, integrantes de quienes participan en organizaciones sociales vinculadas a la agroecología (productores y consumidores) se movilizaron frente a la Torre Ejecutiva para reclamar por presupuesto para la implementación de la Ley 19.717, que declara de interés general la agroecología y crea una Comisión Honoraria Nacional para “elaborar, coordinar la implementación y monitorear la ejecución del plan para la promoción y el desarrollo de sistemas de producción, distribución y consumo de productos de base agroecológica”.
La comisión honoraria fue presidida en la administración anterior por el entonces director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, José Olascoaga. Recientemente, el actual gobierno del presidente Luis Lacalle Pou designó a Eduardo Blasina.
Antes de leer una proclama, los manifestantes cantaron una canción con los oídos tapados con zanahorias. “El plan ya está escrito, / precisa presupuesto. / Sacate la zanahoria, / no hay tiempo para más demoras, / la tierra entera lo pide: / agroecología ahora, / presupuesto ya”, decía la canción con música de cumbia. En la proclama manifestaron que “una ley sin presupuesto es una semilla sin agua” y que creen “en una forma de vivir que privilegia la cooperación entre las personas en armonía con el ambiente”. “Producir alimentos sanos, socialmente justos y conservar la naturaleza es posible”, expresaron, y por eso reclaman presupuesto para el Plan Nacional para el Fomento de la Producción con Base Agroecológica, que en el actual Presupuesto Quinquenal no ha sido contemplado.
Alberto Gómez, integrante del grupo asesor de la Red de Agroecología del Uruguay, dijo a la diaria que la Ley 19.717, se terminó de reglamentar a mediados de 2019 y “fue aprobada por todos los partidos políticos”. A partir de ese momento, la comisión honoraria nacional, en la que “están representados el Estado y las organizaciones sociales de productores, que tienen que ver con la agroecología”, comenzó a trabajar en el plan y “se armó una propuesta para el presupuesto nuevo”, pero “en este presupuesto se ha logrado cero recurso para el plan”. Gómez aclaró que no se trata de un reclamo corporativo, porque el plan está dirigido a que crezca la agroecología en el país y no a los productores orgánicos actuales. Además, dijo que la producción agroecológica no se va a terminar porque no tenga presupuesto, ya que “la agroecología camina contra la hegemonía y por eso va a seguir”, “porque esto sale de los productores, tiene un apoyo muy grande de los consumidores, y cada vez hay más demanda”. “El movimiento crece, pero si no hay un plan no es posible formar a los profesionales que se precisan para que los productores empiecen a hacer la transición hacia un manejo agroecológico. Se habla mucho de transición, pero no es sólo para que los productores tradicionales se integren de forma gradual, implica temas de educación, de capacitación, de apoyo directo a productores. El cambio de un sistema convencional a uno orgánico y agroecológico es el momento de mayor riesgo, después las cosas pueden mejorar porque se gasta menos en insumos, en riesgos, y hay mejor mercado”, explicó Gómez.
El integrante de la red explicó que “el gran corte” es entre el agronegocio y la agricultura familiar”, porque el agronegocio “implica acumulación de tierras en monocultivos, y hace muy difícil la convivencia”. “La agroecología es la opción de salida para muchos pequeños productores que no pueden seguir el ritmo de lo que demanda la producción convencional, en la que cada día hay que gastar más en plaguicidas, en fertilizantes, los suelos se degradan más. El productor convencional familiar, mediano, no está conforme con ese sistema, pero no encuentra los caminos para cambiar”, concluyó.
En la proclama se informó que el plan “se ha ido construyendo de forma horizontal con la participación de organizaciones sociales, expertos y representantes de organismos del Estado”, y que “ya está escrito y propone una serie de programas y proyectos concretos para fomentar la producción agropecuaria y asistir a productores familiares a la transición agroecológica, impulsar huertas comunitarias y familiares a nivel urbano y suburbano en todo el país”. El plan también “tiene proyectos para aumentar el acceso y distribución a consumidores apoyando la venta directa a consumidores y los mercados de cercanía, basados en la economía solidaria y el consumo responsable”, e incluye “medidas para la protección de recursos genéticos y dar impulso a la investigación y educación en agroecología”.
Finalmente, la proclama planteó que el objetivo del plan “es alcanzar soberanía alimentaria y justicia social sin comprometer la salud de las generaciones futuras ni de nuestro territorio”, porque “es tiempo de transformar el modelo de producción agroindustrial para que no haya más episodios de cianobacterias, para que no tengamos más productores familiares desplazados del campo y trabajadores enfermos por el uso de agroquímicos”. “En tiempos de crisis sanitaria y económica, necesitamos mantener y fortalecer la producción local de alimentos a pequeña escala y aumentar el acceso a comida sana para todas y todos, por eso la agroecología es un imperativo”.