La producción orgánica es un interés y una preocupación de muchos productores uruguayos desde hace años. De hecho, alrededor de la década de 1980, las personas interesadas en un sistema de producción alternativo más amigable con el ambiente y más saludable formaron la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay. Poco a poco, aumentó la cantidad de miembros del grupo y creció su relevancia en el impulso y la reglamentación de la producción orgánica, por ejemplo, en el desarrollo del “programa de la granja”, una iniciativa de “prácticas de manejo integrado”, en la década de 1990. Estas ideas u objetivos que unieron a productores y su creciente participación en el Estado derivaron en la creación de la Red de Agroecología del Uruguay (RAU), relató a la diaria Ivette Sibille, presidenta de la RAU. Si bien “no hay una fecha exacta” de su conformación, la organización “trabaja como tal desde hace 17 años”, es decir, desde 2005, expresó Sibille.
La RAU es una “construcción social diversa y amplia”, que articula a agricultores, técnicos y consumidores de alimentos ecológicos a nivel nacional, explicó Sibille. Actualmente, cerca de 300 personas integran el “padrón” de la red, entre “un poco más” de 150 productores “certificados en el último año”, y otra mitad integrada por técnicos y consumidores. No obstante, en el “padrón social” la cantidad de integrantes se “duplica” porque están registradas, por ejemplo, las parejas de las dueñas o dueños de un establecimiento, dijo la presidenta de la organización.
La red tiene varias características. Es una organización “autogestionada”, “sin fines de lucro” y “autosustentada” por la actividad voluntaria de sus miembros, resaltó Sibille. Además, es una iniciativa descentralizada a través de ocho “regionales” ubicadas en diferentes puntos del país: Oeste, Sur-Sur, Santoral, Toronjil, Minas-Maldonado, San José, Rocha y Paysandú. En otros lugares, como Tacuarembó y Florida, los miembros de la red están organizándose para formar nuevas regionales, señaló Sibille.
Desde 2005 la RAU recoge varios logros en materia de promoción de prácticas, difusión de información, y elaboración de políticas públicas referidas a la producción orgánica y ecológica. Entre ellos, Sibille destacó la creación del Sistema Participativo de Garantías para brindar “garantía de calidad ecológica a la producción que se comercializa en el país”, la creación del Sistema Nacional de Certificación de la Producción Orgánica mediante la redacción del Decreto 557 de 2008, la “intensa actividad” por la promulgación, en 2018, de la Ley 19.717 para el “fomento de la producción con bases ecológicas”, y la participación en la elaboración del Plan Nacional de Agroecología.
Visión y misión
La RAU tiene como objetivo impulsar la producción de alimentos sanos en línea con el “respeto a la naturaleza y los procesos colectivos que sustentan la producción y distribución sobre bases más justas, para agricultores y consumidores”, según describe la propia organización en su página web. Además de este objetivo, la organización tiene una serie de principios. Entre ellos, la “construcción de sistemas productivos económicamente viables, ambientalmente sustentables y socialmente justos”, preservar la biodiversidad, promover la soberanía alimentaria del país, fomentar “una cultura de responsabilidad ciudadana en el consumo”, sostiene el sitio web.
Para las y los integrantes de la red la agroecología “es un modo de vida donde prima la soberanía alimentaria, el alimento sano, justo y accesible a todas las personas”. “La conservación y cuidado de los recursos es fundamental para la continuidad del proceso; tener un suelo sano implica una producción sana, y así podemos consumir alimentos sanos y cuidar de nosotros y nuestras familias y de los consumidores”, expresó Sibille. En esa misma línea, los miembros de la organización defienden una “visión positiva e integral sobre los impactos sociales, económicos y ambientales de la agroecología y acuerdan contribuir a su desarrollo”.
Cualquier persona que comparta estos principios puede formar parte de la RAU, dijo Sibille. Agregó que no es necesario estar de alguna forma relacionado con la producción o comercialización de alimentos ecológicos. Las tareas que pueden realizarse dentro de la organización son de lo más diversas: difusión de información de la red, participar en la organización de eventos y ferias, entre otras, comentó la presidenta de la organización. Y añadió: “Ya consumir es un aporte, y ayudar, por ejemplo, en el armado de una feria para nosotros es algo muy valioso. Se produce como una simbiosis entre consumidores, productores y técnicos”.
En todo el país
Las regionales están integradas por productores, técnicos y consumidores, y sus miembros son los que definen la frecuencia de las reuniones y actividades que se realizan a la interna y en sus comunidades. Cada uno de estos grupos cuenta con un Comité de Ética integrado por un técnico, un productor y un consumidor.
Asimismo, cada dos años, cada regional elige una “coordinación regional” integrada por un coordinador titular y uno suplente, que representarán a su subgrupo en la “coordinación nacional”, que se reúne todos los meses para discutir distintos temas de interés de toda la RAU.
“Cada regional tiene actividades diferentes. Se organizan talleres, charlas, entre otras propuestas”, sostuvo Sibille. “Lo bueno es que al haber diferentes saberes dentro de la RAU, miembros de una regional dan charlas en otra, hay intercambios de productos en ferias, y cada dos años tenemos encuentros nacionales donde nos juntamos todos y discutimos temas muy importantes para la red”, contó. En esos encuentros nacionales, además, se eligen las autoridades de la red para los próximos dos años.
Las actividades realizadas por las red no están sólo dirigidas a sus integrantes. En muchas oportunidades los miembros de las regionales organizan diferentes tipos de propuestas dirigidas a su comunidad como, por ejemplo, talleres de formación abiertos a todo público. Las iniciativas más comunes son las ferias donde las y los productores ofrecen sus productos, se brinda información sobre el trabajo de la red, sobre qué es la agroecología y sobre soberanía alimentaria. El principal objetivo de estos encuentros es acercar a las personas alimentos sanos producidos en una forma amigable con el ambiente.
Además de estas actividades, el 16 de noviembre de 2019 se organizó la Primera Muestra Nacional de la Agroecología “La naturaleza de fiesta”, en el parque Artigas de la ciudad de Sauce, en Canelones. Con la pandemia esta propuesta no pudo continuar. Sin embargo, Sibille afirmó que la idea es hacer una segunda muestra en algún momento.
Avales y certificaciones
Desde 2015 la RAU, bajo la personería jurídica de la Asociación Certificadora de la Agricultura Ecológica del Uruguay, era la entidad encargada de brindar certificaciones a productos bajo el sello “ecológico”, pero desde julio de este año ya no puede hacerlo. Ese mes, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) suspendió la habilitación de la red para otorgar la certificación participativa y orgánica. De todas formas, todas las certificaciones otorgadas por la organización mantendrían la vigencia y ahora, en su lugar, la red otorga “avales”, explicó Sibille.
“Los avales se hacen de la siguiente manera: cuando hay un dueño de un predio que necesita hacer el aval lo que hace es solicitar la visita de un técnico, un productor y un consumidor, que hacen la inspección correspondiente, las preguntas necesarias y corroboran que esté todo lo que el productor declaró en su plan de manejo”, explicó la presidenta de la organización.