La Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) informó en un comunicado que alcanzó un acuerdo con la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU), en el marco de las negociaciones de la 11ª Ronda de los Consejos de Salarios. La documentación entre las partes fue firmada este lunes en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
AEBU expresó a sus afiliados que “se alcanzó una fórmula que garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo del salario, o que representa una mejora sustancial respecto de la pauta establecida por el Poder Ejecutivo”. El acuerdo entre las partes es por dos años y va desde el 1° de julio de este año al 30 de junio de 2027.
Acerca del acuerdo, el presidente del Consejo del Sector Financiero Privado, José Iglesias, dijo a la diaria que las pautas del Poder Ejecutivo para AEBU tienen aspectos positivos y negativos. Explicó que, en primer lugar, “establece aumentos progresivos”, lo que “significa que para los niveles de salario más bajos en Uruguay se dan aumentos nominales mayores y eso es bueno”.
Luego destacó que “los aumentos que se otorgan son de carácter nominal, por lo tanto, no hay un aumento real asegurado. El aumento real depende de que se cumpla la inflación objetivo. Este es un aspecto en el que somos críticos”.
En ese sentido, agregó que, a modo de ejemplo, en el nivel dos, “si se cumple la inflación objetivo establecida por el Banco Central, se obtiene un aumento de salario real de 1,96% en el plazo de los dos años establecidos para esta ronda. Pero si la inflación llega a ser mayor a la esperada por el Banco Central, el aumento real va a ser menor o cero”.
Sostuvo que si llega a superar en más de dos puntos el nivel objetivo, “solamente habrá, al final del período, un correctivo por inflación que permitirá permanecer en el nivel de salario real del origen, pero no aumentar el salario real”.
El dirigente comentó además un tercer aspecto, en el que AEBU “es muy crítico”: en el nivel tres, para salarios de 48 horas semanales, de más de 165.000 pesos, no hay correctivo final ni correctivo intermedio. Al respecto, manifestó que “si la inflación llega a ser más que lo que el Banco Central estima, los trabajadores directamente van a perder salario. Es decir, se nos dan determinados aumentos nominales; si la inflación es mayor, simplemente se pierde salario”.
Afirmó que AEBU se planteó tener un correctivo final en todos los niveles salariales y también “un gatillo” en caso de que la inflación se acelere más allá de determinado nivel, para que exista un aumento salarial que permita contrarrestar esa aceleración de la inflación.
En los grupos de bancos, seguros y tarjetas de crédito se firmó que “para todos los niveles habrá correctivo final y un gatillo, por si la inflación de los últimos 12 meses supera el 12%. Estas dos cláusulas permiten asegurar el salario real de los trabajadores en sectores en los que entendemos que ha habido ganancias y crecimiento de la actividad”. Aclaró, además, que en los grupos antes mencionados el Poder Ejecutivo se abstuvo, por lo que se aprobó con el voto afirmativo del sindicato y de las empresas.
Iglesias comentó que en otros sectores, tales como las empresas de servicios financieros y las casas de cambio, “donde hay más cantidad de trabajadores en el nivel dos, se logró para ambos grupos acordar cláusulas de crecimiento de salario real más allá de los aumentos nominales que se otorgan, lo que es una mejora respecto de las pautas establecidas por el gobierno”.
La visión de ABPU
Por su parte, la directora ejecutiva de la ABPU, Bárbara Mainzer, dijo a la diaria que el convenio firmado es “razonable” y “no hubo grandes diferencias”. “Se negociaron temas estrictamente salariales, y básicamente el acuerdo estuvo en línea con los lineamientos del Poder Ejecutivo con algunos ajustes menores”, agregó.
Consultada acerca de la inclusión en el acuerdo de una cláusula “gatillo” a partir del 7% de inflación aplicable a los salarios, agregó que “gracias a las altas tasas internacionales y a la abundante liquidez de los bancos, son años de buena rentabilidad”. “No queremos que los trabajadores tengan pérdida de poder adquisitivo, con lo cual, lo que se hizo en el acuerdo fue que a los trabajadores de la franja 3 se les incluyó un ajuste por inflación igual a las franjas anteriores. Sobre la cláusula de 7% hay que decir que hoy la inflación está alrededor de 4,5% y las proyecciones, tanto del gobierno como de los analistas, apuntan a que se mantenga en esos niveles”, explicó.
Mainzer dijo además que “no hay nadie en la franja 1, mientras que la gran mayoría de los trabajadores están en la franja 3. Considerando sólo el salario base, hay alrededor de 75% de empleados en la franja 3, mientras que si se consideran las partidas, beneficios y compensaciones, ese porcentaje asciende al 90% de los trabajadores en esa franja.