La Asociación Nacional de Pequeños Criadores Ovinos (ANPCO) es una organización joven, fundada el 14 de mayo de 2019, que en la actualidad congrega a más de 400 socios que crían ovejas de todas las razas, distribuidos en casi todo el país, aunque mayoritariamente concentrados en los departamentos del sur, ilustra Luis Picone, directivo de la gremial.
Fue creada con el objetivo de agrupar “a toda persona o institución interesada en la cría y el fomento de la producción ovina a pequeña escala”. Aunque la definición de ANPCO referida a la escala de los productores fija un límite de 200 animales, Picone afirma que “hay productores con majadas que no son para nada pequeñas que están apoyando” a la institución y a sus asociados. Cita como ejemplo al “doctor Óscar Laturet, quien donó los primeros 60 vientres de la raza Frisona Milchschaf para comenzar una experiencia que consistía en entregar a los jóvenes diez borregas y un carnero, con el compromiso de devolver 12 borregas y un carnero en un plazo de cinco años, dando el puntapié inicial a los Fondos Rotatorios”.
En este sentido, recalca: “Si bien el nombre de nuestra organización refiere a pequeños productores, en realidad, no hay restricción de escala. El que quiera arrimarse, que venga”.
Respecto del estado y el entramado de las organizaciones, el referente gremial explica que “hay distintas sociedades de criadores, específicas de cada raza, filiales todas de la Asociación Rural del Uruguay. Estas sociedades nuclean cabañas más que productores de carne, lana o leche; las cabañas venden genética, reproductores”.
Por otro lado están las organizaciones locales, como “las sociedades de fomento rural, que congregan a productores de todos los rubros en su entorno geográfico –no específicamente ovejeros– y son las entidades de base de la Comisión Nacional de Fomento Rural [CNFR]”, que ya tiene 110 años y presencia en todo el país, menos en Durazno. En esta categoría también estaría incluido el Movimiento de la Juventud Agraria (MJA), que en abril cumplió 80 años y está presente en 12 departamentos, así como las filiales de base de la Federación Rural y grupos cooperativos nucleados en torno a Cooperativas Agrarias Federadas.
Finalmente, existe otro tipo de organizaciones, como la propia ANPCO y la Asociación Civil Encuentro del Ovino y la Granja, que sí son específicas para productores ovinos.
Es de destacar que hay fuertes vasos comunicantes entre las diferentes organizaciones, que de una forma u otra atienden las necesidades de los productores de un rubro que ha visto mejores tiempos y ahora debe adaptarse a nuevas realidades.
La producción lechera es el atractivo de muchos pequeños productores ovinos
Picone sostiene que “hay una transformación en la producción ovina en Uruguay”. “Se fue dando de a poquito hasta llegar a lo que hoy vemos. En general, del río Negro para abajo son productores de razas carniceras. En los departamentos del norte están dedicados a la lana, la gran mayoría en los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú: ahí está la mitad de las ovejas del país. Ha surgido mucho pequeño productor que necesita apoyo genético, transferencia de conocimientos o infraestructura. En concreto, ANPCO brinda asesoramiento a través de proyectos generados primero por Andrés Ganzábal (extécnico investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias) con la CNFR, con las intendencias, con el MJA. Trabajar mancomunados, trabajar en equipo, trabajar vinculados con otras instituciones y no tener un horizonte exclusivamente propio nos permite tener mayor alcance”, detalla.
Como ejemplo de una acción asociativa exitosa, Picone menciona los Fondos Rotatorios, que “fueron los que desparramaron la ovinocultura en el departamento de Canelones. Quizás hoy, mirando hacia atrás, podamos darnos cuenta de que ese es uno de los motivos por los que la ovinocultura crece en Canelones tanto en número de animales como en cantidad de productores, a diferencia de lo que ocurre en los demás departamentos, donde sigue bajando”.
Aunque la lechería ovina en nuestro país tiene sus antecedentes a finales de la década de 1980, siguió siendo hasta ahora una actividad poco conocida y carente de una tradición productiva e industrial. ANPCO es hoy uno de los protagonistas del presente desarrollo del tambo ovino.
Para entender el fenómeno, el directivo explica que “nos tenemos que detener en la Frisona Milchschaf. Nuestros Fondos Rotatorios nacieron y continuaron haciendo camino con esa raza, porque es fácilmente adaptable a pequeños predios. Considero que es la raza para pequeños predios, por la cantidad de bondades que tiene. Además de la producción de corderos y de lana, hoy se empezó a mirar con buenos ojos la producción lechera, que se transformó en el atractivo de muchos pequeños productores, para la elaboración de quesos. Hay una cantidad de subproductos que se están elaborando con mucho entusiasmo y con el pienso y la impronta que le pone cada productor de forma artesanal. Sabemos que hay una empresa que trabaja a nivel industrial, que trabaja con grandes volúmenes, pero hoy por hoy la lechería ovina está limitada a expandirse de modo artesanal”.
El desarrollo de esta actividad requiere infraestructura que permita la habilitación bromatológica de los productos. De este modo, “el año pasado, a través de ANPCO y un convenio firmado con el MGAP [Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca] y Mevir [Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural], se han construido salas de quesería y de maduración de quesos y, también con el aporte de la Intendencia de Canelones, se ha colaborado con materiales para la construcción de salas de ordeñe”.
La organización de los productores tiene efectos prácticos bien importantes, por ejemplo, la posibilidad de abaratar insumos por la vía de compras colectivas, el acceso a fuentes de financiamiento o a asesoramiento y capacitación. Ante la pregunta de si sería posible seguir avanzando en ese camino hasta crear una especie de Conaprole para la leche ovina, Picone destacó que “hay productores que se están juntando y están haciendo equipos, ya sea para la venta de reproductores en remates en conjunto o para la elaboración de subproductos, formando equipos para vender con una marca que incluya a varios. Mirarnos en el espejo de Conaprole es algo que todavía tenemos demasiado lejos si lo pensamos en el volumen que maneja y en el grado de organización. Hay que tener en cuenta la escala, porque un sistema de recolección de la leche como el de Conaprole hoy sería inviable: son muy pocos los productores, pocas las ovejas en ordeñe y poca la cantidad de leche que produce cada uno, por la poca leche que produce por día una oveja”.
Uruguay fue un país ovejero que llegó a tener más de 26 millones de ejemplares y hoy tiene unos cinco millones y medio
La mejora de los indicadores productivos está directamente vinculada a la mejora genética. Aunque el nivel de la raza es muy bueno, Picone asevera: “Estamos desesperados por la genética, estamos haciendo mucho, aunque es muy difícil. Tenemos diferencias abismales en la producción de leche con respecto a otros países. Estamos trabajando en la posibilidad de traer genética de países europeos, donde el desarrollo de la raza y la producción de leche son importantes, pero chocamos contra las barreras sanitarias. Si incorporáramos la genética adecuada, podríamos cuadriplicar la producción de leche con la misma cantidad de animales. Ya hablamos con todas las instituciones que manejan las autorizaciones para que nos permitan traer genética. Lo ideal sería traer animales en pie, porque los tenemos ahí y podemos hacer una cantidad de cosas, pero si viene semen, bienvenido, y si vienen embriones, bienvenidos”. Las diferencias están en que al inseminar con semen congelado o implantar embriones se obtienen porcentajes de preñez más bajos que al trabajar con animales en pie.
Como contrapartida, el Grupo Frisona de ANPCO logró exportar a Paraguay unos 120 reproductores y vientres provenientes de 14 cabañas, adquiridos por Everton Walter, propietario de la estancia Agua Blanca, ubicada en Minga Guazú, Alto Paraná.
Acerca del futuro de la producción ovina en general y de la Frisona Milchschaf, Picone valoró: “Seguimos amando la oveja. Toda su vida Uruguay fue un país ovejero, que llegó a tener más de 26 millones de ejemplares y hoy tiene unos cinco millones y medio... Hay producciones que corren a la gente del campo y otras que la asientan. La oveja es de estas últimas. Tratemos de resolver los problemas juntos para que el rubro ovino crezca. Ya hablamos de algunos problemas, pero hay más, por ejemplo, el abigeato. Resolverlo es responsabilidad de las autoridades, que tienen que aportar ideas para solucionarlo. El ataque de perros a las majadas... Varios de nosotros, que estamos en el grupo, consideramos que hay herramientas disponibles para solucionar esto. Es decisión de los productores utilizarlas como se debe, y al mismo tiempo trabajar con las autoridades para que las sanciones para quien tiene perros sueltos sean de un dolor tal para el propietario de esos perros, que sirvan de ejemplo. Pero si comparáramos la mortandad provocada por jaurías contra la que provocan jabalíes, caranchos y zorros, nos espantaríamos. Con respecto a la Frisona, hay mucha gente que está incursionando en la raza y quiere trabajar con ella. Vamos creciendo de a poco; en la medida en que se vayan mejorando indicadores, el entusiasmo crecerá”.
Picone agregó que hay dos hitos a destacar en el aspecto organizacional. En primer lugar, mencionó que “en pocos días ANPCO contará con personería jurídica, lo que incrementará su solidez institucional y le permitirá tener mayor independencia”.
En segundo lugar, anunció que los días “6 y 7 de diciembre se realizará el Cuarto Encuentro de la Frisona Milchschaf en Castellanos, Canelones. Es la actividad más importante que tiene la raza. Además de la exposición y el remate de ejemplares de primerísima calidad y de charlas técnicas, se montará el stand de El Rincón de la Frisona con toda su oferta, una gran feria artesanal, y habrá actividades recreativas, espectáculos, un concurso gastronómico, un concurso de asadores, concursos de rienda de caballos, muestra de autos clásicos, y se sorteará un auto cero kilómetro. Uno de los objetivos de esta celebración es recaudar fondos para techar la cancha multifuncional de Castellanos”.