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Matias Riquero, Guillermo Firpo y Damián Frascarelli ayer en el estadio Palermo

Foto: Pablo Nogueira

Retroceden un casillero

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Peñarol y Defensor perdieron puntos en la carrera hacia el título: pobre empate.

El partido no prometía maravillas pero dejaba espacio para esperar una lucha interesante, de dos equipos que aspiran a lo máximo y que se ubicaban segundo y tercero en la tabla de posiciones. Al final fue un partido de bajo nivel con poco para entusiasmar y una igualdad que condena a ambos a perder puntos que pueden ser decisivos en la recta final del Torneo Apertura.

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De los tres puntos en juego sólo se repartieron dos y el castigo está bien, por haber dejado a una concurrencia numéricamente interesante sin fútbol de calidad y con poco para el disfrute. Muchos pasajes del partido fueron aburridos o intrascendentes. El propio DT de Defensor Sporting, Gustavo Ferrín, confesó al final del partido que su equipo no está desarrollando el juego dinámico que él prefiere. Explica que no ha tenido tiempos suficientes como para lograr inculcar esa superación necesaria.

Por el lado de Peñarol, el Pollo Olivera tuvo una contractura muscular el día anterior al partido y su falta -presuntamente importante, lo que todavía no se pudo probar, en esta segunda llegada al club, por la continuidad de sus lesiones musculares- se sumó a las de Alcoba, Orteman y Matías Aguirregaray, lo que resta en el poderío potencial. Si, además, se es severo en el análisis, se verá que los jugadores más experimentados -Alonso, Gonzalo De los Santos y Darío Rodríguez- no aportan al nivel de las expectativas de quienes los contrataron, haciendo cuestionable el criterio de selección de las incorporaciones que, claro, las realizó quien ya no está en el club al amparo de los dirigentes que sí están.

Defensor dio un Viudez de ventaja. Increíblemente no pudo jugar, porque el club que lo excluyó de sus filas, Milan, no envió un documento necesario para la AUF. No es buena cosa, administrativamente, depender de un envío de alguien que no gana nada con tal trámite.

Lo cierto es que Peñarol vio cortada su racha de tres victorias ante rivales más débiles (Cerro Largo, Central y Rampla) en el primer cruce ante un rival directo en la aspiración de retomar triunfos en torneos cortos. Los dos clubes, con técnicos de corta duración en sus cargos, confirmaron los últimos números de su estadística particular: Peñarol hace casi cinco años que no le gana a los violetas en el Centenario, -aunque los superó en el Franzini en abril del año pasado- y después de eso llegaron tres derrotas y tres empates, incluido el del sábado.

El partido comenzó con advertencias de gol en ataques defensoristas. Una de Taborda, otra de De Souza que tocó el horizontal y la línea de gol. Respondió Ramis para Peñarol, pero una apilada de Amado y un buen tiro provocaron una de las varias buenas atajadas del aplomado Sebastián Sosa. Otro ejemplo que dio el dominio para Defensor: un buen tiro libre de De Souza desviado al córner por el arquero.

Así hasta la media hora, donde entró Alejandro Martinuccio al lesionarse Alonso. El argentino se sumó a Ramis y ya fueron dos los aviones sin cola que integraban el ataque aurinegro.

La jugada donde el golero Martín Silva opone su físico a una peligrosa acción de Jonathan Ramis fue vista por muchos -todos los hinchas de Peñarol- como penal, pero no lo fue, como bien dictaminó en décimas de segundo Jorge Larrionda. Esa imagen y la del cabezazo increíblemente desviado por Guillermo Rodríguez dieron la pauta de que Peñarol equilibraba el partido y con el cero a cero se cerró el primer tiempo. En la segunda etapa el desequilibrio en el tanteador llegó temprano y fue golazo el que hizo el artiguense Ramis, cada vez más consolidado en la titularidad. Fue excelente el toque de primera con el que aprovechó el adelantamiento de Martín Silva y la pelota llegó en caída al arco defensorista.

El empate no se demoró y hay que elogiar la pelota colocada por Gaglianone a espaldas de la última línea defensiva, acción que el Colorado Guerrero culminó en gol. La paridad estaba instalada. Cuando los cambios de jugadores no cambiaban mucho en el partido, Peñarol quedó con un hombre de menos. Esa ventaja para Defensor Sporting, en el último cuarto de hora, centró la atención del espectador pero nada pasó. Peñarol lo aguantó bien y el que tenía un hombre de más no lo supo aprovechar.

Peñarol tuvo rendimientos contrastantes, donde destacaron, por lejos, los botijas. Cabe mencionar a Seba Sosa, el buen aporte en el armado del juego de Marcel Román, más el chisporroteo efectivo de la dupla Ramis-Martinuccio.

En Defensor, visitante al fin y al cabo ante el único club que siempre es local, el rendimiento fue más homogéneo con buenas actuaciones de Silva, Ariosa, Gaglianone, Amado y De Souza.

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