Desde que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró patrimonio de la humanidad al candombe no hubo grandes novedades en la generación de acciones que posibiliten la preservación del bien común. Justamente en eso radica la diferencia entre una danza o expresión típica y una manifestación patrimonial, en procurar la conservación con el paso del tiempo.
Aníbal Pintos, integrante de la Comisión Asesora de Candombe, la cual funciona desde hace un tiempo y desde la semana pasada en el ámbito de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, participó ayer de los festejos por el primer aniversario del Candombe como Patrimonio de la Humanidad. En sus palabras destacó las metas que tiene la comisión y los intereses de sus integrantes. “Se formó una comisión que tiene el objetivo de hacer conocer y mantener en el tiempo los orígenes del candombe”, detalló Pintos. “Queremos que el candombe se conozca porque salvaguardarlo es mantenerlo en el tiempo y cuidar sus raíces”, agregó.
Cuando se habla de salvaguardar el patrimonio inmaterial, se hace referencia a asegurar la viabilidad generación tras generación de los diversos aspectos del candombe: la danza, el candombe canción, el desfile de Llamadas, las diversas manifestaciones y los instrumentos protagonistas: piano, chico y repique, entre otras cosas.
Para preservar sus raíces, la comisión propone difundir la manifestación cultural heredada de los afrodescendientes en la currícula educativa. Asimismo plantea la necesidad de la generación de fondos, llamados, concursos y cursos para incentivar y premiar a la comunidad candombera, principalmente a sus integrantes más jóvenes.
Candombe, a pesar de todo
En la celebración del aniversario, además de participar las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura, el ministro Ricardo Ehrlich y la viceministra María Simon, concurrieron otros representantes de la Comisión Asesora de Candombe.
José Pedro Perico Gularte, quien contó la historia del candombe en el barrio Palermo, y Aquiles Pintos, responsable de compartir su experiencia de vida en el barrio Cordón, lograron emocionar a los visitantes.
Perico Gularte en su discurso fue más allá de la valoración del candombe, habló sobre los derechos ganados por la comunidad afro y lo difíciles que fueron las cosas en el pasado. “Es un honor estar de este lado de la mesa, agradezco en nombre de toda la comunidad negra llegar a este recinto y estar de este lado, cuando antes quizás estuviéramos en la puerta, o con un cepillo, o dando la bienvenida como porteros a alguna persona que viniera”, fueron las primeras palabras de Perico, las cuales se vieron sorprendidas por un aplauso general del auditorio.
“Es evidente que a través de todos estos años, los negros hemos transitado por un camino con más luz. Hemos tenido la oportunidad de tomar el libro, tomar el lápiz, a que nos digan señor como antes nos obligaban a nosotros a decirlo a otras personas con las que hoy compartimos la misma mesa. Esto lo digo lleno de orgullo porque recién a los 71 años que yo tengo veo con claridad que hemos avanzado muchísimo pero falta mucho aún”, añadió.
Aquiles Pintos recordó con emoción los tiempos de pobreza, en que salían desde el conventillo Cordón de ronda por otros conventillos con un tambor prestado y con latas de aceite que hacían sonar como tamboriles. Aguantando el llanto rememoró aquella Navidad en que se animaron a ir a Barrio Sur y Palermo, cosa que no habían hecho antes por temor a no estar a la altura de las circunstancias, y sin embargo, para su sorpresa fueron bienvenidos por los candomberos y por toda la comunidad, y elogiados por su desempeño.
En el discurso de Waldemar Silva, el cuarto integrante de la Comisión, que habló en representación de la comunidad del Barrio Sur, estuvo muy presente el cierre de los conventillos que hicieron historia puesto que estos dieron vida al candombe tal cual lo conocemos hoy. Expresó que las acciones que realicen en el futuro permitirán reivindicar las destrucciones del pasado y mantener la memoria viva.
Al finalizar el encuentro las distintas partes quedaron comprometidas a seguir trabajando en la elaboración de estrategias y propuestas para preservar la expresión patrimonial. Si el compromiso existe la celebración del próximo aniversario tendrá más fuerza y posiblemente más emoción.