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Alexander Medina, ayer, tras convertir el primer gol de Nacional ante Wanderers en el estadio Centenario

Foto: Nicolás Celaya

A tres

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Nacional derrotó a Wanderers y está a una victoria de ganar el Apertura.

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A falta de una fecha para la culminación del Torneo Apertura, Nacional accedió por primera vez a la cima del certamen y en caso de derrotar a Liverpool el domingo próximo se adjudicará el primer campeonato de la temporada. Esta realidad, impensada poco tiempo atrás, es posible porque ayer el equipo tricolor sumó una nueva victoria, que sumada al tropezón que sufrió Danubio en Melo, dejó al equipo de Gallardo como el único que depende de sí mismo para campeonar el fin de semana que viene, más allá de los dos puntos que seguramente se le adjudicarán mañana en la AUF a los de la franja.

Ayer Nacional jugó un buen partido y superó con claridad a Wanderers, que pese a la derrota volvió a dejar una correcta imagen en el Centenario. Los tricolores, que de los últimos 21 puntos que disputaron obtuvieron 19, volvieron a sumar de a tres y confirmaron su buen momento, que había tenido su pináculo el domingo anterior con la electrizante victoria clásica. Nacional echó por tierra la máxima que dice que después de una gran victoria viene un bajón y resolvió bien el enfrentamiento con el prolijo equipo bohemio, que peleó el partido hasta el minuto 73, cuando el juvenil Gonzalo Bueno anotó el tercer gol tricolor, el que sentenció la lucha. La conversión del delantero tricolor sobre el arco de la Amsterdam desató el festejo contenido de los hinchas albos, que unos minutos antes habían recibido un golpe en el duelo particular que mantuvieron con el Tony Pacheco, jugador bohemio y referente aurinegro, que ayer fue la figura de su equipo. Pero si de referentes hablamos, Alexander Medina jugó su mejor partido en este nuevo ciclo en el club de sus amores. El atacante, siempre luchador y sacrificado, ayer además jugó muy bien, bajando a colaborar en la creación de juego ofensivo y tuvo el mérito mayúsculo de haber anotado los dos primeros goles de su equipo, tantos que además valieron un poco más por lo oportunos que fueron. El primero llegó sobre el final del primer tiempo, cuando el empate a cero era una realidad que parecía prolongarse. El segundo, de rebote, bien a lo goleador, cayó poco después del empate wanderista, que había conmovido la tranquilidad tricolor.

Algunos minutos más tarde Bueno definió la historia, que en definitiva fue una justa victoria de los hoy líderes, que vencieron y por momentos convencieron. El rendimiento de los albos fue parejo desde atrás hacia adelante. En la zaga jugaron bien Rolín y Viera, este último le ganó por amplio margen el duelo al ecuatoriano Mercado. En la zona de volantes, a los más atrasados, Píriz y Calzada, les tocó luchar contra el buen mediocampo rival y salvaron con nota. Adelante los dos delanteros castigaron. Además los dos laterales tricolores tuvieron una buena gestión. Núñez, que tiene un papel protagónico -particularmente cuando se va arriba en el actual equipo tricolor- volvió a tener una actuación destacada. Del otro lado el argentino Placente carpeteó y suplió de buena manera al juvenil Torres. En Wanderers, más allá de la buena tarea que cumplió Pacheco, que jugó a buen nivel durante cerca de una hora, se destacó el volante central Santiago Martínez, pero faltó el aporte de nivel del zurdo Maximiliano Rodríguez, que no tuvo una buena tarde. Ante esto, la eficacia de Nacional fue demasiado. El cambio de pisada que tuvieron los del Muñeco a continuación de la derrota ante Bella Vista hizo posible empezar a ver a un equipo que no luce mucho, pero que en su intento de hacerlo muestra algunas virtudes interesantes, que alcanzaron para dar vuelta la historia en un torneo signado por la mediocridad promedial. En la recta final del Apertura, mientras sus rivales fallaron Nacional no lo hizo y por eso está a un triunfo de la vuelta.

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