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Gonzalo Rama, de Pacaembú, y Hugo Timote y Facundo Ferreira, de Independiente, en un partido correspondiente a la Liga de Soriano, el 23 de octubre, en el gimnasio Novales de Pacaembú.

Foto: Sebastián Luzardo

El básquet de siempre

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La Liga de Soriano, un fenómeno a conocer.

Tenía cinco años cuando pisé por primera vez una cancha de básquetbol. Nunca me habían llevado a ver un partido, no tenía pelota naranja en casa. El médico recetó: “Señor, su hijo tiene asma. Deberá practicar deportes. Uno que le trabaje el pecho específicamente -natación o remo le van a hacer bien- y otro recreativo, que puede ser básquetbol, fútbol o el que desee”. Se aproximaba el invierno: fútbol y remo quedaron descartados. Nadé y tiré al aro desde aquella edad. Los amigos de hoy son los mismos con los que defendí aquella musculosa de tela fina y números bordados.

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Están en la cancha Nicolás y Mariano Barrera, Diego Olivera, Juan Bautista Magnone, Jhonny Rodríguez, Martín López, Ignacio Borges, Matías Correa, y en el banco de suplentes Facundo Siniestro, en el equipo que dirige Gonzalo López. A juzgar por los clubes que defendieron, podría ser perfectamente un partido de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB) o del Metropolitano de ascenso. No lo es. Juegan por la cuarta fecha del Torneo Regional de Básquetbol de Soriano los equipos de Sandú y Remeros. Son los mismos jugadores que no hace mucho defendieron clubes como Trouville, Defensor Sporting, Welcome, Unión Atlética, Atenas, Hebraica y Macabi, Cader de Rocha, Urunday Universitario, Larrañaga, Anastasia, Cordón, Goes, entre otros tantos. Jugadores con dilatadas y notorias trayectorias, y jóvenes valores con promisorio futuro. Algunos de ellos, en formativas y en mayores, también vistieron la celeste. Todo esto analizando dos equipos mercedarios; hay más.

A los buenos elementos que participan en el básquetbol sorianense se les agregan los foráneos, lo que tiene como efecto que la liga crezca progresivamente en nivel y reconocimiento. Todo empezó accidentalmente, porque eran “conocidos de”, los primeros jugadores de afuera vinieron a reforzar plantillas. Desde entonces no paró. Si juega la celeste de Praga, en la cancha estarán Marcelo Pérez, campeón de la LUB con Malvín; Valerio Bertoni, de Anastasia; Martín Dudoy, de Yale, Olimpia y de la selección uruguaya; y Nicolas Bartesaghi, que el año pasado defendió los colores de Unión Atlética. Si el rival es Esparta, juegan por el amarillo José Pepe Fernández, de Marne; Javier Crócano, que fue campeón de la LUB con Malvín; Rodrigo Trinidad, también de Marne; y Nicolás Olivera, que jugó por Independiente de Mercedes a nivel nacional.

En el azul de Pacaembú están Gonzalo Rama, ganador de la Liga con Sporting, Sebastián Pastorino, Bruno Lagomarsino, de Marne, y el mercedario Leandro Curbelo, que participó en la LUB por Anastasia. En Nacional de Fray Bentos se destacan el experiente base Jorge Volcan, el juego de Fernando Verrone, de Stockolmo, Daniel Soria y Pancho Larre Borges, también de Marne. Seguimos: en el rojo Independiente juegan Facundo Ferreira, ex Unión Atlética; Hugo Timote, de reciente ascenso con Waston; y Favio Castro, también surgido en la UA, todos dirigidos por Atilio Negro Invernizzi. Y si su rival fuera Anastasia, veríamos vestidos de negro al Cabeza Pablo Viera, a Ignacio Pons y a Bruno Ferrari. Por último, si en el salto inicial participara Racing, en los albiverdes entrarían Amílcar Solari, ex Anastasia entre otros, y Matías Gasañol, de Yale.

Mientras, esperan la vuelta de Nico Ibarra y Nico Castrillón. Muchos. Entre jugadores y técnicos, no menos de 40 personas de nivel nacional. Sumados a los jugadores mercedarios que juegan en la LUB y en el ascenso en la capital, hacen que la Liga de Básquet de Soriano sea un referente (en presente y en historia) de este deporte.

Se juega

El torneo de los 75 años de la Liga comenzó el 16 de octubre, con el partido entre Praga y Esparta.

Se llevan jugadas cinco fechas. Como marca la tradición en Mercedes, se juega en primavera-verano. Tan histórico como curioso. Si miráramos la tabla de posiciones, Remeros puntea la clasificación con cinco partidos ganados de cinco jugados, y sólo podría alcanzarlo Independiente, que lleva tres de tres. El resto se debate en romper fecha a fecha la paridad entre sus juegos ganados y perdidos. Sandú es el que todavía no ha logrado obtener victorias.

Si partimos de los números de las planillas que aporta el sitio sorianobasket.com y hacemos con ellos estadísticas, observamos que la tabla de goleadores es comandada por Facundo Ferreira, de Independiente, con 24,3 puntos por partido, seguido por Marcelo Pérez, de Praga, con 23,7, el costero Jhonny Rodríguez, con 19,4 y Matías Gasañol, de Racing. En rebotes, el dueño absoluto de las tablas es el fraybentino Hugo Timote, con 10,3 rebotes por partido.

El esquema reglamentario que se planificó indica que cada equipo con su plantel de mayores deberá contar obligatoriamente con cinco jóvenes sub 23 en el plantel, y podrá sumarse una ficha extra-Liga, es decir, un jugador que arribe desde el Metropolitano o de las series nacionales del interior, incluso de otra liga o ciudad vecina.

El desarrollo del básquetbol en Soriano es histórico, generación tras generación. Una historia que se inició en 1938 con seis equipos y que hoy abarca la región. La Liga atraviesa un proceso que crece, y apuesta a consolidarse. En la actualidad es un campeonato heredero de tres ligas: Mercedes, Dolores y Río Negro. Están compitiendo los nombrados nueve clubes, más los doloreños Bella Vista y Peñarol, que lo hicieron en inferiores. Bodas de Brillantes para todos. Una actividad que continúa durante todo el año. Prácticamente desde marzo hasta octubre juegan todas las categorías inferiores, y al término de éstas comienzan los mayores. En total, hay alrededor de 1.500 jugadores formalmente fichados. La tabla histórica de campeones indica que desde 1938 hasta 2012 han ganado el Competencia: Remeros (30 veces), Praga (24), Independiente y Esparta (5), Sandú (4), Racing (3), el desaparecido Bristol (2) y Pacaembú (1).

De antaño

Soriano es un referente tanto para los de afuera como desde adentro hacia afuera. En su trayectoria ha aportado muchísimos jugadores al básquetbol capitalino y a la selección uruguaya. Luis Koster, nieto de aquel intendente también llamado Luis y que hoy da nombre al estadio de fútbol de Mercedes, fue jugador de Sandú primero y de Sporting luego, en Montevideo. Gran jugador, de destacada labor en todos los aros, integrante de la selección uruguaya que disputó los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964 bajo la conducción de Raúl Ballefin. Ese combinado además contaba con Manuel Gadea, Ramiro de León y Washington Poyet, entre otros.

A nivel local, todos recuerdan o escuchamos hablar de un tal Jorge La Cabra Sáez, un jugador que marcó una época en Mercedes, con varios títulos en su haber jugando por el Club Remeros. “Éste sí que fue un fenómeno” quizá sea la frase más pronunciada cuando Jorge entra y busca asiento en la tribuna. Una historia curiosa: no logró cuadrar en el mejor básquetbol capitalino y tal vez por eso no sea tan conocido.

En la actualidad, el jugador con más desarrollo es, sin duda, Gustavo Barrera, otro oriundo del club Sandú, que de muy joven fue reclutado por Welcome y antes de la mayoría de edad ya jugaba en Primera. Fue al Juventut de Badalona y se consagró entre los mejores de su categoría jugando y haciendo una dupla fenomenal con un tal Rudy Fernández, hoy estrella del básquetbol mundial y jugador de la NBA. Su paso más importante fue entre 2010 y 2011, cuando jugó en Unicaja Málaga y Baloncesto Granada, equipos de la ACB española.

También base, pero con distintos argumentos de juego, es Martín Dudoy, otro de los talentos, de gran campaña en el club Olimpia capitalino y con varios títulos a nivel local; el más celebrado, darle el campeonato por primera vez en su historia al club de sus amores, Independiente. Muchos recordarán a Daniel Koster y su pasaje por Neptuno, al Colo Adrián Laborda y su juego en la tabla (y que jugó la Copa de Campeones de Europa con Porto de Portugal), a Ignacio Borges y su conducción. Talentos natos de la cantera mercedaria. En las hojas del tiempo también aparecen Ricardo García, Álvaro Belén, Germán Haller (los dos últimos, campeones sudamericanos en 1981), Nazar Rodríguez, Atilio Invernizzi, Gonzalo López, Hugo Sierra (todavía juega en Italia), Pablo Vincent, Gilberto Vanerio, los hermanos Barrera y el Oso Jorge Saucedo. Ellos son algunos, pero hay más.

Existió también dentro de la Liga el básquetbol femenino. Fue pionero en el interior, ya que casi todos los clubes contaban con sus planteles de mujeres. Hoy la competencia ya es escasa. Se mantiene la mecha encendida, jugándose torneos fuera del departamento, con la esperanza de que algún día vuelva a ser “aquel campeonato de mujeres” que tanto gustaba.

Al día

Como es notorio, el feedback entre Mercedes y Montevideo es constante. Así como muchos valores refuerzan los equipos mercedarios, cada temporada varios jóvenes arriban a los clubes capitalinos con ilusión y talento. Hubo y habrá, siempre, una identificación de Mercedes con este deporte. Por eso la cantera es inagotable y varios de sus jugadores integran las selecciones celestes.

En mayores ya es conocido el desempeño de Panchi Barrera en Hebraica y Macabi y en la celeste. En inferiores han integrado en varias ocasiones la selección de Uruguay dos jugadores: Camilo Invernizzi (hoy Remeros de Mercedes, con pasaje por el macabeo) y el espartano Edison Espinosa, que juega en Bohemios. De los que ya juegan en mayores, en Trouville participan Guillermo Bruni, ex Praga, y Hernando Cáceres, ex Anastasia. Otro de los jóvenes talentos que están en la capital desde este año es el pivot Agustín Zuvich en Hebraica, con pasado en Pacaembú y Remeros de Mercedes. En el plantel de Goes, Lovera tiene a dos mercedarios con buenos minutos y números, el base Marcos Marotta y el alero Demian Álvarez. Independiente y Praga, respectivamente, fueron sus clubes de aprendizaje. En Unión Atlética juega desde hace ya dos temporadas Christian Mazzuchi. También es de destacar el desempeño de dos conocidos: Nicolás Ibarra en Romis Nelimar y el interminable Eduardo Caballo Lambert en Urunday.

El básquetbol de Soriano es un referente sólido e influyente. Hoy la historia lo saluda.

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