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Sebastián Domínguez, de Vélez Sarsfield, ayer, durante el partido ante Peñarol en el estadio José Amalfitani, en Buenos Aires.

Foto: Iván Fernández, Efe

De rebote

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A puertas cerradas, Peñarol cayó en Liniers.

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Los aurinegros iban por la revancha ante Vélez Sarsfield, después de la derrota en el Centenario hace dos semanas. Pero en la noche de ayer volvieron a ganar los argentinos, en esta oportunidad 3-1. Los dirigidos por Jorge da Silva tuvieron un buen primer tiempo, pero en el segundo fueron dominados, en un trámite similar al de Montevideo.

Antes del encuentro, el Polilla sorprendió con los cambios que ensayó en la formación inicial. Dos de ellos fueron porque tanto Carlos Valdez como Marcel Novick estaban sentidos. Lo que más llamó la atención fue la salida de Juan Manuel Olivera del ataque. Teniendo en cuenta esto, el once titular fue con Enrique Bologna, Alejandro González, Damián Macaluso, Darío Rodríguez, Aureliano Torres, Sebastián Píriz, Sebastián Cristóforo, Matías Aguirregaray, Ignacio Nicolini, Fabián Estoyanoff y Marcelo Zalayeta.

Peñarol arrancó mejor, teniendo más la pelota y buscando llegar al área rival. El Lolo Estayonoff tuvo el primer acercamiento con un remate que se terminó yendo muy arriba. Él mismo tuvo otra introducción al área pero no la resolvió de la mejor manera; tenía el pase a Zalayeta pero decidió rematar directo sin éxito.

Aguirregaray fue importante por el sector izquierdo del ataque. Nicolini aportaba control del balón y fue víctima de varias faltas en los primeros 45 minutos. A los 22 llegó el penal que abriría el marcador. Una mano de Gino Peruzzi, que a primera vista dio la impresión de ser fuera del área, le otorgó la chance a Estoyanoff de poner el 1-0.

A partir de ahí, los locales tomaron el mando. Federico Insúa tuvo un tiro libre que Bologna sacó al córner. Pero en la siguiente pelota quieta, que ejecutó Sebastián Domínguez, el remate dio en el palo izquierdo y luego rebotó en la espalda del arquero aurinegro. 1-1. Antes del final, Estoyanoff tuvo una clara, pero pifió la pelota después de un muy buen pase de Aguirregaray.

La segunda parte tuvo a la V de Liniers como protagonista con algunas figuras importantes, una de ellas el colombiano Jonathan Copete, que llegando por la izquierda complicó y mucho. Peñarol intentaba sobre todo de contraataque, buscando que Estoyanoff ganara en alguna corrida, pero poco pudo hacer. Los mirasoles casi no tuvieron oportunidades claras de gol.

Novick, por Cristóforo, y Valdez, por el lesionado Darío, ingresaron a los 70 minutos. Apenas cuatro más tarde, Peruzzi se mandó por la derecha, intentó lanzar la pelota al corazón del área, pero la pelota dio en la mano de Macaluso. Penal. El Pocho Insúa remató a la derecha y el esférico se le escurrió por debajo del cuerpo a Bologna.
Fue un golpe grande para el equipo uruguayo, que no hizo un mal partido, pero, al igual que en el Centenario, no pudo aguantar la igualdad. Algunos minutos más tarde Copete volvió a hacer de las suyas y, tras un rebote, cabeceó la pelota al fondo de la red para poner el 3-1. Otro tanto que tuvo un rebote como protagonista.

El ingresado Ezequiel Rescaldani contó con un mano a mano pero Bologna evitó que la derrota fuera peor. Con esta caída, Peñarol quedó con 6 puntos detrás de Vélez, que ahora lidera el grupo con 9. El elenco de Da Silva ahora está con las mismas unidades que Emelec, que será el próximo rival, el 2 de abril, en Guayaquil. El cierre de esta fase será ante Deportes Iquique en el Centenario el 9 del mismo mes.

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