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La victoria es nuestra

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Lo dijo José María Giménez, lo hizo la sub 20.

La selección uruguaya sub 20 no se achicó y derrotó a España 1-0, con gol de Felipe Avenatti tras un centro medido de Giorgian de Arrascaeta, en un partido difícil que tuvo que extenderse hasta tiempo extra. 
El miércoles a las 15.00 buscará un lugar en la final ante Irak.

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La otra semi

Cuando comience el partido de Uruguay del miércoles ya se conocerá el primer finalista de la Copa del Mundo de Turquía. Al mediodía de nuestro país se jugará, en Bursa, Francia-Ghana. Los europeos vienen de pasar por arriba a Uzbekistán, al que le hizo la misma cantidad de goles que la celeste le propinó en la serie de grupos, 4-0. Ghana derrotó agónicamente a otro representante de la Conmebol, Chile. 4-3 en el alargue con un gol en el minuto 121. Uruguay quedó embajador del fútbol americano. Otra vez el guionista nos jugó una sorpresa y coincidencia extrema en el que pudo haber sido el partido del campeonato. Arrancó ganando Ghana y en dos minutos lo dio vuelta Chile. En el segundo tiempo los africanos empataron el partido. En el alargue una vez más los chilenos sacaron la diferencia que podía ser definitiva, pero en el segundo chico del alargue empataron los ghaneses. Iban a penales, igual que en el partido de Uruguay con Ghana en el Mundial absoluto en Sudáfrica 2010, pero en la última de la última, la pelota llegó de aire al área chica, y el cabezazo al gol pasó entre tres jugadores chilenos que no sólo no le pusieron la mano como Suárez en 2010 sino que la sacaron y fue el 4-3 que puso a Ghana, acostumbradísimo a las definiciones en mundiales juveniles de sub 20 y sub 17, otra vez entre los cuatro mejores.

En la tarde del sábado, Uruguay le ganó al favorito que quedaba. Derrotó a España 1-0 por cuartos de final del Mundial sub 20 de Turquía, en un partidazo disputado en el estadio Ataturk de la ciudad de Bursa. La celeste de Juan Verzeri tenía una prueba casi final: enfrentar al mejor fútbol del torneo. Para jugarle a la roja, el DT presentó un planteo basado en el poblamiento en la mitad de la cancha. Eso, sumado a una actuación estelar de la defensa, dio el resultado esperado. El miércoles a las 15.00 de Uruguay, la celeste buscará un lugar en la final ante Irak.

Con el primer minuto de juego vino una conclusión precoz sobre el partido: Uruguay entró al Ataturk a ganar jugándole a España de igual a igual. La celeste cambió la pirámide formada con un 4-3-2-1 por un 4-4-2, con los dos puntas Nicolás López y Diego Laxalt colaborando en la recuperación de la pelota en la salida del rival desde el fondo. El partido se dio por el medio, lugar donde España juega y fabrica fútbol, y espacio donde el equipo de Verzeri demostró sus mayores vulnerabilidades en algunos partidos anteriores. Pero maduró; Uruguay se disfrazó de México y no dejó respirar a España. Buscó herir a la roja desde el primer minuto, sabiendo que con un gol en contra los muchachos de Julen Lopetegui no iban a poder pensar con claridad, como le pasó ante el Tri por octavos de final.

El rival tenía buena marca en el medio, ni hablar de despliegue ofensivo, pero demostró algunas complicaciones en el fondo, sobre todo en la banda izquierda, cosa muy bien aprovechada por Diente López y Laxalt, quienes, cambiando roles, recuperaban balones y ponían pases largos para buscar la cabeza de Leonardo Pais y hasta la de Giorgian de Arrascaeta.

En la mitad del primer tiempo vino otra conclusión: el sábado a la tarde tendría un partidazo. Ninguno descansó durante los 120 minutos de juego, de ida y vuelta. Las llegadas de Uruguay buscando la individualidad ofensiva contrastan con los despliegues de la roja repleta de jugadores y con un embanderado por la punta derecha, el jugador del Liverpool inglés Suso y el peligro constante de Deulefeu (el De Arrascaeta de ellos).

A los 26 minutos la roja llegó tocando como sabe, avisando que si se le da espacio, te puede liquidar. Los avances de España representaban un peligro constante, pero eran continuamente bloqueados por la mejor línea de cuatro que ha presentado el torneo: Guillermo Varela, Gastón Silva, José Giménez y Gianni Rodríguez. El equipo europeo tampoco se animó a mudarse del todo a campo uruguayo; no corrió un riesgo innecesario, reconociendo el poder ofensivo de Nicolás López y Diego Laxalt.

Rival conocido

El miércoles a las 15.00 la celeste buscará un lugar en la final ante Irak. Selección con la que el equipo de Juan Verzeri jugó un amistoso de cara al comienzo del torneo, que terminó sin goles. Los asiáticos representaron una sorpresa en la Copa del Mundo al terminar primeros en el grupo E. Empataron 2-2 ante Inglaterra, vencieron a Egipto 2-1 y cerraron ganando a Chile 2-1. Tras salir primeros en su grupo, tuvieron que disputar los octavos ante Paraguay, segundo del grupo D. Irak le ganó ajustadamente en el tiempo extra, luego de que los guaraníes jugaran con un hombre menos desde el minuto 80. Por cuartos de final, Irak viene de jugar otro partidazo prolongado ante Corea del Sur. 3-3 en los 120 minutos y penales. Tuvo más puntería en los penales y pasó a la instancia de semifinales. El final, como el del otro partido, fue realmente increíble y propio de un guionista de desenlaces de alta tensión: faltando un minuto para que finalizara la prórroga Irak se puso 3-2 y parecía que iba a ganar, pero un minuto pasado la hora, en la que debía ser la última, Corea empató con un gol de larga distancia. En los penales también empataron la serie de cinco, hasta que por fin en el uno y uno desempataron a favor de los iraquíes, que nunca habían llegado a una instancia así en un torneo mundial.

El rival de turno de Uruguay tiene una buena capacidad goleadora, diez goles en lo que va de campeonato, pero también recibió siete. Diferencia importante ante los dos que recibió la defensa uruguaya.

El encuentro se llevará a cabo en la ciudad de Trabzon (o Trebisonda), ubicada al noreste de Turquía sobre la margen del mar Negro, en el estadio Huseyin Avni Aker, del Trabzonspor, equipo de la Liga Turca, con capacidad para 24.000 personas

Bien parado Uruguay desde abajo. Verzeri planteó un equipo corto, mostrando un buen ensamble de la defensa y en la delantera con la mitad de la cancha. Desplazamientos en bloque y una estructura abierta ante un rival que utiliza toda la cancha, a lo largo y a lo ancho.

Y más

Quizá el peor momento celeste fue el de los primeros minutos del tiempo complementario, cuando se llegaba con menos fuerza, menos hombres y con el peligro constante de quedar a merced de España. Pasados los 15 minutos, Julen Lopetegui vio la oportunidad y sacudió un poco el banco, ensayando una variante netamente ofensiva, defensa por delantero (Paco Alcácer por José Campaña). Consecuentemente, las llegadas españolas pasaron a ser un poco más claras y por pase largo. Por el contrario, la celeste llegaba cada vez menos a medida que se consumía el partido. Cosa que también vio Verzeri. Faltando 15 minutos para terminar los 90 ensaya el cambio obligado: a la cancha el encarador Diego Rolan para ganar en profundidad por el sector derecho, afuera, Gino Acevedo, con mucho fútbol pero sin aire.

Mientras que el defensa celeste Gastón Silva tapaba el grito de gol que llevaría a la gloria a España en el cierre del partido, Uruguay crecía. Los minutos finales de los 90 reglamentarios se podrían catalogar de “alto voltaje”, si no fuera porque todo el partido tuvo estas características. La última de los 90 fue de Uruguay y casi resuelve el partido, pero terminó resolviendo un cambio obligado en España porque el golero Sotres hizo una atajada maravillosa tras el cabezazo de Rolan, pero dio con su cara contra el caño y se rompió la nariz. Le quedaba un cambio a los españolitos y debió ser el golero suplente.

Durante el alargue, Verzeri probó suerte: Sebastián Cristóforo, agotado, salió y entró un delantero. La cosa estaba casi jugada para el lado de Gonzalo Bueno, rápido y con profundidad. Conformaba la variante más repetida en el torneo y la más lógica por cómo se estaba dando para el encuentro. Pero optó por Felipe Avenatti, alto y letal en el área. Raro, Uruguay no estaba llegando para ese entonces con peligro por las bandas como para mandar un centro y asistir al alto delantero que se va de Turquía derecho al Cagliari italiano. Pero luego la variante rindió frutos y vino de córner la cosa: De Arrascaeta se ató los cordones del guante derecho y la metió en el primer palo, lugar donde esperaba el metro 96 centímetros de Felipe, que cabeceó sin problema para abrir el marcador en el cierre del primer tiempo del alargue.

Lo que pasó luego del gol hasta el final del partido es eso que dos de cada tres médicos no recomiendan. Estrés, fatiga y sufrimiento constante con cada llegada en profundidad de España, que roja de furia fue a buscar el empate con los 11 jugadores en el campo. Suso, Oliver y Jesé hicieron correr lindo a Rolan, Laxalt y hasta a Nico López, quien daba una mano bárbara. Pero en caso de avance del despliegue español, la mejor defensa del torneo impedía la concreción del empate.

Ganó Uruguay, fiel al crecimiento que fue demostrando durante el transcurso del torneo.

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