Ayer era el primer día en que las parejas del mismo sexo podían comenzar a registrarse para contraer matrimonio. Tras la reglamentación de la Ley Nº 19.075, aprobada en mayo, Sergio (de 45 años) y Rodrigo (39) hicieron pública la noticia de que se casarían y que el lunes a las 7.15 estarían en la puerta del Registro Civil. Se definen como personas “públicas” que se desempeñan en el área de los medios de comunicación y quisieron aprovechar sus contactos para generar un “juego mediático” y difundir los cambios a partir de la ley.
Ayer cumplieron con su palabra e iniciaron los trámites correspondientes para formalizar una relación de 14 años. Finalmente, fueron los primeros en inscribirse pero no en casarse, ya que otra pareja del mismo sexo contrajo matrimonio, aunque en condiciones para nada festivas.
Contra reloj
A las 7.55 de ayer se llevó a cabo el primer matrimonio entre personas del mismo sexo. La ceremonia ocurrió en un centro de salud, puesto que se trató de un matrimonio in extremis, en el que uno de los dos contrayentes corre riesgo de muerte y, según el artículo 85 del Código Civil, se deberá presentar previamente “certificado médico que acredite el peligro de muerte”. Adolfo Orellano, director del Registro Civil, explicó a la diaria que en este tipo de trámite “se invierte el orden de prelación de los factores”. En lugar de que la pareja se registre en la oficina con testigos, publique en el Diario Oficial que se quiere casar y recién entonces quede habilitada para pedir fecha y casarse, se celebra primero el matrimonio para evitar que en el transcurso del expediente muera la persona que presenta problemas de salud. Luego de la ceremonia de matrimonio, un juez de Familia verifica que la pareja esté en condiciones de contraerlo para así validarlo.
Miranda explicó a la diaria que hicieron pública la noticia para “apoyar la entrada en vigencia de la ley y también para colaborar con otras personas para las que sigue siendo un tema complicado”. Acto seguido, destacó que llevan muchos años juntos y que “casarse no nos va a cambiar en nada”; sin embargo, afirmaron: “No da lo mismo que haya ley o no. Lo que estamos celebrando es que no hay ciudadanos de primera y de segunda; todos tienen los mismos derechos”. En este sentido mencionó derechos civiles y patrimoniales de los que hasta ahora muchas parejas del mismo sexo no gozaban.
Definió la nueva ley como “100% de la sociedad civil”. “Nació del empuje de colectivos, de la perseverancia de un montón de gente. A los parlamentarios les pasó la ola por arriba y dijeron “hay que votarla”, remarcó.
El día esperado
Los testigos de los novios son familiares y amigos activistas. Tras firmar, los testigos declararon a los medios que la pareja da una señal de “libertad y no de libertinaje”, y de ser más felices.
Una vez que las intenciones de casarse de los novios salgan publicadas en el Diario Oficial, concretarán una fecha. Miranda adelantó que harán la ceremonia en el Registro Civil y que la idea es celebrar en privado. Casarse en la oficina estatal para ellos será “muy simbólico”.
Al consultar a Miranda acerca de lo que resta legislar, aseguró que la Ley de Matrimonio Igualitario es un “hito”, pero “para muchas personas dentro del colectivo no es una prioridad”. En su opinión, hay que trabajar respecto de las realidades de las personas trans, puesto que en muchos casos no acceden a derechos básicos. Adelantó que no va a ser sencillo porque “es lo diferente dentro de lo diferente”.
En opinión de Michelle Suárez, la primera abogada trans de Uruguay, quien participó en la elaboración de Ley de Matrimonio Igualitario, la reglamentación “es un momento de profunda alegría y consagración”, y será la “piedra angular” de una nueva agenda de temas. En el plano del derecho, indicó que hay que generar cambios para que haya procesamientos por discriminación, puesto que “existen enormes deficiencias en el área de los derechos humanos cuando éstos son violados”. Otro asunto a tratar son los derechos relacionados con la reproducción asistida o artificial, en el sentido de que no sólo las parejas heterosexuales infértiles deberían poder acceder al tratamiento, sino que también deberían poder hacerlo mujeres lesbianas. Asimismo, enfatizó que hay que desarrollar acciones afirmativas para la población trans.