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El Tribunal de Arbitraje Superior no dejó lugar a dudas en relación a Luis Suárez.

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Ayer de mañana se supo la noticia. Uruguay y Barcelona la aguardaban, ilusionados por una posible reducción en la pena impuesta por la FIFA tras la mordedura al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial. El Tribunal de Arbitraje Superior (TAS) ratificó lo duro de la sanción, aunque le dio un giro que de alguna manera transforma la pena en algo esencialmente deportivo, y le devuelve a Suárez derechos inalienables a su condición de futbolista, como poder entrenar y jugar partidos amistosos. El delantero celeste no podrá jugar con Uruguay en los siguientes ocho encuentros oficiales (la sanción es de nueve partidos, pero ya cumplió uno frente a Colombia en octavos de final de Brasil) y tampoco podrá hacerlo por el Barcelona catalán hasta cumplir los cuatro meses de castigo, es decir, hasta el 26 de octubre. El Código Disciplinario de la FIFA define expresamente lo que considera partido oficial: “Partido organizado bajo los auspicios de una instancia del fútbol para que compitan equipos o clubes sujetos a su jurisdicción, cuyo resultado confiere el derecho a participar en otras competiciones, salvo que el reglamento aplicable disponga lo contrario”.

Ahora podrá entrenar y jugar amistosos tanto con la selección como con Barcelona. Al menos se impuso el sentido común en aquello de respetar y hacer valer los derechos individuales e inalienables de cualquier trabajador.

Textualmente, el comunicado emitido por la FIFA dice que el TAS “confirma la sanción impuesta al jugador. Sin embargo, la suspensión de cuatro meses se aplicará tan sólo a los partidos oficiales y no a las otras actividades relativas al fútbol (entrenamientos, actividades promocionales, actos administrativos)”. Agrega: “El TAS ha llegado a la conclusión de que las sanciones impuestas al jugador eran, en líneas generales, proporcionales a la infracción cometida. Los árbitros han considerado excesiva la prohibición de ejercer toda actividad relativa al fútbol y también la prohibición de acercarse a los estadios. Estas medidas no eran apropiadas para sancionar la infracción cometida por el jugador”.

Conocido esto, Suárez hoy está bajo el mando del entrenador del Barça, Luis Enrique, y dejó de lado el entrenamiento en solitario para formar parte del colectivo azulgrana, que practicará en doble horario. Ya laudada la causa, Barcelona comunicó en su página web cuándo presentará al jugador: será el lunes 18 de agosto, en el Camp Nou, cuando se juegue una edición más del Trofeo Joan Gamper entre los locales y el Club León de México, equipo que dirige Gustavo Matosas.

Tiempo atrás

En junio, en pleno Mundial y luego de terminada la fase de grupos por Uruguay con el enfrentamiento ante los italianos, la FIFA abrió un procedimiento disciplinario contra Suárez. El mordisco dio (la) vuelta al mundo. La Comisión Disciplinaria decidió considerar culpable al delantero de Uruguay por haber violado el artículo 48 apartado 1d del Código Disciplinario al agredir a otro jugador, y también le aplicó la sanción del artículo 57 del mismo código por haber atentado contra la deportividad. El comisionado consideró darle al delantero una sanción ejemplar, a ojos y moralidad propia. “No se puede tolerar este tipo de comportamiento en un terreno de juego, especialmente durante la Copa Mundial de la FIFA, cuando millones de personas tienen la vista puesta en los jugadores”, dijo aquella vez Claudio Sulser, presidente de dicha comisión disciplinaria.

Posteriormente, Uruguay y Suárez apelaron la sanción, ya consumada la eliminación de la celeste pero con el Mundial todavía en juego. La FIFA no dio lugar. No había lugar para acortar el castigo. “La Comisión de Apelación de la FIFA ha decidido rechazar las apelaciones presentadas por el jugador uruguayo Luis Suárez y la Asociación Uruguaya de Fútbol y confirmar la decisión adoptada por la Comisión Disciplinaria de la FIFA el 25 de junio de 2014 en su totalidad”, anunciaban el 10 de julio.

Sin copa

Con la sanción ratificada por el TAS, quedó confirmado también que el delantero salteño no podrá estar presente en la Copa América que organizará Chile el año que viene. Será la primera competencia oficial de la selección uruguaya de fútbol luego del Mundial, y cuántos encuentros cumpla Suárez en dicho torneo dependerá de la suerte que tenga la celeste en tierras trasandinas; puede ser un máximo de seis, si Uruguay llega a la final o a disputar el tercer y cuarto puesto, y un mínimo de tres, si no pasa la serie inicial.

En 72 días, más precisamente el lunes 27 de octubre -un día después de que Luisito quede habilitado-, se realizará el sorteo para conocer las series del campeonato en la ciudad de Viña del Mar. Finalmente, a las diez selecciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol se le sumará México, que ya está acostumbrado a participar en el evento, y Jamaica, que por primera vez dirá presente. Las fechas previstas para la Copa América son el 11 de junio de 2015 para su inicio y el 4 de julio para su finalización.

Suárez podrá ser convocado, siempre y cuando el entrenador a cargo lo crea conveniente, para los amistosos de la selección celeste ante Japón (5 de setiembre en Sapporo) y Corea del Sur (8 de setiembre en Seúl). Es seguro que se perderá los primeros encuentros de las eliminatorias para Rusia 2018.

Con Barcelona podría jugar a partir de la novena fecha, cuando los catalanes enfrenten a Real Madrid, en caso de que el encuentro sea fijado para el domingo 26 de octubre. Además, no estará en las primeras tres jornadas de la Champions League.

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