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Brian Lozano, Emilio Zeballos y Nicolás Olivera festejan el gol que le dio el triunfo a Defensor Sporting ante Fénix, el sábado, en el Franzini. Foto: Pablo Vignali

Lozano y rico

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Defensor Sporting ganó el sábado y fue líder el domingo.

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Le dicen Huevo. Viene de la cantera violeta. Petiso y habilidoso, suele jugar por el medio. Tanto, que en los tiempos de Fernando Curutchet era común verlo en el doble cinco. Anteayer, Lozano acomodó la pelota en una baldosa y sacó un remate bajo lleno de precisión, desde la puerta del área. El balón fue a dar contra el caño derecho del enorme Mejía, al que únicamente un remate así podía superar. En el Franzini, Defensor le ganó 1-0 a un comprometido Fénix: mantuvo su invicto, se afirmó en zona de copas y, tras enterarse de un par de resultados ajenos, alcanzó la punta compartida del Clausura. En las otras canchas chicas sabatinas, Rentistas se quedó con el ida y vuelta de San José, donde sobre el final se impuso 3-2 a Sud América, que dejó por el camino una larga racha invicta. Geográfica y futbolísticamente lejos, los coperos Danubio y Wanderers no salieron de sus malos momentos y fundieron sus colores en un gris empate a cero registrado en Jardines.

Duro de roer

Más que jugar un partido, Fénix hizo una prueba de resistencia. Bancó 78 minutos. De ellos, 71 los jugó con un futbolista menos: los sueños capurrenses quedaron amputados desde el minuto 7, cuando Ferro cometió una falta dura sobre Olivera, al que luego agredió. Entonces, mientras el Tito redondeaba un sábado para el olvido y corría hacia la tribuna visitante para agarrarse a trompadas con el responsable de algún insulto, Defensor empujó a Fénix contra su arco hasta repetir 1.000 veces las mismas imágenes. Le costó un Perú, pero consiguió la victoria.

Cuando quedó con diez, el equipo de Capurro no tuvo otra que cambiar su valiosa postura respondona del arranque por la cola pegada al arco. Rosario Martínez sacrificó al Cacique Medina, que jugó casi todo el partido de volante tapón y unió su esfuerzo al de Papa. Dos líneas de cuatro se compactaron en los últimos metros y, aunque con algunas fisuras, normalmente frenaron el prometedor juego de toque corto, rápido y profundo que ensaya el Defensor de Larriera.

Una de las fisuras valió un penal, pero Mejía se lo contuvo a Nico Olivera. La virtud violeta fue la de imponerse sobre la desesperación. Y entre 1.000 despejes de Perg y atajadas del panameño, el fútbol de Cardaccio, las combinaciones de Lozano, Nico y Luna y el buen ingreso de Báez desembocaron en el gol de una victoria que paga en la tabla.

Por una copa de más

El partido entre Danubio y Wanderers nunca pareció terminar de armarse en Jardines del Hipódromo. Quedó esa sensación en los antiguos terrenos fraccionados por Francisco Piria, un burgués de los de antes. Tal vez un gol hubiese abierto más las defensas y los planteos tácticos de dos equipos con formas de juego diferentes.

El equipo de Leo Ramos buscó con pelotas largas a espaldas de los zagueros bohemios y le pudo generar buenos resultados en el primer tiempo. Un par de remates de Hamilton Pereira le generaron al franjeado una sensación de peligro que luego se fue diluyendo en el partido. Alfredo Arias ya nos tiene entrenado el ojo: hay que poner un arma en la sien de un bohemio para que el muchacho reviente la pelota. Wanderers tuvo su chance más clara luego de dos posesiones consecutivas con más de diez toques cada una. Fue un momento de agobio que no repitió en esa parte del partido.

El ingreso del cardalense Leandro Reymúndez y del coloniense Joaquín Verges le dieron otra intensidad a Wanderers. El ex Cerro, Reymúndez, jugó bien de punta, corpulento, pivoteó y picó al vacío varias veces. El ex Tacuarembó, Verges, entró a armar juego saliendo limpito desde delante de la línea defensiva del bohemio. Buen trabajo de dos incorporaciones silenciosas.

Destacados: Santi Martínez en el mediocampo bohemio. Un tractor en la marca, llegó al área rival varias veces. La pareja de zagueros danubiana, Joaquín Pereyra (20 años con cuatro partidos en primera) y Cristian González (18 años y debutante), controlaron muy bien a los delanteros bohemios.

A lo bicho

Rentistas viajó a San José y se volvió con tremendo triunfo del Casto Martínez Laguarda. Sud América arrancó ganando el partido con un gol muy bonito de Ángel Luna, tras un centro de Arismendi. No iban ni 15 minutos y el buzón estaba arriba. Además del tanto de apertura, hubo varias situaciones para apuntar en la libreta en los primeros 45 minutos. Luna remató y Mauricio Alonso se lo perdió, y con los mismos protagonistas nuevamente la IASA casi estira la diferencia. Del otro lado, Nacho Ithurralde remató y estuvo cerca, y la mejor estuvo en los pies de José Varela, que no pudo en el mano a mano con el Perro Irazún.

La segunda parte estuvo para quedarse quietito en la grada y no moverse. De pique, Sud América colocó el segundo tras un tiro libre de Maureen Franco, que contó con la complicidad del arquero visitante. Un gol, como se dice habitualmente en el vocabulario periodístico, desde el vestuario, que podía empezar a liquidar el asunto. Pero cinco minutos más tarde, el Canguro Porta de penal descontó. El pico de emoción estuvo en el tramo final del partido. Cuando los dirigidos por el argentino Jorge Vivaldo esperaban muy atrás cuidando el triunfo parcial, Hugo Soria empató; iban 84 minutos y la igualdad estaba bien. Pero apenas unos segundos más tarde, Federico Laens, ingresado 20 minutos antes, le dio los tres puntos a su equipo. Los bichos colorados ganaron puntos importantes para tomar mucho aire en el descenso, mientras que los naranjas siguen en la pelea tras dejar una buena chance de sumar.

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