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Christian Meneses. Foto: Santiago Mazzarovich

“Soy un proyecto de gimnasta”

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Cristhian Meneses es el mejor gimnasta de la historia de Uruguay y estará en los Panamericanos de Toronto.

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Con sólo 19 años, es el único compatriota que ha conseguido subirse a un podio sudamericano de adultos en la rama masculina. Obtuvo medallas de bronce y de plata en el aparato de salto en 2013 y 2014, respectivamente. Se prepara para los Juegos Panamericanos de Toronto y para el Mundial de Glasgow, en el que abriga expectativas de pelear por un cupo olímpico.

Meneses se inició en el deporte de la gimnasia artística a los seis años en el club Olimpia. Por entonces, según cuenta, era un niño muy enérgico y comenzó a practicar deporte de manera recreativa. Hoy, 13 años más tarde, además de sus históricas medallas en la competencia continental, será el primer hombre en representar a Uruguay en un mundial. Eso sucederá en octubre de este año, cuando viaje a Glasgow con la intención de tener una buena participación que le permita quedar un paso más cerca de su máximo objetivo: competir en los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, Cristhian no sólo entrena. Sabe que es muy difícil vivir del deporte en Uruguay y convertirse en un profesional de la gimnasia. Por eso, sus días se reparten entre sus estudios universitarios y sus duros entrenamientos. Hasta el club Olimpia fue la diaria, para conversar con Meneses y conocer más sobre la realidad de esta disciplina y sus aspiraciones como deportista.

-¿En qué consiste un día de tu vida?

-De mañana, entre las 8.00 y las 12.00, voy a la facultad: estudio derecho en la Universidad Católica. De tarde entreno cuatro horas en Olimpia, y luego me voy a casa a comer y a estudiar. Esto es de lunes a viernes, ya que no entrenamos los fines de semana.

-¿Cuál es el plan para las competencias de este año?

-Lo que estamos haciendo ahora es un entrenamiento de series, que es lo que se hace cuando se acercan las competencias. Se hace mucha evaluación al pasar por todos los aparatos, para ver cómo estamos en resistencia.

-¿Cómo se prepara una serie?

-La serie se arma en conjunto con los entrenadores, atendiendo a los requisitos exigidos por la Federación Internacional de Gimnasia [Fing]. Básicamente, se determina qué grado de dificultad va a tener, si llegamos en buena forma y qué elementos hay que atender para poder tener una mejor serie. La elaboración tiene mucha importancia, porque es lo que te pone a nivel competitivo. Para el Panamericano de Toronto, por ejemplo, estoy apuntando a una dificultad intermedia, mientras que para el Mundial me la voy a jugar un poco más en arzones y paralelas. En esos aparatos tengo rendimiento más bajo, y, si puedo subirlo, va a mejorar mi rendimiento en la general.

-¿A qué nivel esperás llegar en los Panamericanos?

-Va a ser la primera competencia con gimnastas de elite en la que participe. Los equipos que van a estar fuertes son Estados Unidos, que va a llevar a tres olímpicos y un mundialista, y Brasil, donde hay un alto nivel de apoyo a la gimnasia. Los brasileños tienen un cuerpo técnico y médico amplio y una gran infraestructura. De cara a Río de Janeiro 2016 abrieron un nuevo centro de entrenamiento que es el triple de grande que el nuestro.

-¿Pesa la presión al subir a ese nivel?

-La presión, obviamente, se siente, pero no es una presión que juegue en contra. Son Juegos Panamericanos, y no son clasificatorios para otras competencias. Creo que el objetivo es, más que nada, divertirse y dar lo mejor, tratar de sacar esas presiones para poder dar realmente lo máximo. En el Mundial sí hay más presión, porque no sólo compiten más gimnastas, sino que es una de las instancias clasificatorias a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Una de las pocas.

-De los seis aparatos (barras paralelas, barra fija, arzones, anillas, suelo y salto), te destacás en este último. ¿Cómo compensás tu mejor actuación en salto con tus puntos débiles a la hora de entrenar?

-Como ya tengo los saltos más o menos asentados, trato de hacer nuevos. Como me dice mi entrenador: “Salto es el caballito de batalla que vos tenés. Es la posibilidad de entrar entre los mejores. Lo demás es asentar lo que ya está y poner empeño para acercarte a una mejor forma”. Eso es lo que me va emparejando en nivel con otros.

-¿Cómo te ves en proyección a futuro?

-Primero que nada, creo que el punto máximo de rendimiento para mí este año sería poder clasificar al Test Event, que es la última instancia clasificatoria para Río de Janeiro 2016 y se realizará a comienzos del año que viene. Se clasifica en el Mundial logrando una buena posición en All around [clasificación general de los seis aparatos]. Esos buenos rendimientos van a depender de cómo entrene acá, dentro de las posibilidades que tenemos. Nosotros contamos con la desventaja de que no tenemos el suelo cuadrado, de medidas reglamentarias. No es lo mismo hacer suelo en una línea que en un espacio de 12 metros cuadrados. Es totalmente diferente el uso del espacio y la disposición. Es otra cosa. Ésa es la carencia más significativa, a la que se suma la carencia de un foso de polifones donde puedas arriesgar más, porque te sentís más seguro en el entrenamiento de salto. Pero tampoco es algo que precise ya. Esas oportunidades se presentan viajando a entrenar de forma intensiva.

-¿Y esas oportunidades las tenés?

-Recientemente recibí un apoyo financiero de la Fundación Deporte Uruguay para preparar el Mundial, y quiero agradecerlo. Según lo estipulado, voy a ir dos semanas a Universal Gymnastics, en Miami, donde entrena el actual medalla de bronce de los Juegos Olímpicos en All around. Yo creo que eso me va a permitir hacer una diferencia, porque lo que entreno en dos semanas allá lo entreno en un mes o más acá. Obviamente, es más carga de entrenamiento, en régimen de siete horas por día, en doble turno. En cuanto al espacio y las condiciones, al ser mejores duplican tu rendimiento, porque tenés más cosas para hacer.

-Si no conseguís ir a los Juegos Olímpicos en esta oportunidad, ¿pensás que podés tener mayores posibilidades en el futuro?

-Creo que si no es esta vez, para la que viene voy a estar mucho mejor preparado, porque además cambia el sistema de clasificación. Se va a poder clasificar por competencias continentales como los Panamericanos. Se abrirá más el espectro, que actualmente es muy cerrado. Obviamente, voy a estar más preparado. Como decía un técnico de Brasil: con 18 o 19 años, soy recién un proyecto de gimnasta.

Principio y fin

-¿Y ese gimnasta toca techo alrededor de los 25 años?

-Depende de cada uno. Generalmente, ocurre a esa edad, pero a veces sucede más temprano y se puede mantener hasta que el cuerpo le dure y la situación se lo permita. Yo voy a tratar de durar lo más que pueda, porque es algo que realmente me gusta. Todo en la vida tiene un fin, como dicen, pero voy a tratar de hacer esto el mayor tiempo posible.

-¿Cuánto te ayuda a seguir creciendo la competencia interna?

-En realidad, somos solamente cuatro deportistas que competimos en Uruguay. Nada más. No es la competencia lo que me ayuda, sino, más que nada, el buen ambiente que se genera, que no es competitivo. Es más que nada de aliento: “Vamos que tenemos que mejorar”. Eso te ayuda. Al ser pocas personas, no te lleva a testearte fácilmente. Los demás también son muy buenos, pero somos pocos. En Argentina los selectivos son de 20 o 25 personas. Acá somos cuatro.

-¿Qué aspectos considerás que vuelven destacado a un gimnasta?

-Más que nada, son las ganas que vos le ponés al deporte, y la constancia. Se han registrado casos de gimnastas que han dejado la práctica, han vuelto y fueron mejores, pero creo que realmente la constancia y la perseverancia son los valores más importantes. Entrenar, simplemente entrenar y nunca darse por vencido. Las caídas están y hay que volver a levantarse y seguir.

-¿Existe el talento de un gimnasta?

-Hay talento, y hay muchos talentos para la gimnasia. El actual campeón olímpico de anillas, que es brasileño, es un talento. Empezó a hacer ejercicios de fuerza a los diez años. Yo empecé a los 14 o 15. Pero están los gimnastas que se desarrollan más tardíamente por su trabajo físico importante y no por su talento.

-¿Cómo considerás que trabaja la Federación Uruguaya de Gimnasia?

-La federación trabaja mucho a pulmón. Creo que se trabaja bien, no ha decepcionado y hay una mejora muy significativa de los gimnastas uruguayos a nivel internacional.

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