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Nicolás Aguirre, de Lanús, y Guillermo de los Santos, de Defensor Sporting, anoche en Buenos Aires. • Foto: Juan Mabromata, Afp

Espectacular Campaña

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Con perfecta labor de su arquero, Defensor empató en Argentina con Lanús 0-0.

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Esta historia es casi tan vieja como el fútbol. Desde la rápida adopción, en los puertos del Río de la Plata, de aquel joven deporte que bajaba de los barcos con los ingleses locos, siempre, pero siempre, a cualquier oncena oriental le ha resultado dificilísimo enfrentarse con los argentinos. En aquellos pagos siempre ha habido mayores posibilidades, mejor desarrollo, más gauchos y más todo lo que podemos desarrollar nosotros; no obstante, por décadas y décadas hemos sabido dar la debida competencia y conseguir buenos y sensacionales resultados que adornan la rica historia del fútbol uruguayo.

Y sigue siendo así: ayer Defensor Sporting enfrentaba a un chico de Argentina que, sin embargo, tiene un complejo deportivo de 24 manzanas, con 11 canchas de fútbol, que no tienen, sumados, la Asociación Uruguaya de Fútbol, Nacional y Peñarol. Como ayer y como mañana, el representativo uruguayo consiguió salvar un buen resultado de empate, un gran resultado si se repasa una y otra vez el partido, si se descubre la potencialidad del rival, si se tiene en cuenta que todavía es difícil ser visitante. Pasa en esta edición de la Copa Sudamericana como en tantos otros torneos que puede haber tenido la Confederación Sudamericana de Fútbol en sus 99 años.

Cómo convivir con el peligro

Por lo menos los diez minutos iniciales dieron la impresión de ser difíciles para Defensor. El local salió, ordenada pero intempestivamente, a atacar una y otra vez la valla de Martín Campaña, que tuvo que intervenir oportunamente dos o tres veces. Lo peor tal vez no fuera que Lanús llegara: lo peor era que cuando, con dificultad, el violeta recuperaba la pelota, los granates la recuperaban en segundos. Fue una docena de minutos en los que los uruguayos apenas aguantaban, sin poder proponer nada, sin poder reparar el juego, achicando el agua para no seguir a la deriva y hundirse en la absoluta superioridad rival.

Fue recién a esa altura del partido que pudimos saber de qué color era el buzo del golero de Lanús, Fernando Monetti, cuando una larga carrera de Brian Lozano por la derecha terminó en una falta no cobrada y un ollazo que pasó sobre el espacio aéreo del arco argentino. Pero uno de los círculos del infierno de la Divina Comedia parecía escenificarse en el espectacular estadio de Lanús. Infierno para Defensor, que cuando promediaba la primera parte volvió a sufrir y mucho, en tres jugadas sucesivas, en las que el gol rondó su arco.

Las dos líneas de cuatro violetas no eran muros de contención para el juego granate, ni siquiera cuando el tapón defensivo, ayer interpretado por el versátil salteño Mauro Arambarri, se escondía entre Andrés Scotti y Guillermo de los Santos y quedaban cinco tratando de defender a Campaña. Sólo un par de faltas en tres cuartos de campo argentino permitieron colocar hombres violetas, ayer de blanco, en el área contraria. Lo rescatable del primer tiempo para Defensor fue que, ante un rival que le jugó y atacó con tanta intensidad, pudo terminar la primera parte sin goles en contra.

No afloja ni abajo del agua

El segundo tiempo comenzó igual aunque un poco, pero poquito nomás, aliviado para Defensor. Siguió dominando Lanús con su buena técnica en velocidad, pero Defensor contestaba con cierta periodicidad. Esto no sólo permitía tomar aire en defensa, sino jugar con la amenaza de ataque bajo la lluvia. Claro, igual fue Lanús el que estuvo repetidas veces ante la góndola del gol, tratando de aprovechar alguna oferta que Campaña nunca entregó, ni siquiera en aquélla, sobre los 25, en la que Miguel Almirón dejó fuera de carrera a Campañita, pero el vertical derecho evitó que los granates festejaran.

¡Qué partido complicado! Vos no sabés la cantidad de anotaciones que tenía -hasta que se me mojaron los papeles- de grandes intervenciones de Campaña, tantas que cuando pareció que empezaba a estabilizarse la gestión del equipo de Juan Tejera empecé a jugar con títulos de Campaña, del tipo “¡Buena, Campaña!”, “Enorme Campaña” y cosas así, que finalmente terminaron decantándose en las letras grandes que terminan intentando dar la idea de lo que fue esta primera parte de esta eliminatoria de tercera fase de la Copa Sudamericana. La semana que viene veremos cómo sigue el violeta ante este durísimo rival argentino.

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