El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, había anunciado que el proyecto de presupuesto quinquenal que el Poder Ejecutivo envió el lunes al Parlamento iba a ser “austero”, debido a que el panorama económico para los próximos años parece poco auspicioso. “La prueba de que se trató de reducir el gasto al mínimo es que dentro de la política de desarmar todo lo que hizo Mujica no se encuentra la demolición de edificios. Desmantelar los proyectos de descentralización o cambiar de órbita el Plan Juntos no sale nada. Pero tirar abajo los edificios de la UTU, por ejemplo, saldría dinero, y por eso no lo hacemos”, aseguró el titular de la cartera.
De todas maneras, hay algunos rubros del presupuesto elaborado por José Mujica hace cinco años que se mantienen. Uno de ellos es la campaña para que Uruguay sea sede del Campeonato Mundial de Fútbol de 2030, que inicialmente iba a organizarse junto con Argentina, pero que ahora se planea realizar en solitario. “Nosotros sabemos que es una parada difícil, porque Uruguay hoy por hoy no cuenta con los 12 estadios mundialistas que se precisan. Pero de acá a 2030 la situación puede cambiar. Los niveles de corrupción en la FIFA van a ser tan grandes que, si hacemos un esfuerzo económico importante para pagar coimas, seguramente vamos a lograr que nos adjudiquen el Mundial”, aseguró un integrante de la comisión que se encarga de promover la candidatura uruguaya. El gobierno ya habría hecho algunos “sondeos” entre dirigentes de la FIFA para evaluar cuál sería su nivel de exigencia. “Un dirigente nos dijo que si dábamos con el precio adecuado, el estadio Raúl Goyenola de Tacuarembó podría ser la sede de una semifinal”. De todas maneras, las autoridades son conscientes de que no se puede “tirar mucho de la piola”, por lo que algunos estadios, como el de Central Español, requeriría de algunas “pequeñas reformas” para que sea habilitado como estadio mundialista.