En julio del año pasado, Uruguay y Venezuela firmaron un convenio mediante el cual ANCAP cancelaba una deuda con la petrolera estatal venezolana PDVSA y, a cambio, el gobierno del país caribeño se comprometía a comprar productos lácteos uruguayos por decenas de millones de dólares. Pero, si bien la empresa uruguaya canceló la deuda, el gobierno venezolano aún no hizo efectivo el pago con el que se comprometió. “Nosotros no somos un país que esté 100% jugado al petróleo. A lo mejor ellos sí, y como son una potencia petrolera, tienen dinero para tirar. Pero nosotros tratamos de ser más responsables con nuestras finanzas”, aseguró el presidente Nicolás Maduro, quien definió a Uruguay como “un caso típico de la maldición del petróleo”.
Según los productores lácteos, el atraso en los pagos por parte de Venezuela llevó al sector a una situación “crítica”. Pero el lunes el gobierno puso sobre la mesa una propuesta que podría solucionar el problema: el Ministerio de Economía y Finanzas otorgaría un “crédito puente” a los tamberos, que se cobraría cuando el país caribeño cancele su deuda. Un jerarca de la cartera reconoció que la maniobra conlleva “ciertos riesgos”, pero es altamente probable que funcione. “La verdad es que no hay mucho diálogo con el presidente Nicolás Maduro. Pero no hay que olvidar que su gobierno está atado con alambre. Cuando se derribe el régimen populista y empiece nuestra luna de miel con la derecha venezolana, todo se va a solucionar. A nuestros amigos de la derecha no les importa cancelar deudas con países extranjeros a pesar de que en su país la gente no tenga para comer”.
Las expectativas del gobierno en solucionar problemas a raíz de un cambio de gobierno en Venezuela no se limitan al sector lechero. “Tenemos muchas esperanzas de que cuando Leopoldo López sea electo presidente, entre él y Mauricio Macri le den un buen tiro de gracia al Mercosur, así nos podemos ir a la Alianza del Pacífico de una buena vez sin que nos jodan en los comités de base”, aseguró una fuente de cancillería.