Ingresá

Diego Forlán festeja el segundo gol de Peñarol a Defensor Sporting, anoche, en el estadio Centenario. • Foto: Federico Gutiérrez

Papi fútbol

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Con tres goles de Diego Forlán, Peñarol goleó a Defensor Sporting y lidera el Clausura junto a Nacional.

Con remontada y goleada, Peñarol se impuso a Defensor Sporting 5-1. La figura preponderante del encuentro fue Diego Forlán: convirtió tres goles y asistió a Miguel Murillo en los otros dos. Forlán marcó a los 39 minutos, a los 44 y a los 85, mientras que el colombiano lo hizo a los 65 y a los 81. El primer gol fue del violeta, a los 26, luego de que Felipe Rodríguez la colgara del ángulo de tiro libre.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Mirado desde lo macro, los goles del primer tiempo fueron las generosas emociones dentro de la discreción. Mirado desde lo micro, desafiando las leyes de los méritos y merecimientos, Peñarol se llevó un valioso triunfo parcial al descanso gracias a los goles de Forlán, aun siendo superado por el violeta. Porque una cosa fue clara: Defensor fue mejor en los primeros 45. Apretó bien desde la salida, no dejó jugar por los laterales gracias a la presión alta que ejercieron Felipe Rodríguez, Facundo Castro y Nicolás Olivera, lo que obligó a Peñarol a jugar frontal con pelotazos, y cuando tuvo la pelota la administró bien. Incluso con el cambio obligado tras la lesión de Matías Zunino, a quien sustituyó el paraguayo Ricardo Martínez, que obligó al conjunto de Eduardo Acevedo a reformular la zaga (Martínez entró de zaguero y Emilio Zeballos, improvisado central desde el arranque, pasó a su habitual lugar por la derecha), la viola controló el juego.

El golazo de Rodríguez abrió el marcador de forma impecable con un tiro libre pateado magistralmente: desde la derecha, unos metros atrás del área, el zurdazo con comba entró en el ángulo, ina- tajable para Gastón Guruceaga. Si bien siempre naufragó en tres cuartas canchas, la viola contó con buenas combinaciones que, de haberlas culminado mejor, podrían haberle dado la ventaja.

No aprovechó y apareció Forlán. Cuando nadie ponía claridad, el diez de Peñarol, a quien Irrazábal le había ganado en dos mano a mano, recibió de Maxi Rodríguez y no dudó. Tiro cruzado como los de toda su vida: abrió la pelota hacia la derecha, preparó y a cobrar. Cinco minutos después, al borde del final del primer tiempo, el Vasquito Matías Aguirregaray se escapó por la derecha, tiró al arco, Irrazábal sacó bien la pelota envenenada hacia la derecha, pero estaba Forlán, más rápido que todos, para mandarla a guardar en el rebote. Las de Forlán fueron las dos chances de Peñarol en el primer tiempo. ¡Qué te van a hablar de amor si lo que cuentan son los goles!

En la segunda parte, luego de un inicio timorato, Peñarol comenzó a adueñarse del partido. Y se lo adueñó por completo. Nahitan Nández, que ya jugaba un buen match, se hizo amor y señor de todas las pelotas en el mediocampo. Su socio, el argentino Tomás Costa, se dedicó a lanzar los puntos con pases largos, mientras que Luis Aguiar, siempre de regular para arriba, administró los tiempos.

Aguirregaray, de buen partido, se fue por la derecha y lo bajaron. Del tiro libre, Forlán, una vez más, sacó jugo: centro certero y el colombiano Murillo atropelló tocando la pelota al fondo de la red y puso el 3-1 a los 65 minutos.

A partido abierto, juego revuelto. Lo que quedaba de noche se iba a redimir a los pies de Forlán. El delantero retrocedió unos metros para tomar contacto rápidamente con la pelota y sacar rápidos contragolpes. En uno de ellos, con Nicolás Albarracín como socio, Forlán desbordó por la izquierda y asistió al colombiano para que pusiera el cuarto. Unos minutos más tarde, el propio Forlán cabeceó desde lejos y la bola llovida cayó por detrás de Irrazábal. Fue el quinto del carbonero, el tercero del diez, y la primera pelota en la cuna de su recién nacido hijo.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura