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Léo Gamalho, de Nacional, y Andrés Barboza, de Cerro, ayer en el Tróccoli. Foto: Federico Gutiérrez

Panes y peces

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Cerro le ganó a Nacional y quedó segundo en el Clausura y en la tabla anual.

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Cuando el partido marchaba expreso sin goles, a ocho minutos del final del tiempo reglamentario, Luis Urruti, con un certero cabezazo tras un córner y una mala salida del arquero Esteban Conde, encontró el premio para su equipo. Fue un 1-0 para Cerro que lo deja entusiasmado en la tabla del Clausura y también en la anual, con muy buenas posibilidades de clasificarse a alguna copa internacional. Para Nacional el partido fue arena entre los dedos. Si bien dominó el juego desde la posesión de pelota, no pudo concretar las chances que generó, ya sea por imprecisiones de sus jugadores o por la muy buena labor del arquero de Cerro, Sebastián Fuentes.

Fue un premio grande para Cerro. El mérito del conjunto de Gustavo Ferrín estuvo en la contención de Nacional. Las dos líneas de cuatro, bien juntas, fueron un duro escollo para la creación de fútbol tricolor. Además, como el tránsito por abajo fue imposible, por las paupérrimas condiciones del césped del Tróccoli, los defensores cerrenses bancaron con solidez el juego aéreo.

El mejor momento de Nacional fue el inicio del segundo tiempo. El equipo de Gustavo Munúa presionó en tres cuartas canchas y complicó en la salida a Cerro. En esos momentos, el tricolor se hizo rápido con el balón y creó peligro. La jugada más discutida fue un desborde de Leandro Barcia. El puntero se le fue en velocidad a Agustín Sant’anna y cuando estaba en el borde del área fue barrido en forma aparatosa por el defensor. Era penal, pero el árbitro Óscar Rojas, que estaba cerca de la incidencia, pitó saque de arco.

El resto del encuentro fue fricción. Ni el verde, ni el marrón ni el amarillento tono del césped dieron posibilidades de jugar al toque corto a ninguno de los dos. La prueba de que la solución para atacar fueron las pelotas por arriba queda manifiesta al contar las chances de cada equipo: a los 10 minutos del primer tiempo, Hugo Silveira cabeceó mal y afuera; cinco minutos más tarde, fue Felipe Klein quien golpeó con la frente una pelota por elevación que, finalmente, restó Jorge Fucile; a los 25, Diego Rodríguez no le dio bien el frentazo luego de un córner; en el segundo tiempo Silveira repitió un tiro defectuoso que atajó Conde. En Nacional, Léo Gamalho ganó muchos anticipos peinando la bola para las segundas chances de sus compañeros; el resto de las pelotas que fueron por arriba al área de Cerro siempre las ganó la defensa, pero, sobre todo, con intervenciones seguras, fue Sebastián Fuentes quien, a base de puños, no les dio oportunidad de gol a los tricolores. Rodeado de mala suerte, cuando Christian Tabó logró sortear el escollo de sus defensores fue el travesaño el que le negó el gol al puntero del bolso.

Los cambios que hizo Munúa no aportaron mejor juego. Ni Matías Cabrera ni Ignacio González contaron con el tiempo suficiente como para crear situaciones. Nacional terminó prácticamente con cuatro delanteros, lanzado arriba buscando el empate, pero no tuvo suerte. A cancha revuelta, victoria del local, que quedó prendido arriba. Nacional, en cambio, que prácticamente tiene abrochado su pasaje de grupo en la Copa Libertadores, ve alejarse al primero del Clausura, Plaza Colonia, que le sacó 6 puntos de distancia.

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